Que mejor día que hoy para escribir esta entrada. 16 de Julio, día de la Virgen del Carmen. Hoy es la onomástica de mi abuela y ella también merece unas líneas en este rincón. Hoy es el día de su santo y le hará ilusión que le diga que he escrito sobre ella en mi "periódico del ordenador". Además hoy sale la Cofradía de Gloria de la Virgen del Carmen y, como no podía ser de otra manera, allá que voy con costal y faja. Cuadrilla alta, primera trabajadera, zanco derecho. Desde ese privilegiado lugar bajo la Reina del Carmelo se elevarán oraciones de gloria acordándose de mi querida abuela. Y sé que ella las oirá de una u otra manera. Porque es su día, porque se lo merece y porque siempre he sido el nieto que ha estado pegado a sus faldas, hoy la entrada va para ella.
Jamás imaginaría que estos trastos tecnológicos permitieran hacerle fotos en color y ponerlas en la pantalla de un ordenador. Nunca podría imaginar que sería protagonista de una entrada de un blog. Ni siquiera sabrá que es un blog. De hecho, no se habrá planteado en su vida que su nieto que le compra los caprichos y está pendiente de ella, hoy redacta unas líneas homenaje a quien antaño compraba los caprichos a quien hoy escribe. De su mano fui a mis primeras Pandorgas cuando eran pacíficas e inocentes festividades en honor a la patrona de la ciudad, la Virgen del Prado, rindiendo ofrenda en forma de cántico y baile regional, así como mostrando y donando los frutos y cosechas de nuestros campos de labranza. De su mano fui por la calle con una carnavalera careta en verano. De su mano venían los recados que yo le pedía: quiero una camiseta de manga corta en Noviembre y una bufanda en Agosto. Y ella me lo traía. Era su único nieto que vivía aquí y ella me daba mis pedidos. Ahora es al revés y todo lo que está en mi mano se lo doy a mi abuela.
Lela como comencé a llamarla cuando apenas balbuceaba y aprendía a hablar. Lela porque Inma así la llamó en un conato de decirle "abuela" y yo lo oí siendo bien niño y desde entonces así la llamé y sigo haciéndolo. Lela porque cuando yo me hice hermano de mi Cofradía del alma ella ingresó también en su filas simplemente por estar más cerca del Dios que su nieto pasea los Miércoles Santo. Lela porque la medalla de la hermandad que yo le comprase ahora ha vuelto de nuevo de mis manos. Lela porque cuando me ve le cambia la cara y sonríe. Lela porque en mi boda y conforme dije el "sí quiero" le espetó al Padre Joaquín: "¿Le puedo dar dos besos ya a mi nieto o no?" Lela porque es mucho lo que la quiero. Lela porque es su día y se lo merece más que nadie. Lela porque es mi abuela, la madre de mi madre, la hija de Leandro el encajero y la nieta del Chavó. Lela porque el que le discuta tal privilegio caerá en afrenta conmigo.
Felicidades abuela, madre y Lela por siempre. Feliz Santo. Feliz día del Carmen. Hoy estarás bajo el paso conmigo y rezaremos como cuando era pequeño y me enseñabas el Rosario. Y en el relevo merendaremos berenjenas de Almagro (tu pueblo) con limonada. Y cuando culmine la procesión comeremos galletas perrunas que tanto te gustan. Porque eso es así. Y lo será siempre. Estés aquí o estés subida al árbol de tu infancia mirándome desde el Cielo...
Te quiero, Lela.
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