Yo sabía que el momento llegaría. Era predecible. Una vez que coja el ritmo de nuevo intentaré mantener la actividad casi costumbrista de realizar cuatro entradas por mes, pero durante el período de estío, tal y como habéis comprobado, me ha resultado imposible dedicaros unas líneas. Por ello mismo, hoy que gozo del tiempo justo para hacerlo, completando el mismo con algún arañazo que dé al tiempo de vida jurídica que ocupa mi rutina durante once largos meses, me dispongo a redactar una nueva entrada. Dado que son varias las cuestiones a destacar y que todas y cada una de ellas son merecedoras de una entrada "bloguera" pero por ahora no es el momento ni tengo tiempo para tal menester, he optado por la opción de entremezclarlas todas y titular a dicho post con el nombre de guerra tan músico-juvenil que adoptaron las diversas hinchadas participantes en el conocido programa de Antena 3 "Furor". Así pues... ¡¡Popurrí!! ¡¡Popurrí!!
A) VIAJE A NUEVA YORK.
Como bien sabéis el primer viaje vacacional de este verano fue a Estados Unidos. El viaje salió tal cual lo esperábamos y por ende tal cual os lo había ido explicando en las siete entradas que dediqué a tal efeméride. Sólo tuvo un punto gris y por ello no quedó saciada mi ansia de cotilleo y estudio: el día de la Excursión de Contrastes de Nueva York, cuando llegábamos al punto cumbre del Barrío Judío de Brooklyn, allá donde podía perseguir a los judíos ortodoxos cámara en mano para fotografiarlos, allá donde podía indagar sus costumbres y tradiciones... descargó el cielo un tormentón que nos impidió ni siquiera bajar del autobús. Cayó un aguacero tal que los judíos cubrieron sus cabezas con bolsas de plástico de supermercados varios y a este humilde cofrade le vinieron a la cabeza recuerdos del ejército de mujeres que, con bolsas de plástico en la cabeza para evitar quemaduras de la derretida cera, acompañan rezando por las calles al Señor de Sevilla en la Madrugá del Gran Poder y la Esperanza.
Por lo demás el resto del viaje estuvo según lo previsto. Visitamos todo lo pretendido: Estatua de la Libertad, Empire State, Top of the Rock, MoMA, MET, Central Park, Misa Góspel, etc, etc... Desayunamos muy "americanamente", lo avalo con un par de fotos, y lo pasamos en grande. Sigo diciendo que las vistas nocturnas de Nueva York no se explican con una foto ni una postal. Eso es para vivirlo y verlo in situ. No obstante, os traigo a colación una foto para que podáis haceros una pequeña idea. ¡¡Y de los desayunos también!!
Y si algo he de destacar que haya sido de lo más impactante, emotivo, impresionante e inolvidable que he visto en lo que llevo de vida fue el Musical en Broadway. Realmente asombroso. Cada día estoy más convencido de que la elección fue magnífica: Mary Poppins. Todo un clásico de Disney interpretado a las mil maravillas por una excelente compañía. Un viaje a la niñez y un cúmulo de recuerdos que hace brotar la sonrisa de niño que todos portamos en el alma. Grandioso sin duda.
El viaje a Nueva York quedará para el recuerdo y así lo delatan las fotografías que hicimos. Prometo en un futuro cercano escribir una entrada al respecto y mostraros las mejores instantáneas de este magnífico viaje hecho por Narciso, Ana María, Gemma y yo. Hay infinidad de cosas que contar. Y ya ronda la mente cómo será Nueva York en Navidad... Ahí lo dejo. A quien proceda. Cuando proceda. De momento a disfrutar de las compras que allí hicimos y que nos dejaron para la memoria ratos tan divertidos como el de esta foto.
Llegados de Estados Unidos ya habían comenzando en esta Civita Regia las Ferias y Fiestas 2012, por lo que la Reina Patrona del Prado lucía bella en la planta del Templo Catedralicio. Virgen de las Batallas que siempre tengo presente y siempre he soñado con portarla a costal. Durante la semana de ferias en su honor, decía, me dediqué a asistir al Baile del Vermú y a alguna salida nocturno-veraniega que tanto agrada, con la mesura justa y cabal para no dejar de realizar rutas de senderismo y marcha para preparar el segundo gran viaje que formaba parte del estío de este 2012: El Camino de Santiago. Vaya, no todo en Ferias iba a ser alcoholismo y ronquido cual zagal veinteañero y botellonero de la generación Ni-ni que tanto abunda.
B) CAMINO DE SANTIAGO.
De este modo, entre Ferias y Fiestas y gasto de botas por los senderos, llegó el día de iniciar el Camino de Santiago. Marchamos hacia Ponferrada, lugar que sería nuestro punto de inicio de la peregrinación, y allí comenzamos nuestro Camino, Jesús Cecilio, Alberto, mi padre y yo. Según el hito kilométrico que está enclavado en el Albergue de Peregrinos de Ponferrada la distancia exacta a recorrer a pie para llegar a la Plaza del Obradoiro de Santiago de Compostela son 202,5 kilómetros. Si fuera verdad... Todo el que lo haya hecho sabe que se recorre mucho más y que el artista que marcase las distancias estaba, cuanto menos, hasta arriba de jarrillos de vino peleón. No coinciden las distancias ni entre las diversas guías, ni entre los propios lugareños, ni en modo alguno. Para prueba un botón. El día del ascenso al Monte de la Malafaba como antaño se le conocía, hoy Cebreiro, desde la propia población de la Faba, a mitad de ascenso, preguntamos a tres lugareños que distancia nos quedaba por recorrer hasta coronar la cima. 6, 8 y 12 fueron los kilómetros que nos respondieron. ¿Cuál de ellos era verdad? En fin, Peregrinos, arménse de paciencia y cálcense buenas botas, la tierra ni corre ni vuela y la distancia entre población y población, sea la que sea, hay que recorrerla. Sólo así se llega a Santiago. Sin dolor, no hay gloria.
Nueve fueron los días de peregrinación que nos llevaron a los cuatro peregrinos a alcanzar la ciudad compostelana. Nueve días de grandes rutas y recuerdos. Hubo un día que nos vimos tan fuertes de espíritu que de las dos variantes posibles optamos por la difícil. Fuimos de Triacastela a Sarria por la variante de Samos. Mereció la pena sin duda, pero os recuerdo una vez más que si optáis por la variante larga, no hagáis ni puñetero caso a lo que marcan las guías ni mucho menos preguntéis a los lugareños. Caminad y llegaréis. No os abruméis el espíritu con preguntas. Disfrutad del Camino y no tengáis prisa por llegar. Pasito a paso gozadlo pues cada paso dado no ha de volver a pasar. Saboread el Camino hacia el Campo de Estrellas que cubre la Catedral del Apóstol. Disfrutad de las imágenes del Camino interior de cada uno y aprended así que el Camino empieza en Santiago.
Como recuerdo me quedará siempre el triunfo de ver a mi padre feliz cumpliendo su sueño de subir a O Cebreiro andando. Y yo con él. Y él conmigo. Y por delante, siempre atentos, Alberto y Jesús. Yo sudaba, me costaba la ascensión, el calor me apretaba, pero tenía el espíritu igual de feliz que un Miércoles Santo a las siete de la tarde cuando estoy a punto de inciar el paseo anual al Dios bueno de la Flagelación. Qué bella contradicción verme en las fotografías sufriendo físicamente y a mayor sufrimiento mayor gloria interna. Una delicia de sensación. Y llegamos. Claro que llegamos. Y la satisfacción moral e interna es indescriptible. Sin tonterías, sin facilidades. La etapa como es, tal cual, íntegra. Villafranca del Bierzo - O Cebreiro. 30 kilómetros. Sin partirla. Con la mochila a cuestas. Con el bordón y las botas. Como debe ser. Como es. Como fue. Como dió lugar al milagro de Santa María la Real de Cebreiro (en una entrada de Leyendas lo narraré).
El Camino de Santiago no deja a nadie indeferente, por una cosa o por otra. Yo lo disfruté mucho, muchísimo. Grandes ratos con Jesús, quien me vió nacer. Grandes ratos con Alberto, hijo de Jesús al que yo ví nacer. Grandes ratos con mi padre. Grandes recuerdos con los tres. La cena en Cebreiro, el Padre Benedictino de Samos, Pancho el méxicano, el intrigante peregrino nacido en Alicante, estudiante en Francia, Inglaterra y Alemania y residente en Canadá, que vino a España a hacer el Camino y que conoce Almagro y quiere escribir sobre la Orden de Calatrava, ¡qué cosas!, el Hospitalero de Ponferrada, el peregrino belga que viene caminando desde Bruselas, el alberguero de Sarria (más le vale hacer el camino y aprender del espíritu para saber tratar a peregrinos que actuar mercantilmente, personas como él estropean lo idílico del Camino, tenía que decirlo), la uruguaya que peregrinaba (o decía peregrinar porque nadie la vimos andando por el Camino) con sandalia de verano y chanclas, los peregrinos de la gorra hacia atrás que se comían los kilómetros a un ritmo vertiginoso, la pequeña de tamaño pero grande en ejemplo chica vietnamita, las monjas compañeras de habitación, ¡¡que alguien vista a ese hombre, por Dios!!, la señora gordona y mayor que peregrinaba un día con botas y otro con sandalias de trecking, los guardias civiles pasados de vuelta de tercios de cerveza y su altercado en el Albergue de Triacastela, la propia hospitalera de Triacastela y su sonrojo hacia mí, el ciclista catalán de Gerona que sigue en el Albergue San Nicolás de Flüe preguntándose qué etapa hacer, porque "depende", porque... ¿No os gusta Torres?, juega muy bien... No sé si ir hasta O Cebreiro o tirar hasta Triacastela, es que... depende. Oye, ¿y Huntelaar? Es buenísimo ese chico, ¿eh? Cuarenta partidos, cuarenta goles. Quizás mañana me pare en O Cebreiro, quizás llegue hasta Triacastela, es que... depende.
Recuerdos que permanecerán por siempre. Enseñanzas del Camino. Personas que has ido viendo todos los días, que no sabes ni cómo se llaman, que tan sólo habéis intercambiado un "¡Buen camino!" a modo de saludo, pero que sabes que si algo te hiciera falta en el Camino... ahí están.
Compartir esos días con Jesús, Alberto y mi padre me ha dado mucha satisfacción. Con mi padre ya es el segundo Camino. Ya le conozco y sé cómo actuar en cada momento. Como él conmigo.
Alberto ha tirado del carro de la peregrinación con sus rotas botas, su pantalón corto azul y su sombrero de paja. Más agotable de espíritu qué de cuerpo, al revés justo que yo. ¿Qué hago yo aquí? Se preguntaba más de una vez. Y hacías. Hacías mucho, compadre. Iniciabas la marcha como estandarte de la Mancha. Caminabas conmigo y reímos muchas veces. El gato al que asustamos, el bufido que asustó a todas las vacas, las gafas en el Alto del Rosario, ejem, el vino, chupitos y siesta en el Albergue de Palas O Rei, el chiste de los Indios Frotaculo, etc, etc. Todo eso es el Camino. Sé que lo repetirás. Conforme el Camino fragüe en ti compartirás mi sueño de Roncesvalles. Es más, ya lo anticipaste tú... "¿Roncesvalles? No, no. Hay que ser serio. Saint Jean pied de Port y cruzamos los Pirineos."
Y Jesús ha aportado mucho. Tiene por espíritu la bondad. Y la prisa. Es nervioso, es intranquilo, es paciente. Todo a la vez. Es la paciencia intranquila. Es el bordón de mi padre en el Camino. Por eso aquel peregrino afirmó con sorna "Poco uso tiene ese bordón". Claro que tiene poco uso. Jesús es el bordón. El hombro de la amistad, la garrota de la solidaridad y el apoyo del espíritu caminante. Un apoyo que nunca falla. No sé cuántos kilómetros de uso tendrá el bordón de madera. Sé los kilómetros de uso que tiene Jesús como bordón. Y son muchos "Caminos".
Gracias Peregrinos.
C) 400 AÑOS DE CARIDAD.
Y no podía faltar en este Popurrí de cuestiones los 400 años de Caridad. 400 años de Caridad Perchelera que mis sentidos no vieron pero que mi alma estuvo patente. El enlace matrimonial de mi mejor amiga se antojaba inexcusable e inapelable de modo tal que, con todo el dolor cofrade que en mi cuerpo cupiera, no podía asistir a la salida extraordinaria de mi hermandad perchelera, del Santísimo Cristo de la Caridad. Hermandad cuya cuadrilla ví nacer. Mi espíritu estuvo con vosotros en cada levantá, en cada revirá, en cada marcha interpretada, en cada gota de cera derretida, en cada olor del exorno floral... Estuve todo el día soñando con vosotros. Y contigo, Padre. El pasado Lunes Santo en el Vía Crucis me impusiste mucho. Qué privilegio el portarte tan cercano. Gracias. No pude estar en cuerpo junto a Ti en tu salida extraordinaria, pero mis oraciones te rodeaban a cada momento. Una cosa curiosa: ibas sólo en el paso y sin embargo en la calle había muchas más personas viéndote que cuando no vas sólo en el canasto. Tú lo llenas todo, Señor. Tú y la Caridad que derramas por la llaga que te hiciera la punta de la lanza del soldado Longinos.
Hermandad del Santísimo Cristo de la Caridad a la que estoy íntimamente ligado y que últimamente observo con enorme cariño y satisfacción como la nueva savia lucha y trabaja por ella. Qué orgullo ser de esa familia. Hermandad humilde y ejemplo de sacrificio. Hermandad que lleva repartiendo Caridad durante cuatro siglos. Ya lo dije en una entrada que escribí al respecto: Cuatro siglos es mucho tiempo para estar equivocados. ¡Viva el Rey del Perchel!
¡Y vivan los novios! Si algo no me falta este año son bodas. Madre mía que año de festejos. Este pasado sábado día 15, mientras el Dios del Perchel inundaba de Caridad el barrio señero de Santiago, contraían nupcias Diana y Nacho. Ni que decir tiene que cuando entró Diana a la Ermita de Alarcos del brazo de su padre, preciosa, radiante, más guapa que en el mejor de sus sueños, me emocioné como es costumbre cuando se me casa alguien muy querido. Ya saben ellos que les deseo lo mejor. Tengo la costumbre de introducir en el sobre junto con el regalo un papelito con unas líneas de afecto. Bien, pues en el caso de Diana y Nacho no lo hice. Y a ellos les expliqué el por qué. Y no obstante, ahora que tengo sobre la mesa del despacho sus papeles de la boda y que me dispongo a ir a los Juzgados para entregar en el Registro Civil la partida de matrimonio e inscribir la unión y que me entreguen su Libro de Familia, explicaré a los cuatro vientos y con la misma frase que lo hice con Nacho el por qué no os escribí unas líneas a vosotros:
"Para expresar mi deseo de que os vaya todo bien y deciros que os quiero como ya sabéis, no hace falta que yo derrame tinta".
Que seáis muy felices. ¡¡Cuanto os tengo que apreciar que saliendo mi cofradía a la calle me la perdí y fui a la boda!! Y para perderme yo algún acto cofrade... mucho tengo que querer la otra opción. Muy importante tiene que ser el contrapeso de la balanza. Lo dicho. Que os vaya del carajo, pisha.
Y para concluir esta larga entrada a modo de Popurrí, resta decir que, si os habéis fijado, he cambiado de nuevo el reloj cuenta atrás que encabeza el blog en su parte superior derecha. Esta vez la cuenta atrás va restando tiempo hasta el inicio de la Navidad. Si hacéis la cuenta os saldrá que el reloj se detendrá el día 22 de Diciembre a las 08:00 horas de la mañana. ¿Por qué? Muy sencillo. Porque para mí, dueño del blog, la Navidad comienza con el Sorteo del Gordo, popularmente dicho y conocido. El Sorteo de Navidad es el acto que da comienzo oficialmente a la Navidad (valga la redundancia y de ahí el nombre del Sorteo extraordinario) y dicho acto comienza a las 08:00 horas del día 22 de Diciembre, conforme se escucha el sonido rotatorio de los bombos que contienen las bolitas de números y premios. Así pues hasta dicho día soñemos con una nueva Nochebuena, con un nuevo día de Navidad, con una nueva fiesta de Nochevieja, con una nueva ilusión de Reyes Magos...
Y mencionadas esas fechas, mi alma empieza a soñar ya con una incipiente Doña Cuaresma luchando contra Don Carnaval, con domingos de ensayos y costales, con redobles de tambor, golpes de bombo y lamentos de corneta, con olor a naftalina, con vísperas de Pasión, con incienso humeante... Lo reconozco. No empiezo a soñar con ello. Nunca he dejado de soñar con ello.
¡Ah! De fútbol ya hablaremos otro día que no estamos los madridistas para guasas ahora. Y eso que empezamos la temporada ganando la SuperCopa al Barcelona... Ya hablaremos, ya, de cofradías, de eventos, de igualás, de cervecitas, de pádel, de fútbol, de viajes, de bodas...
¡¡Popurrí, popurrí!!
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