"Siempre fieles, siempre leales". Es uno de los lemas de los Ultra Sur del Real Madrid y creo que es con el que más me identifico. Con la violencia nada de nada, ni en los campos de fútbol ni fuera de ellos, con los lemas sí y más si con el comportamiento de uno mismo se puede hacer gala de ellos. Por eso hoy vengo a hablar del Real Madrid. La última vez que paseé por el Rincón hablando de fútbol lo hice porque el Madrid estaba de dulce. Hoy está de amargo. Y hay que decirlo. Y yo soy madridista a las buenas, con la Décima y con las 32 ligas, y a las malas, con el 5-0 a Mourinho y con el 4-0 a Ancelotti. Y lo seguiré siendo. Y si hago guasas cuando el viento sopla a favor, aguanto el remo cuando sopla en contra, pero siempre desde el respeto. Y quien no se atenga a ello, por favor, abandone el Rincón inmediatamente. Luego no quiero quejas ni resoplidos cuando cargue las tintas contra sus ineducadas y viperinas lenguas afiladas a base de odio, rencor y envidia. Que una cosa es ser pro-tal y otra ser anti-tal. Y los segundos son mal recibidos en este blog.
El caso es que tras más de 14 años sin que el Atlético de Madrid ganase un derbi al Real Madrid, han cambiado las tornas y de los últimos seis enfrentamientos directos han ido a parar todas las victorias a la orilla del Manzanares. Por simple estadística las victorias colchoneras habrían de llegar y por simple justicia debería ser algo sonado. Y lo fue. Final de la Copa del Rey, Estadio Santiago Bernabéu, Real Madrid contra Atlético de Madrid. 1-2 para los colchoneros. Se rompía la hegemonía y de qué manera para el Atleti, ganándole a su eterno rival en su casa y arrebatándole un título en la final del campeonato. Ese partido fue el punto de inflexión, si bien posteriormente llegarían la eliminación de la siguiente edición de la Copa del Rey del Atlético por parte del Madrid con un global de 5-0 y la Décima Copa de Europa para el Real Madrid, ganada frente al Atlético en la finalísima del campeonato que será recordada por el ultramentadísimo minuto 92;48 en el que Sergio Ramos igualaba el marcador de la contienda, forzando la prórroga en la que finalmente salió triunfal el equipo vikingo. 4-1 y la Copa de Europa a Concha Espina. Pero algo había cambiado ya. El Atleti casi sale campeón si no es por el empate a uno in extremis. Prácticamente acariciaban "la orejona"...
El rey seguía siendo el Real Madrid. Pero a día de hoy no lo es. Tras aquella ruptura del embrujo que mantenía al Atleti atado a la derrota que se resquebrajó en la citada final de la Copa del Rey y que apunto estuvo de consumarse en la final de la Champions, el equipo rojiblanco ha destronado al Madrid. Le ha ganado derbis en liga, en eliminatorias, en un campo y en otro. Y de qué maneras. De todos los colores. Con violencia y sin ella. Con juego rácano y con toque. Con defensa replegada y con defensa atacando y entrando cual cuchillo en mantequilla. Cada uno de los últimos partidos entre ambos han sido un repaso técnico tremendo del Cholo Simenone a Carletto. Hasta tal punto que la pasada jornada liguera el marcardor del Vicente Calderón lucía un espléndido 4-0 a favor de la afición colchonera. Y las cosas como son: merecidísimo, con fútbol total en el campo, sin juego sucio, sin polémica arbitral y dominando de principio a fin al equipo merengue, al que tuvo maniatado desde el cancerbero hasta el delantero centro. Enhorabuena de nuevo a la parte sana de la afición del Atlético.
Y lo que me duele no es que gane el Atleti. Tampoco lo que me duele es que pierda el Real Madrid. Lo que me duele realmente es la forma de hacerlo. Sin actitud, sin ganas, sin profesionalidad, sin oficio y sin respeto por su afición que es quien siempre los arropa. Una verdadera vergüenza el comportamiento de la plantilla hacia sus seguidores. Este no es el Real Madrid. El último derbi se convirtió en un encuentro de hambrientos contra saciados. Y mientras los hambrientos peleaban cada balón con el orgullo y garra que su afición les exige, los saciados salieron a pasearse al campo sin el más mínimo coraje, importándoles un carajo el escudo que lucen en su elástica y sin pensar en absoluto en su afición. El luminoso reflejó a la perfección lo ocurrido: un contundente 4-0 que sumado a la eliminación copera del Madrid por parte del Atleti consumó la pérdida de la hegemonía blanca en la capital. Bien Atleti, bien. Chapeau. No puedo decir Pateti porque ha demostrado no serlo y el respeto no se exige, se gana. Y conmigo lo ha hecho. Sí señor. No así el sector chusma de su afición, esos que piden respeto cuando luego siguen haciendo cánticos jocosos incluso en contra de fallecidos, esos mismos que se dan golpes de pecho en el homenaje a Don Luis Aragonés y luego gritan con escarnio mofas rompiendo momentos respetables, tan magnánimes en el mundo del fútbol, como el minuto de silencio tras el óbito de Don Alfredo Di Stéfano. A esa gentuza ni agua. Ellos sólos se retratan. El equipo, repito, chapeau.
Y retratados quedaron varios jugadores blancos el último derbi. Varios, dícese los once que saltaron al césped sin gana ninguna. Todos, ¿eh? Todos. Los que antes estaban de dulce ahora están de amargo y de ácido. Incluyo al míster. Si el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, Ancelloti es el único entrenador que tropieza seis veces con el mismo planteamiento. Increíble. Seis veces ya que Diego Pablo le gana tácticamente. Que la ocasión más clara de gol que tuviera el Real fuera un tiro lejano de Illarra dice mucho de lo que se vio en el encuentro. Qué desastre. Qué falta de coraje. Ahora aguardo el toque de atención. La última vez se encadenó una racha de veintidós triunfos consecutivos. A ver si ahora ocurre lo mismo y finalmente se gana el campeonato doméstico y se avanza en las eliminatorias de la Champions. Porque eso sí, seguimos líderes en la clasificación, pero hay que volver a la senda que nos llevo a serlo. Y a día de hoy somos el príncipe destronado. Enhorabuena de nuevo, atléticos. Y ahora sí, madridistas, volvamos a portar la corona. ¡¡Vamos!! Hala Madrid. "Siempre fieles, siempre leales".
El caso es que tras más de 14 años sin que el Atlético de Madrid ganase un derbi al Real Madrid, han cambiado las tornas y de los últimos seis enfrentamientos directos han ido a parar todas las victorias a la orilla del Manzanares. Por simple estadística las victorias colchoneras habrían de llegar y por simple justicia debería ser algo sonado. Y lo fue. Final de la Copa del Rey, Estadio Santiago Bernabéu, Real Madrid contra Atlético de Madrid. 1-2 para los colchoneros. Se rompía la hegemonía y de qué manera para el Atleti, ganándole a su eterno rival en su casa y arrebatándole un título en la final del campeonato. Ese partido fue el punto de inflexión, si bien posteriormente llegarían la eliminación de la siguiente edición de la Copa del Rey del Atlético por parte del Madrid con un global de 5-0 y la Décima Copa de Europa para el Real Madrid, ganada frente al Atlético en la finalísima del campeonato que será recordada por el ultramentadísimo minuto 92;48 en el que Sergio Ramos igualaba el marcador de la contienda, forzando la prórroga en la que finalmente salió triunfal el equipo vikingo. 4-1 y la Copa de Europa a Concha Espina. Pero algo había cambiado ya. El Atleti casi sale campeón si no es por el empate a uno in extremis. Prácticamente acariciaban "la orejona"...
El rey seguía siendo el Real Madrid. Pero a día de hoy no lo es. Tras aquella ruptura del embrujo que mantenía al Atleti atado a la derrota que se resquebrajó en la citada final de la Copa del Rey y que apunto estuvo de consumarse en la final de la Champions, el equipo rojiblanco ha destronado al Madrid. Le ha ganado derbis en liga, en eliminatorias, en un campo y en otro. Y de qué maneras. De todos los colores. Con violencia y sin ella. Con juego rácano y con toque. Con defensa replegada y con defensa atacando y entrando cual cuchillo en mantequilla. Cada uno de los últimos partidos entre ambos han sido un repaso técnico tremendo del Cholo Simenone a Carletto. Hasta tal punto que la pasada jornada liguera el marcardor del Vicente Calderón lucía un espléndido 4-0 a favor de la afición colchonera. Y las cosas como son: merecidísimo, con fútbol total en el campo, sin juego sucio, sin polémica arbitral y dominando de principio a fin al equipo merengue, al que tuvo maniatado desde el cancerbero hasta el delantero centro. Enhorabuena de nuevo a la parte sana de la afición del Atlético.
Y lo que me duele no es que gane el Atleti. Tampoco lo que me duele es que pierda el Real Madrid. Lo que me duele realmente es la forma de hacerlo. Sin actitud, sin ganas, sin profesionalidad, sin oficio y sin respeto por su afición que es quien siempre los arropa. Una verdadera vergüenza el comportamiento de la plantilla hacia sus seguidores. Este no es el Real Madrid. El último derbi se convirtió en un encuentro de hambrientos contra saciados. Y mientras los hambrientos peleaban cada balón con el orgullo y garra que su afición les exige, los saciados salieron a pasearse al campo sin el más mínimo coraje, importándoles un carajo el escudo que lucen en su elástica y sin pensar en absoluto en su afición. El luminoso reflejó a la perfección lo ocurrido: un contundente 4-0 que sumado a la eliminación copera del Madrid por parte del Atleti consumó la pérdida de la hegemonía blanca en la capital. Bien Atleti, bien. Chapeau. No puedo decir Pateti porque ha demostrado no serlo y el respeto no se exige, se gana. Y conmigo lo ha hecho. Sí señor. No así el sector chusma de su afición, esos que piden respeto cuando luego siguen haciendo cánticos jocosos incluso en contra de fallecidos, esos mismos que se dan golpes de pecho en el homenaje a Don Luis Aragonés y luego gritan con escarnio mofas rompiendo momentos respetables, tan magnánimes en el mundo del fútbol, como el minuto de silencio tras el óbito de Don Alfredo Di Stéfano. A esa gentuza ni agua. Ellos sólos se retratan. El equipo, repito, chapeau.
Enhorabuena por el blog, pisha! Un buen análisis futbolístico, sí senor. A ver lo que hacen esta noche contra el Schalke. Saludos desde Amsterdam!! PD: Me ha gustado eso de «.... y mi alma en Andalucía».
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