La Cuaresma va avanzando. Un año más la estoy disfrutando del modo que más me gusta: entre fajas y costales. O bien voy a ver los ensayos de otras cuadrillas o bien estoy en los ensayos de las mías, pero el caso es estar pegado a las divinas maderas que tanta afición y devoción causan a los tocados por la gracia de Dios para ser costaleros en este mundo. Y así voy descontando día tras día hasta el esperado mes de Abril en el que llegue la Gloria un año más y pueda tocar el Cielo con las manos. Los que ya llevamos algunos años bajo las trabajaderas disfrutamos de los ensayos tanto o más como el día el grande, pues sabemos que, si bien, paso dado es paso ganado, paso dado es paso que no ha de repetirse, Dios mediante, hasta el año siguiente. Por eso hay que disfrutar cada levantá, cada chicotá y cada arriá de principio a fin. Soñamos con esta época todo el año y hay que exprimirla al máximo pues tal cual llega se va.
Este año a las alturas de Cuaresma que estamos me quedan solamente por disfrutar tres ensayos y los correspondientes retranqueos. Parece ayer cuando escribí el post "A vueltas con las cofradías" porque estaba radiante de alegría al recibir la primera fecha que me citaba a la primera igualá de este año. Han transcurrido solo unos meses y ya empieza a embargarme la sensación de que otra vez se va la Gloria sin haber llegado. Tan grande es el deseo de que llegue y tan efímera su presencia que no me canso de repetir la frase que el poeta dijera y con tanto afán repito y recreo vísperas tras vísperas: "No quiero que llegues, quiero oírte llegar". Y ahora que ya degusto el bacalao con tomate, ahora que ya florece el azahar, ahora que el almíbar de la miel endulza mis postres y ahora que están las calles llenas de parihuelas de ensayo es cuando más se la oye llegar. Es inminente su meta, esa meta que rompe en sentimientos siempre nítidos en la mente del cofrade y que llevan por nombre Domingo de Ramos.
La verdad es que mientras escribía mi proyecto de este año me ha venido de golpe un ímpetu tremendo de seguir disfrutando al máximo de estas vísperas que hoy vivimos. Ojalá tuviera ensayo ahora mismo, pero tendré que esperar hasta el Domingo y disfrutar con la gente buena del Prendimiento y con la gente fiel y noble del Señor de la Bondad. Dos ensayos a los que les tengo muchas ganas y en los que me siento muy feliz con la gente que comparto trabajo. Este año, además, en uno de ellos vino mi mujer a visitarme y me hizo especial ilusión ya que a ella no le gustan las cofradías como a mí y no me la esperaba. No dudé en inmortalizar el momento y sonreír cada vez que veo la foto "de familia" de la cual algún día hablaré más. Entre tanto seguiré agotando esta Cuaresma, disfrutaré viendo otros ensayos, hablando con amigos de otras cuadrillas, yendo a tertulias y pregones, visitando Casas Hermandad y, en definitiva, estando donde más me gusta estar: "entre fajas y costales".