15 de Octubre, fecha marcada en el calendario de este escribiente por varios motivos: onomástica santoral de Teresa de Jesús, Patrona de los Abogados, profesión de mi padre y mía, Festividad de la Abogacía, aniversario de boda de aquellos que me trajeron al mundo un 9 de Marzo de 1981 y paso a que cierra el año cofrade en lo que a costales y banda en la calle se refiere. Es además la protagonista Santa de España y Doctora de la Iglesia, siendo este año el 500 Aniversario (o V Centenario como nos gusta decir a los clásicos) de su nacimiento y tiene un acogida especial por el grupo de hombres valientes que conocen el oficio y arte del costal, pues sólo unos pocos pueden ronear de mecer sobre su cerviz además de a Dios y a su Santa Madre a algún Santo o Santa. Y éstas líneas van por ellos. Por esa gente buena que proclama su creencia en la fe del costalero. Yo he tenido la suerte de sacar pasos con Dios Padre, con María Santísima y con Santos, de tal fortuna que he paseado a Dios Cautivo en su Prendimiento, a Nuestro Padre Jesús de las Penas, a Nuestro Padre Jesús de la Bondad en el misterio de su Flagelación, a la Virgen de la Cabeza, a la Virgen del Carmen, a Santiago Apóstol y a Santa Teresa de Jesús. Ahí queda eso en mi currículum del costal para cuando presente mis credenciales ante el Juez Supremo. Y no es tirarme una flor, es una realidad.
Nos unen las cofradías y en este caso la raza costalera, siendo en mi persona, que soy costalero y abogado y tengo el placer de pasear a mi patrona mientras disfruto del mejor trabajo del mundo y el mejor pagado: ser los pies de la fe en la tierra y disfrutar nada más. Así pues esta entrada de argot cofrade, que dicho sea de paso, ya tocaba verter unas líneas que derramasen cera y olieran a incienso, van destinadas a hablar de esta Cofradía de Gloria que es la última que sale en el año, siendo la próxima vez que veamos un paso en la calle Domingo de Pasión.
Nos unen las cofradías y en este caso la raza costalera, siendo en mi persona, que soy costalero y abogado y tengo el placer de pasear a mi patrona mientras disfruto del mejor trabajo del mundo y el mejor pagado: ser los pies de la fe en la tierra y disfrutar nada más. Así pues esta entrada de argot cofrade, que dicho sea de paso, ya tocaba verter unas líneas que derramasen cera y olieran a incienso, van destinadas a hablar de esta Cofradía de Gloria que es la última que sale en el año, siendo la próxima vez que veamos un paso en la calle Domingo de Pasión.
Y para colmo mi banda detrás. Mi amada Agrupación Musical Santo Tomás de Villanueva que tantas y tantas veces oigo ensayar al lado de casa, despedía su año cofrade-musical con esta salida. Siempre me gusta acercarme a mis antiguos compañeros cuando estoy de relevo y meterme un "par de chicotás" en sus filas saludándolos y hablando con ellos. Y por supuesto se me cae la baba cuando voy debajo del paso y suenan sus tambores marcando el ritmo de mis compases de costalero. Es algo muy especial. Mucho. Otro de los ingredientes que hacen que para mí la procesión de Santa Teresa sea algo mágico.
Este año he de conformarme con ver lo acaecido a través de vídeos y fotografías y encomendarme a Santa Teresa para que el año que viene tenga la salud necesaria para poder disfrutar de ella sacándola a costal de nuevo y viéndola por muchos años más. Mientras tanto espero que la tinta que escurre por su pluma de Doctora de la Iglesia y la blanca paloma símbolo del Espíritu Santo que la acompaña, escriban recto y legible y así mismo amparen a todos aquellos que la aguardamos año tras año cruzando las puertas del Carmelo. Y a los que no, también. Y ya recuperado de la nefasta gripe que me alejó de ella este año, 500 aniversario de su nacimiento, le brindo estas letras poniendo el mejor broche de oro que pueda ponerle a mi Santa Patrona como tantas veces he hecho. A la voz del capataz y de la fe que pasean los costales, interceda Santa Teresa por nosotros ante la marinera Virgen del Carmen.
"¡Ahí quedó! Los cuatro zancos por igual. No salirse. Todos conmigo: Dios te salve María..."
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