Todos, alguna vez, hemos estudiado y aprendido de pequeños los nombres de los Parques y Reservas Naturales catalogados en España, de modo tal que nos suenan nombres tales como Parque Nacional de Doñana, Parque Natural del Cabo de Gata, Parque Nacional de la Albufera, Parque Natural de las Cañadas del Teide, los grandes conocidos por estas tierras Parque Natural de las Lagunas de Ruidera y Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, etc. Todos tienen su catalogación por algún motivo, pero además alguno de ellos esconde una bella leyenda de la que tomó su nombre. Y tal es así en el caso del Parque Nacional de Garajonay, enclavado en la canaria isla de La Gomera, cuya leyenda es una de las más antiguas narraciones aborígenes que forman nuestra historia y que hoy vengo a relataros...
Cuentan que en la isla de La Gomera, también conocida por Isla del Agua, vivía una hermosa mujer llamada Gara y existían unos chorros de agua llamados Chorros de Epina a los cuales se les atribuía la cualidad de saber predecir los designios del amor para las jóvenes habitantes de la isla, de modo tal que, cuando una chica joven se acercaba a consultar los mismos, si el agua se mantenía clara y traquila significaba que encontraría el amor pero si el agua se enturbiaba se entendía como signo de desamor.
Se acercaban las fechas de las fiestas de La Gomera y Gara y sus amigas decidieron consultar a los Chorros de Epina para saber si durante el transcurso de las celebraciones encontrarían el amor. Llegado el turno de Gara el agua se mantuvo limpia y tranquila y acto seguido comenzó a enturbiarse, sin poder apreciar una clara respuesta por lo tanto. Al instante la bella joven consultó al Sabio del lugar, único maestro de la isla que sabía interpretar los designios de los chorros a la perfección, quien anunció a Gara que encontraría el amor pero se mantuviera a distancia del fuego. Sin duda era una interpretación algo confusa, pero tenía su por qué...
Llegadas que fueron las fiestas de La Gomera arribó a la isla junto con sus familiares un apuesto y joven guanche de la vecina isla de Tenerife, la cual por su volcán Teide (Hecheide) era conocida como la Isla del Fuego. El muchacho de noble familia tenía por nombre el de Jonay. Por la noche en el baile se conocieron Gara y Jonay y el amor surgió de inmediato entre ellos nada más cruzarse sus miradas. Si bien ella era del agua y él era del fuego... y la profecía del Sabio hubo sido tajante. Conforme fueron a hacer público su amor, las aguas de la isla de La Gomera comenzaron a agitarse violentamente y a su vez en la isla de Tenerife el fiero volcán Hecheide inició una agresiva erupción escupiendo grandes cantidades de lava y fuego. Entonces una de las amigas de Gara que estuvo con ella en la consulta a los Chorros de Epina y presenció el momento de las palabras del Sabio recordó la interpretación y rápidamente la comunicó a los padres de Gara y de Jonay, quienes impidieron a los jóvenes la unión y les decretaron la prohibición de verse de nuevo.
Amor de agua y fuego. Una unión imposible. Más si algo es poderoso en el mundo es la fuerza del amor y estando Jonay en Tenerife no dejaba de anhelar a Gara, la cual en La Gomera soñaba y ansiaba el reencuentro con su amado guanche. De este modo, una noche y ayudado con dos pieles de cordero infladas a modo de flotadores y salvavidas, Jonay salvó a nado la distancia entre las islas de Tenerife y La Gomera para encontrase con su amada pese a la prohibición que entre ellos recaía. El Príncipe de fuego desafiando a las aguas y movido por el amor se encontró con Gara nuevamente y los dos jóvenes huyeron hacia El Cedro, el lugar más alto de la isla de La Gomera, pero fueron perseguidos por desacatar las órdenes dadas por sus familias y desoír las advertencias del Sabio, el que, si bien vaticinó a Gara que encontraría el amor, igualmente le anunció un trágico final. Las aguas de los Chorros de Epina en su consulta permanecieron quietas y cristalinas y se enturbiaron después. La interpretación fue la profecía dicha en su día: "Hallarás el amor, más mantente alejada del fuego". Perseguidos y acorralados, los amantes ascendieron al pico más alto de la isla del agua, la montaña Laurisilva, y viendo que no tenían salida ni escapatoria y en un magnánime símbolo de incapacidad de renunciar al amor, prendieron un robusto palo de madera afilado por sus dos extremos y apoyándolo en sus pechos se abrazaron proclamando su amor y murieron a la vez atravesados.
Desde entonces esa montaña se llama Garajonay en recuerdo y homenaje a los dos jóvenes enamorados que prefirieron morir juntos a vivir separados. A día de hoy en el lugar se enclava el Parque Nacional de Garajonay, catalogado como reserva natural desde 1981, quien en su nombre oculta esta bella leyenda desconocida por muchos.
Homenaje al amor eterno de Gara y Jonay en el Parque que lleva sus nombres. |
Dime solo cual es la leyendaaaaaa!!!!!!!!!
ResponderEliminar:-o
Hola, no sé quién eres ni entiendo bien tu comentario, pero la leyenda versa sobre el origen del nombre del Parque Natural.
EliminarUn saludo y gracias por leer el Rincón.