miércoles, 19 de febrero de 2014

YA VIENE EL FÚTBOL EUROPEO OTRA VEZ: CHAMPIONS RETURNS

¡Chist, chist! ¡Que viene, que viene! ¡¡Chist, chist!! ¡¡Que viene, que viene!! Ya se acerca de nuevo y ya está aquí encima, otro año más, la fase eliminatoria de la Champions League. Y con ella me veo en la obligatoria tarea de verter unas líneas sobre el deporte rey que, si bien continuamente sigo, tengo un poco abandonado en el blog. Y eso que por fútbol no será. Antes disfrutábamos de la jornada del fin de semana y de las competiciones coperas entre semana, cada quince días o un mes. Ahora tenemos fútbol a diario: el Lunes el partido en abierto que cierra la jornada liguera, el Martes el partido adelantado de la jornada de Copa del Rey que toque o partidos de Champions, el Miércoles se disputa el grueso en sí de las dos competiciones antes dichas dependiendo de cual sea su turno, el Jueves el partido que cierra la sesión de las "copas", el Viernes el partido adelantado de liga de la jornada del fin de semana, el Sábado parte de los partidos de Liga y el Domingo el resto de partidos de la jornada de la competición doméstica menos uno que será el que se juegue el Lunes y otra vez fútbol todos los días. Pero aún así cuando vuelve la Champions vuelve el fútbol en su estado máximo. Y eso es así. Inapelable. Contra dicha resolución no cabe recurso alguno.

Los futboleros que sean fieles al Rincón me entenderán y sabrán que cuando vuelve la Champions que nos dejó allá por Noviembre se despierta el gusanillo de las grandes noches europeas. Grandes partidos reconocidos por el viejo continente que a todos nos gusta ver: Juventus - Real Madrid, Milán - Barça, Manchester United - Bayer de Munich... Son los grandes clásicos del fútbol europeo y por años que pasen y sus plantillas estén atravesando ciclos a veces mejores y a veces peores no dejan nunca de ser partidazos supremos, dícese de cerveza, palomitas y sofá. Los que nos gustan a los futboleros de pro. Y nos gustan más todavía cuando nuestro equipo es uno de ellos y lucha por irse clasificando en el camino que conduce a levantar la "orejona" en una épica final que convierta al club en el más fuerte de Europa. Y claro, vuelve el fútbol y con él los cachondeos y piques. Y eso es así. También inapelable y fuera de todo recurso.

Sabemos de sobra que con las mismas ganas que vuelve a nuestro mundillo del fútbol las ganas de que nuestro equipo se clasifique, vuelven las ganas de que los equipos rivales en la competición doméstica sean eliminados en esta gran competición europea y así aprovechar y reírnos un poquito del enemigo. Y no me vengan ahora los puristas diciendo la consabida coletilla de "pues si es un equipo español el que juega, yo lo apoyo" porque no se lo cree ni él harto de jarrillos de vino peleón. Vamos, que levanten la mano los barcelonistas que apoyan al Madrid cuando se juega la clasificación contra, por ejemplo, el Liverpool. O que levanten la mano los madridistas que apoyan al Barça cuando se juega la clasificación contra el Manchester City. Venga ya... Ni uno. Y los que la hayan levantado que se vayan de la tasca que ya van muy cargados de licor. Vamos a ser serios, hombre, y honrados. El fútbol conlleva un principio de amor-odio inevitable. El que ama a su equipo, odia a su eterno rival. Y eso, como ustedes saben, es así. Del mismo modo inapelable y sin posibilidad de recurso.

Estén atentos estos días a las redes sociales pues los cachondeos están servidos. Facebook, twitter y demás se colapsarán los días de "ciertos resultados" a favor o en contra de nuestros equipos. Vuelve el fútbol europeo y los piques entre madridistas, barcelonistas y atléticos no tardarán en relucir nuevamente. Y con ellos los despotriques contra árbitros, federaciones, propios futbolistas y aficiones. Porque si algo tiene el fútbol es eso. Nos da alegrías y berrinches. Unos días nos reímos y otros se ríen de nosotros. Y aguantamos carros y carretas para cachondearnos en el momento oportuno. Los mentirosos que siguen con la mano en alto que la bajen ya. Que no. Que no váis a animar a un equipo rival en la clasificación de la champions y menos si vuestro equipo ya ha sido eliminado. Id con la milonga a otro lado que no os creemos. El caso es que la Champions ya está aquí. De nuevo los piques. Y eso nos gusta. Es la salsa del fútbol y ya viene de nuevo. Yo ya tengo el pan en la mano para mojar en ella. Avisados quedan. El fútbol es así. Y no, no cabe recurso. El Tribunal Carlos Lillo dixit.

viernes, 14 de febrero de 2014

LA CICLOGÉNESIS EXPLOSIVA Y SU "AMOR" POR LAS COFRADÍAS

Yo, desde luego, no sé qué leches es eso de ciclogénesis. Tampoco sé si será explosiva o no. No tengo ni idea de por qué califican de detonador a un fenómeno atmosférico. Para mí se ha venido llamando, desde que el mundo es mundo, "mal tiempo" y punto. Lluvia, aire, viento brusco y el grajo volando bajo. Vamos, mal tiempo de pelotas. Eso sí, el idilio entre la puñetera ciclogénesis y las cofradías (en lo que al sector costaleril más en concreto se refiere) es patente. No hay sino la primera igualá o ensayo del año y ya se oscurece el cielo, las nubes más oscuras hacen cónclave y habemus lluvia. No falla. Lo del año pasado no tuvo parangón pero es que este año los más agoreros dicen que pinta igual y ya empiezo a creérmelo. A la fecha, todos los ensayos menos uno han sido pasados por agua y no hago sino maldecir a la Celestina que en amor uniera a la puñetera ciclogénesis con el oficio más bello del mundo. En fin, veremos a ver cómo se la cosa.
El caso es que los cofrades ya nos lo tomamos con humor pues no nos queda otro remedio. Y ya empiezan a aflorar (otra vez) fotitos, cachondeos y guasas pues de lo contrario tendríamos el ceño fruncido y el alma en vilo durante los cuatro primeros meses del año. Carajo con la ciclogénesis de las narices. No hay manera. El año pasado llovía por estas fechas y no dejó de hacerlo hasta casi principios de Mayo. Es peculiar el caso de Sevilla en el que rara vez llueve tres días seguidos y ya ocurriera en la primavera del año 2011 precisamente en Semana Santa. Tras aquella nota discordante de la metereología únicamente volvería a llover tres días seguidos en Sevilla justo un año después. Sí. Acertaron. Otra vez en Semana Santa.Y la hecatombe vino el año pasado cuando, otra vez en la Semana Grande lloviera en Sevilla durante varios días. ¡La madre que parió al mal tiempo y la inoportuna lluvia! Que una cosa es que nunca llueva a gusto de todos y otra que siempre llueva a disgusto de los cofrades, hombre.


En mi Ciudad Real natal he conocido Semanas Santas pasadas por agua pero al nivel del año pasado nunca. Es la primera vez en la vida que en el mismo año veo quedarse sin salir al Señor de la Ciudad el Domingo de Pasión, a la Perchelera el Viernes de Dolores, a dos de las tres cofradías del Domingo de Ramos salvándose únicamente el Maestro de la Blanca Túnica, un Lunes Santo de Vía Crucis chorreando agua, un Martes Santo ahogado sin Penas ni Esperanza, un Miércoles Santo que por primera vez en la historia no recorriesen la ciudad la Bondad de Dios y el Consuelo de su Madre, un Jueves Santo que logró conquistar el corazón de la ciudad a cambio de unas poquitas gotas, muy poquitas, pero también lloró por Dolores el Cielo ese día, un Viernes Santo nulo de mañana a noche, un Sábado Santo de únicamente Soledad por las calles y un Domingo de Resurrección sin Resucitado ni Alegría. Nunca, nunca, nunca hube vivido peor Semana Santa. Y nunca, nunca, nunca hube conocido el término "ciclogénesis explosiva" antes de lo relatado. Curioso, ¿verdad? Maldito amorío entre ambas.

El caso es que este Domingo tengo una nueva igualá y ensayo y no hago sino mirar la aplicación del móvil que me indica el tiempo. ¡A lo que hemos llegado! No, no me refiero a que ahora el móvil te diga la predicción del clima, me refiero a que antes (los cofrades) mirábamos el cielo para los días de Semana Santa y ahora lo hacemos también para los ensayos. Y sonará a cachondeo pero no lo es. Ya no podemos ni disfrutar de los ensayos. Los últimos años todo ha sido llover, llover y más llover. Incluso cuando hay una procesión de Gloria también descargan las nubes. Parece que las cofradías atraemos a la lluvia como indica la viñeta de los indios que antes os he puesto. Pero lo que me preocupa es que,  visto lo visto, la ciclogénesis, nefasta lluvia, indeseados chubascos o como se quieran llamar, nos persigue a los cofrades sea la fecha del año que sea.
Ya veremos como se tercia este año pero no quisiera plantearme en serio que al final haya que hacer túnicas adaptadas a la climatología no propicia.



Ciclogénesis, ¡¡vete al carajo ya, por favor!!

martes, 4 de febrero de 2014

MUSICAL "EL REY LEÓN"



Desde que en la Luna de Miel de Gemma y mía lo viera anunciar en los luminosos neones de Times Square en Nueva York tenía ganas de verlo. No sabía cómo ni cuándo sería el momento pero quería que llegase y estaba deseando tener la oportunidad para alcanzarlo. Cuando supe que venía a Madrid pensé que más cerca no lo iba a tener y comencé a fraguar la planificación para poder ir a disfrutar de él. Por fin, cercana esta pasada Navidad con la que despedimos el año 2013, llegó el momento y compré las entradas. No os asustéis los que queráis ir a verlo de su precio. Merece la pena con creces y en otros caprichos o compras inservibles o no amortizadas nos gastamos eso y más. Si de verdad os llama la atención y tenéis ganas de ver el espectáculo, no lo dudéis. Es impresionante y os sorprenderá desde el minuto cero. Grande y genial: El Rey León.

Traídas por los Reyes Magos de Oriente llegaron a nuestras manos seis entradas para el musical: una para mi hermana, otra para Narciso, otra dos para mis suegros y otras dos para mi mujer y para mí. La cita era el Domingo, 26 de Enero, a las 18:00 horas en el Teatro Lope de Vega, sito en calle Gran Vía Nº 57, Madrid. Me acuerdo perfectamente de verlo impreso en la entrada. Y como el poeta dijera "Todo pasa y todo llega", fueron cayendo las primeras hojas del calendario del recién estrenado año y llegó la fecha de disfrutar de Simba y Nala. Como mi coche puede llevar a siete pasajeros cabíamos todos juntos en él sin tener que llevarnos dos coches, así es que le pegué un buen lavado y preparé todos los asientos para la excursión. Yo jamás he cogido el coche por Madrid y por más veces que he ido no conozco la ciudad lo más mínimo, salvo el Santiago Bernabéu y poco más Es lo que hay. Opté porque condujera Miguel (mi suegro) que sí que conoce la villa capital y la ha recorrido varias veces con el coche y así fue. En el autobusillo salimos en comitiva de Ciudad Real a Bolaños de Calatrava Ana María, Narciso, Gemma y yo. Allí se unieron mis suegros y se produjo el cambio de piloto. Rumbo a Madrid que Mufasa nos espera. Ya comeremos en ruta y a bordo.

El viaje fue entretenido y hambre no pasamos pues Sagrario (mi suegra), además de hacer bocadillos, se encargó de comprar mandarinas como si las fuesen a prohibir en la frutería. Tres kilos llevaba y no es exageración. Y estaba la mujer empeñada en que no podían regresar a Bolaños. Así es que gajo a gajo nos fuimos comiendo los kilómetros y las mandarinas. Tanto a la ida como a la vuelta, ¿eh?, que había unas cuantas. Aún así algunas volvieron pues la vitamina C comenzaba a rezumar ya por todos los poros del coche y no pudimos dar fin con toda la fruta valenciana.
Llegamos sin imprevisto ninguno y el coche descansó en el parking de la Plaza de Jacinto Benavente, mire usted, donde se halla (parte de) el Ministerio de Justicia. El imperio de la Ley me persigue. Andandini por allí bajamos la calle Carretas y llegamos a la Puerta del Sol, donde pasamos a la conocidísima pastelería "La Mallorquina" a tomar un café y un dulce, pues de lo contrario a Gemma le da algo. La adicción al dulce la supera. Tras la merienda en forma de palmera de chocolate y tarta de manzana llegamos en el coche de San Fernando (un ratito a pie y otro caminando) al teatro donde nos dirigíamos. Por fin tenía junto a mí al Rey León.

Y ¿qué deciros? El espectáculo se llenó como lo viene haciendo desde hace años. No queda butaca libre alguna en ninguna sesión. Es inimitable y genialmente insuperable. Los actores cantaban muy bien y los disfraces y vestimentas para imitar al mundo animal están super elaborados. Si habéis visto la película (y si no estáis tardando en verla pues de las mejores obras de Disney) el inicio es la presentación en la jungla del futuro rey león y se juntan todos los animales a rendirle tributo y homenaje. Bien, pues plasmar eso en un escenario a través de personas es complicadísimo y sin embargo el resultado no deja de ser tremendamente impresionante. No hay palabras para definir la grandeza del espectáculo musical. Yo creo que repetiría, tripitiría y cuatripitiría mi asistencia al evento. Todo, todo, todo es sorprendente en este espectáculo de principio a fin. El colorido, los vestidos, las canciones, las recreaciones de la naturaleza, el despliegue de medios en el escenario, los efectos especiales... Todo. Volvimos encantados (y comiendo mandarinas) y cada vez que lo recordamos nos sale una sonrisa de satisfacción. Nuevamente os animo a que vayáis a verlo si podéis. El Rey León. The New York Times tenía razón: "Sencillamente, no hay nada igual".