Londres es, sin duda, una de las capitales más emblemáticas de Europa. Quizás por la forma de ser de los británicos, quizás por seguir manteniéndose en Reino Unido la libra esterlina, la yarda y los orígenes de la Ceca, desdeñándose el concepto de Unión Europea y arraigándose a lo propio, quizás por sus autobuses de dos plantas tan característicos, el mil veces fotografiado Big Ben, la gran noria conocida como el Ojo de Londres, los secretos que guardan en torno a ellas las joyas de la corona, los cambios de guardia de los beefeaters, el Puente de las Torres, etc. Londres es Londres y tiene una magia especial oculta en contrastes tan grandes como el de Notthing Hill y Candem Town. Todo viajero que llega a la capital de Inglaterra sabe qué tiene ver y dónde tomar sus instantáneas. Sin embargo, una de las leyendas más conocidas de esta fascinante ciudad suele pasar desapercibida y el excursionista o turista regresa del viaje sin haberse enterado. Se trata de la Leyenda de los Cuervos de la Torre de Londres. Hoy en el Rincón hablaré de ella y daré algunos datos curiosos al respecto, de modo que conozcáis esta leyenda y los que visitéis la capital inglesa os hagáis eco de la misma y podáis disfrutarla in situ. La visita a la Torre de Londres es obligatoria pues es de los sitios más llamativos de la ciudad por su historia y significado. En ella veréis a sus curiosos habitantes y lo que significan los mismos. Los cuervos.
Lo primero a reseñar es que la Torre de Londres ha tenido diversos usos, como residencia real, armería y prisión. Fue conocida durante más de novecientos años como la "Torre del Terror" pues en ella eran encerradas todas aquellas personas que ofendían a la corona. La mayoría de los presos que allí vivieron lo hicieron en pésimas y horribles condiciones y no salieron de allí con vida o fueron torturados y ejecutados en la cercana Tower Hill (Colina de la Torre). Muchos personajes de gran relevancia tuvieron la desgracia de sufrir entre las paredes de la Torre de Londres, como por ejemplo, la reina consorte Ana Bolena, el barón William Hastings o el pensador y escritor Tomás Moro. Además de ello, en la Torre, entre otras cosas, se encuentran las Joyas de la Corona, una de las atracciones preferidas de los visitantes que se trata de una colección de incalculable valor de coronas, cetros y espadas, con connotaciones religiosas e históricas. El lugar aúna el poder y la grandeza del reino y, claro, alguien debe velar por su simbología, su permanencia y su fortaleza. Los encargados de ello no son otros que los cuervos de la Torre de Londres. Ahí radica su leyenda.
Se dice que desde tiempo inmemorial y atraídos por los cadáveres de los ejecutados allí, ha habido siempre cuervos residiendo en los jardines y alrededores de la Torre de Londres y que ellos eran los custodios del lugar, hasta tal punto que arraigó la creencia de que si algún día no estuvieran los animales allí, la torre se desplomaría y, con ella, caería la grandeza de la corona y, por tanto, el reino, sumiéndose el país en el caos. Tal fuerza adquirió la leyenda que el rey Carlos II, mediante un Decreto real en el siglo XVII, ordenó que siempre debería haber un mínimo de seis cuervos en el lugar y, desde entonces, la superstición es tal que se crían allí cuervos en cautividad y se les recortan un poco las plumas para que puedan volar sólo distancias cortas y no huyan de la Torre. El encargado de ello es conocido como Ravenmaster (Maestro de los Cuervos) que es quien los cuida, los alimenta y les corta los extremos de una de las alas para evitar que escapen. No obstante, siempre hay siete cuervos, los seis dictaminados en el decreto y uno más, por si acaso. Así de grande es la creencia.
Los cuervos de la Torre están bajo el cuidado de los Beefeater, se les anilla para tenerlos identificados y se les pone nombre a todos y cada uno de ellos, siendo los actuales Poppy, Erin, Jubilee, Rocky, Harris, Gripp y Georgie, sumándose ahora Merlina, conocida como "la reina de los cuervos". Su alimentación consta de una dieta específica y son tratados casi como la realeza, viviendo en un palacio y teniendo criados para atenderlos. Tienen miles de anécdotas que podríamos contar. Entre las más destacables hay que traer a colación la ocurrida en la II Guerra Mundial. Parece ser que sólo uno de los cuervos sobrevivió a los bombardeos pues varios fallecieron y otros huyeron del lugar. Ante la situación, el primer ministro, Winston Churchill, temiendo que se cumpliese la profecía, ordenó que se llevasen más cuervos al entorno de la Torre de Londres y, estando en tiempos de guerra, los mismos fueron alistados en calidad de soldados del reino y se les emitieron tarjetas de certificación igual que al resto de militares, pudiendo incluso ser despedidos por conducta insatisfactoria o incorrecta. A día de hoy, estas aves tienen incluso habilidades verbales siendo llamativa la sorpresa que no hace mucho se llevó Vladimir Putin, presidente de Rusia, cuando en una visita uno de los cuervos le dijo "Buenos días".
Y esa es la leyenda que hoy os traigo al Rincón. Curiosa, sin duda y, aunque conocida, no muy expandida. Espero que os hayan entretenido y gustado los datos de la misma. Ya sabéis qué visitar si tenéis ocasión de ir a Londres y por qué siempre hay cuervos en la Torre, como mínimo seis. El día que no los haya... mal augurio para el Reino de Inglaterra. ¡Hasta otra, amigos!
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