jueves, 23 de enero de 2025

LA ALDEA DE CIRUELA

Todo habitante de Ciudad Real conoce la calle Ciruela. Une el corazón de la ciudad, empezando en la Plaza del Pilar, con la Ronda que lleva su nombre, donde antes existía la muralla y más allá los extramuros. Pero no todos saben el por qué de ese nombre tanto a la calle como a la ronda: Calle de Ciruela y Ronda de Ciruela. Quizás el de la ronda sí, porque igual que las demás, toma su nombre de la calle que desemboca en la misma, pero, ¿la calle? Me aventuraría a decir que todos de niño hemos pensado en la fruta y jamás hemos entendido por qué una de las principales calles de la ciudad tenía ese nombre. Al menos yo, de niño, sin llegar ni a la decena de años, sonreía pensando qué afortunada era la ciruela en comparación con el melocotón o la sandía que hasta tenía una calle. Hasta que fui creciendo y descubrí que cuando una calle tiene un nombre, las linderas suelen tener otro relacionado, como ocurre, por ejemplo, en el Barrio de Pío XII donde tienen nombres de pintores, en la zona de la Puerta de Santa María donde tienen nombres de ríos o en el nuevo Barrio de la Guija donde tomaron nombres de los componentes del sistema solar. Así descarté que la calle Ciruela se debiese a fruta alguna y me quedé con la duda del origen de su nombre. Y fue hace pocos años cuando lo descubrí y hace escasos días cuando decidí estudiarlo. Todo ello es debido a la existencia de una vieja aldea a escasos kilómetros de Ciudad Real que tenía ese nombre y a la que se llegaba, prácticamente en línea recta, tomando dirección sur desde la céntrica Plaza del Pilar por la calle que conducía a aquella, lo que hizo que se llamase a la misma "la calle (que va a la Aldea) de Ciruela". Por cierto, la puerta ubicada en las murallas que daba acceso a la ciudad por tal lugar, ya lo podéis intuir, también se llamó "Puerta de Ciruela", claro está. Y precisamente eso es lo que vengo a dejar hoy plasmado en el Rincón, no sólo el origen del nombre de la calle, sino qué fue la Aldea de Ciruela y qué queda de ella.

Antigua Puerta de Ciruela

La historia nos remonta hasta primeros del siglo XII, pues aunque no puede saberse con certeza cuando se fundó la aldea, sí que está datado que en el año 1156, con el mandato del rey Alfonso VII, fue donada al caballero toledano Armildo Meléndez para poblarla. La Aldea de Ciruela perteneció primeramente a Alarcos, después a Villa Real y, finalmente, a nuestra querida Ciudad Real. El lugar está enclavado en el sitio conocido como Cerrillo de la Horca, a la vera del río Jabalón, en un pequeño alto que domina el valle, entre los castillos de Calatrava y Caracuel. Existía allí una fortaleza construida sobre un domo volcánico (lava solidificada) de unos doce metros de altura y laterales prácticamente verticales. Se cree que dicha fortaleza fue edificada por los árabes y tenía por nombre Hisn al Sujaryola. Los avatares de encontrarse entre caminos fronterizos y de paso de un castillo a otro hizo que pasase de moros a cristianos y viceversa en varias ocasiones. En el año 1187, estaba bajo dominio cristiano, pues cuando el Papa Gregorio VII, por bula pontificia, reconoció la Orden de Calatrava la cual tenía varios castillos en su poder, se nombraba Zuerola (Ciruela) entre ellos, como Alarcos, Caracuel, Benavente, Piedrabuena, Malagón y Guadalerzas. En 1195, tras la batalla de Alarcos, pasó de nuevo a estar sometida por los árabes y en 1212, las armas cristianas recuperaron su dominio y repoblación a su paso hacia las Navas de Tolosa. En tal fecha se entregó la aldea a Doña Zuera María Armíldez hija de Armildo Meléndez a quien se le hubo donado la aldea para poblarla, como antes decía. 

La aldea con su fortaleza y la iglesia que frente al castillo se construyó, pasó a ser de Villa Real en el año 1255, con el rey Alfonso X, el Sabio quien al fundar la villa ya la menciona en la Carta Puebla y la integra en los territorios que dominará la recién fundada. Era llamada entonces Figueruela y en el documento figura así: "Et do á esta villa sobredicha que haya por aldeas ó por término Zuhéruela é Villa del Pozo é la Figueruela et Poblet é Alvala con todos sus términos yermos é poblados é con todos sus derechos, con montes, con fuentes, con ríos, con pastos, con todas sus entradas é con todas sus salidas é con todas su pertenencias assí como las han estos lugares sobre dichos é las deven aver". Desde entonces hasta nuestros días ha permanecido ligada a Ciudad Real y aunque nunca fue una gran población siempre ha mantenido vida en sus viviendas. En el sigo XIX ya hay escritos que mencionan su estado ruinoso y amenazante de derrumbe, estando la pequeña Aldea de Ciruela prácticamente despoblada y abandonada, contando únicamente en 1890 con 39 construcciones y 81 vecinos, como aseveró Hervás y Buendía. La decadencia de la pequeña urbe siguió imparable y en 1904 se suprimió la Parroquia rural de Ciruela pues comenzaba a desplomarse y, pese a haberse celebrado en ella grandes misas y contar, incluso, con una Romería señalada el día 3 de Mayo a la que asistían numerosas gentes de Ciudad Real, Miguelturra y otros pueblos cercanos, ya no iba nadie. Aguantaron, aún así, las celebraciones eclesiásticas hasta el año 1931 y la edificación en pie hasta que la Guerra Civil hizo sus estragos y, posteriormente, en 1975, el párroco de Miguelturra de adueñó indebidamente de su puerta de estilo gótico y la trasladó a su pueblo, donde podemos verla como acceso a la actual sacristía de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Eso fue el final total de la Iglesia de Ciruela, de la que a la fecha sólo quedan restos de sus muros.

Del castillo, igualmente, tan sólo quedan resquicios, cascotes y algunas piedras de su basamento que nos recuerdan lo que algún día debió de ser y que hace siglos que se derrumbó. En cuanto a la aldea en sí, está abandonada, derruida y ruinosa. Cuando sus terratenientes marcharon de ella no quedó nadie allí. No tiene acometidas de agua potable ni llega la línea de luz y electricidad hasta ella. Sin embargo, como antes narraba, siempre ha tenido algo de vida. Tras unos pocos años sin nadie, Francisco Fernández, más conocido como "Fran, el habitante de Ciruela", se decidió a vivir allí. Reside allí totalmente solo y su compañía son sus mascotas No usa reloj ni teléfono y afirma que vive feliz y en paz. Por su parte, Marcial González, que mantiene allí una segunda residencia y pasa la temporada estival en la aldea donde vivieron sus mayores, cuenta que hoy existen doce viviendas restauradas y acondicionadas para poder vivir en Ciruela. El 30 de Agosto de 2011 se creó la Asociación de Vecinos y Vecinas de la Aldea de Ciruela que persigue mantener viva la historia de este lugar que tuvo una gran importancia en su momento, darlo a conocer y poner en valor lo que significó en su día para Ciudad Real. El presidente es el propio Marcial. Nadie mejor que él para ello. A Ciruela la memoria colectiva le debe un respeto y nada muere del todo mientras se le recuerda. Acercaos por allí y conocer estos resquicios de nuestra tierra. Si bien los pocos restos del castillo, de la iglesia y de antiguas construcciones no os dejarán indiferentes, menos lo harán las cargas históricas y las fuerzas sentimentales que emanan del lugar. Y esto es la historia de una aldea abandonada y que tan sólo tiene un habitante, el entrañable Fran, del nombre de una puerta, una ronda y una calle. Esta es la historia de la Aldea de Ciruela.

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