"Españolito que vienes al mundo te guarde Dios. Una de las dos Españas ha de helarte el corazón". He elegido ese ultra conocido extracto del poema "Españolito" de Antonio Machado, incluido en "Proverbios y cantares" de su obra Campos de Castilla, para empezar esta entrada porque, desgraciadamente, no puede estar más de rabiosa actualidad habiendo pasado varias décadas desde aquella nefasta Guerra Civil en la que se perdieron cerca de un millón de almas y dio lugar a las famosas dos Españas. La incultura, la manipulación histórica, las verdades a medias, el afán de venganza queriendo ganar ahora lo que se perdió en su día y algún político nefasto y lenguaraz dan lugar a que lejos de cerrarse la herida y abrazarse nuevamente los dos bordes de la incisión, se reaviven las ascuas y encontremos en el día a día los vocablos "facha" y "rojo" en su más despectivo uso. Y si bien es cierto que hubo muertos por un bando es igual de cierto que también los hubo por el otro. Por eso, amante como soy de la historia y leyendas del lugar en el que habito, hoy traigo unas líneas acerca de la Memoria Histórica que se halla en Ciudad Real y sus cercanías. Y es que una guerra es una guerra y deja destrozos por donde pasa. Se cometen locuras, atrocidades, verdaderas tropelías y dramáticos acontecimientos que perduran en el tiempo.
Y lo que sí observo es que muchos mientras se dedican a señalar las barbaries de un bando, olvidan las del otro. Y no. Eso no es de recibo. Disparates se cometieron en los dos. Y quien se expone a dar se expone a recibir. Por eso traigo a colación una historia de las que se obvian por estos lares y, sin embargo, también forma parte de la lamentable Memoria Histórica. Quien vive en Ciudad Real habrá oído mil y una vez el nombre Obispo Esténaga y sabrá que es una céntrica calle de la capital cuyo nombre, curiosamente, casi ningún ciudadano atina a decir bien pues se oye Obispo Estenága, Esteneaga, Estánega, Estanega y varias variantes más. Pero, independientemente de su nombre correcto, Don Narciso de Esténaga y Echeverría, prácticamente todos aquellos que hablan de la Memoria Histórica ignoran o quieren ignorar que este hombre, además de Obispo, fue mártir de la Guerra Civil y asesinado. Y eso también es nefasta historia.Y si se recuerdan las cunetas se recuerda el Piélago, ¿o no? Maldito removimiento de ascuas pero si se remueven se remueven todas, cosa de la que yo, personalmente, no soy partícipe. Pero ya se cansa uno de la estulticia que abunda en ciertos jóvenes que se creen ilustrados y desconocen completamente la génesis de la partición de España. Y los hay. Y muchos. Y "fachas" y "rojos". E imbéciles ambos.
Basta con leer por encima la biografía de este hombre para apreciar que falleció en una fecha marcada y en un lugar curioso: 22 de Agosto de 1936 en Peralbillo Alto. ¿Y cómo llegó a morir en una pedanía de Miguelturra quien nacido en Logroño llegara a ser Prior de las Órdenes Militares del Obispado de Ciudad Real? Pues cosas de la guerra. Como antes decía: barbaries, tropelías y locuras. El caso es que en el lugar donde se fusiló de manera cobarde a este hombre, tiempo después se levantó una cruz de piedra que recuerda tal hecho. Y sí, eso también es Memoria Histórica. Igual que la del asesinato de su capellán Julio Melgar que también fue acribillado a tiros en el mismo lugar. Ambos fueron obligados a la fuerza a salir de su residencia el día 13 de Agosto del citado año y ambos fueron muertos a balazos el referido día 22 a manos de los milicianos. ¿Por qué? Odios de la guerra. Igual que quemar las iglesias. O igual que tras finalizar el conflicto no llegar la paz, sino la venganza. Y seguirse cometiendo barbaridades por el otro bando.
Los cadáveres del Obispo Esténaga y de su capellán Julio Melgar fueron hallados a la mañana siguiente y se trasladaron al cementerio de Ciudad Real dándoles enterramiento en la sepultura del Cabildo Catedralicio. Posteriormente en el año 1940 los restos mortales fueron trasladados a la Catedral hallándose los del Obispo Narciso Esténaga a los pies de la escalinata que conduce al altar mayor bajo una lápida con un texto en latín que narra lo ocurrido. Los de Julio Melgar se encuentran también en la Catedral en una capilla lateral. Finalmente este mártir de la Guerra Civil fue beatificado junto con otros 497 mártires, dato que también es Memoria Histórica patente y real, en Roma el día 28 de Octubre de 2007.
El punto exacto del fusilamiento se encuentra a las orillas del Guadiana, a ocho kilómetros de Ciudad Real, a día de hoy algo sumergido por el embalse del Vicario sobre el río Bañuelos antes de su desembocadura como afluente al río Guadiana, en el ensanche natural del Piélago y en término municipal de Miguelturra, localidad a la que, como antes se ha dicho, pertenece la pedanía de Peralbillo. En su recuerdo el grupo de Acción Católica fue quien levantó el memorial que recuerda los hechos. Una pena como tantas otras. Maldito conflicto civil... Y aquí acaba el capítulo de la Memoria Histórica con el Obispo Esténaga. Descanse él y vivamos nosotros en paz.
Los cadáveres del Obispo Esténaga y de su capellán Julio Melgar fueron hallados a la mañana siguiente y se trasladaron al cementerio de Ciudad Real dándoles enterramiento en la sepultura del Cabildo Catedralicio. Posteriormente en el año 1940 los restos mortales fueron trasladados a la Catedral hallándose los del Obispo Narciso Esténaga a los pies de la escalinata que conduce al altar mayor bajo una lápida con un texto en latín que narra lo ocurrido. Los de Julio Melgar se encuentran también en la Catedral en una capilla lateral. Finalmente este mártir de la Guerra Civil fue beatificado junto con otros 497 mártires, dato que también es Memoria Histórica patente y real, en Roma el día 28 de Octubre de 2007.
El punto exacto del fusilamiento se encuentra a las orillas del Guadiana, a ocho kilómetros de Ciudad Real, a día de hoy algo sumergido por el embalse del Vicario sobre el río Bañuelos antes de su desembocadura como afluente al río Guadiana, en el ensanche natural del Piélago y en término municipal de Miguelturra, localidad a la que, como antes se ha dicho, pertenece la pedanía de Peralbillo. En su recuerdo el grupo de Acción Católica fue quien levantó el memorial que recuerda los hechos. Una pena como tantas otras. Maldito conflicto civil... Y aquí acaba el capítulo de la Memoria Histórica con el Obispo Esténaga. Descanse él y vivamos nosotros en paz.