Ahora que es inminente la llegada del verano y que se avecinan de nuevo las tradiciones de cada uno para dar su pistoletazo de salida al estío, he recordado una leyenda que quería contaros en este pequeño Rincón. Más que una leyenda es la explicación de una costumbre sevillana llamada "Las Lágrimas de San Pedro" que no es muy conocida salvo por aquellos estudiosos de las tradiciones y festividades. Y quiero contarla ahora porque en pleno verano, desde el día de San Juan en adelante, hay muchas historias y costumbres de este tipo repartidas por toda la geografía española como el Salto de las Hogueras, Carrera sobre Brasas, la Noche de Beltane, las Lágrimas de San Lorenzo o las Lluvias de Estrellas. Muchas de estas costumbres suelen aparecer en los medios de comunicación cuando tienen lugar, pero otras pasan totalmente desapercibidas. En mi querida ciudad de Sevilla, la noche de San Pedro, del 28 al 29 de Junio, era muy celebrada y se solían hacer repiques de campanas y luminarias, datándose esta tradición desde el siglo XV. Y con este motivo y unos datos históricos nació la leyenda de unos sones de clarines que hoy vengo a relataros...
Como tal, las "Lágrimas de San Pedro" son una tradición que se remonta como antes decía al siglo XV, consistente en repiques de campanas y luminarias. Su nombre proviene del propio Apóstol San Pedro, primer Papa de la Iglesia, que negó tres veces a Jesús en el atrio de la casa de Caifás en Jerusalén, cumpliéndose la escritura que rezaba "Antes de que cante el gallo me negarás tres veces". Por eso la tradición de las Lágrimas se celebra el día de San Pedro (29 de Junio) al alba. A día de hoy consiste en unos toques de clarines con sonidos lastimeros que evocan aquellas amargas lágrimas de San Pedro tras negar a su Maestro y se interpretan tres veces, una por cada negación, desde el cuerpo de campanas de la Giralda: el día 29 a las 00;00 horas de la medianoche entrando ya en el día de San Pedro, a las 09:30 horas de la mañana y a las 12:00 horas del mediodía. Los sones que interpretan miembros de la Banda del Sol simbolizan las lágrimas del Apóstol y también se repiten tres veces en cada cara de la torre en recuerdo de las tres negaciones de San Pedro. Comienzan los sones en dirección a los Reales Alcazares, después dirección hacia el Aljarafe, en penúltimo lugar hacia la Plaza de San Francisco y finalmente hacia la Plaza de la Virgen de los Reyes. Entre tanto se interpretan los toques, alabarderos de la Banda hacen guardia en la Puerta de Palos de la Catedral y, una vez que terminan de sonar "Las Lágrimas de San Pedro", se reúnen con toda la banda a los pies de la Giralda y van juntos hasta la Capilla Real y rinden honores a los pies de la Virgen de los Reyes cuya imagen, precisamente, fue regalada a Sevilla por el Rey Don Fernando, íntimamente ligado a la historia de esta leyenda.