Sí señores. No espero más. Ya pasó el Rey Baltasar y tras su carroza venía la primera Cruz de Guía. Estamos ya de igualás y ensayos. Eso es así para los cofrades. Y para los que no, también. Conforme terminamos de recoger los últimos caramelos arrojados por los Reyes Magos en la Cabalgata, conforme terminamos de guardar las figuritas del Portal de Belén en sus cajas, conforme quitamos las últimas bolas y espumillones del Árbol de Navidad, comienzan a llenarse los días de igualás y ensayos, apareciendo por las calles las primeras parihuelas y costales. Es el tiempo de PreCuaresma que más ansiamos los cofrades. Y matizo: los cofrades. Es decir, no sólo los costaleros. Tras el Rey Negro viene la primera Cruz de Guía, no la primera parihuela ni el primer costal. Una cosa es que el "mundo costaleril" sea el primer batallón cofrade en aparecer en este tiempo y otra cosa es que sea el único. Al terminar la Navidad salen de su letargo (si es que alguna vez ha existido) las hermandades y cofradías. Comienza de nuevo el sueño, la limpieza de plata, el planchado de telas, el encargo de cera, las noches en vela de la priostía y una largo etcétera que afecta a todos los cofrades, no sólo a los costaleros, aunque éstos sean (seamos) los primeros en empezar con nuestro ruidoso batiburrillo de botines, fajas y ropas.
Y ahora sí que sí al turrón. ¡¡Pero si ya no es Navidad!! Por eso. Al turrón. Expresión que sirve para atacar y afrontar cualquier cuestión sean Pascuas o no. Si además luego os coméis más el mazapán que el turrón... ¡Quejicas! ¿Que llega el Carnaval? Pues al turrón con los disfraces. ¿Que llegan las igualás? Pues al turrón con los costales. ¿Que llega el verano? Pues al turrón con las barbacoas. ¿Que llega otra vez la Navidad? Pues al... mazapán. Y así siempre. Que está el mundo loco y más para los cofrades. ¿No escuchamos marchas en Agosto? Pues nos comemos el turrón en Mayo. ¿A qué los de mi gremio me entendéis? Y con la que está cayendo luego los locos somos nosotros. ¡Homepofavó! Al turrón ya, compadre. Saca los botines, el costal y la faja. ¡Venga la primera! ¡Ponerse!
Estamos deseando ya oír la voz del capataz, llenarnos de reencuentros y abrazos en la igualá, tomarnos algo hablando de lo que nos gusta y pegar bimbazos. "¡Eshále lavadoras en lo alto, miarma! Esto no pesa ná..." Estamos ya locos de deseo de sacar las parihuelas a la calle y limpiarles el polvo a base de levantás. Nos pasamos el año soñando con estos momentos y ahora que ya podemos acariciarlos con la mano nos volvemos locos perdidos de alegría. Los nervios a flor de piel es poco. ¡¡Fuerte párriba!! Ya está la rata en la lata y estamos desatados. Tiempo de igualás y ensayos que tantas sensaciones y recuerdos nos regalas. Hace veinte primaveras que comencé a conocerte y todavía no te conozco del todo. Siempre me sorprendes con algo nuevo, siempre me das una vuelta de tuerca más a la trabajadera regulable de mi pasión costalera. ¿No es suficiente que sirva los platos de la cena de costero a costero? ¿No te sirve que cuando alguien aparca le diga "la derecha atrás"? ¿No te vale con que al llegar el otoño lo reciba con un "Venga de frente con él"? Tiempo de loco de igualás y ensayos, ¿cuándo es tu tiempo si todo el tiempo vivo como en el tiempo de tu tiempo? Y luego los locos somos nosotros estando el mundo loco. ¡Venga la segunda!
Ahora que ya has llegado y desatas la permanente locura de aquellos que vivimos las cofradías durante todo el año, es cuando más disfrutamos. Es como una precuaresma y antesala de las vísperas que están por llegar y que, benditas y malditas ellas a la vez, comienzan a marcar el principio del fin una vez más. Ahora que las guerras de religiones ocupan las portadas, ahora que el humano se afana en hacer el mal, ahora que no hay noticia buena en los diarios, ahora que el cuerdo mundo vive en paranoia, ahora, precisamente ahora nos dicen que los locos somos nosotros que nos dedicamos a disfrutar de lo que nos gusta sin hacer daño a nadie y con las puertas abiertas a todos. Será que ponerse un costal es decretar un desahucio. Será que acudir a una igualá es cometer un crimen. Será que ceñirse la faja es vestirse con corbata y robar bajo legal amparo. Será que los locos somos nosotros. Eso va a ser. ¡Tequiyá!
¡Bendita locura! ¡La tercera! ¡La cuarta! ¡La quinta! ¡La sexta! ¡La séptima! ¡Y la octava! ¡¡Ponerse los tíos!!
¡¡Fuerte párriba y a volar!!
Estamos deseando ya oír la voz del capataz, llenarnos de reencuentros y abrazos en la igualá, tomarnos algo hablando de lo que nos gusta y pegar bimbazos. "¡Eshále lavadoras en lo alto, miarma! Esto no pesa ná..." Estamos ya locos de deseo de sacar las parihuelas a la calle y limpiarles el polvo a base de levantás. Nos pasamos el año soñando con estos momentos y ahora que ya podemos acariciarlos con la mano nos volvemos locos perdidos de alegría. Los nervios a flor de piel es poco. ¡¡Fuerte párriba!! Ya está la rata en la lata y estamos desatados. Tiempo de igualás y ensayos que tantas sensaciones y recuerdos nos regalas. Hace veinte primaveras que comencé a conocerte y todavía no te conozco del todo. Siempre me sorprendes con algo nuevo, siempre me das una vuelta de tuerca más a la trabajadera regulable de mi pasión costalera. ¿No es suficiente que sirva los platos de la cena de costero a costero? ¿No te sirve que cuando alguien aparca le diga "la derecha atrás"? ¿No te vale con que al llegar el otoño lo reciba con un "Venga de frente con él"? Tiempo de loco de igualás y ensayos, ¿cuándo es tu tiempo si todo el tiempo vivo como en el tiempo de tu tiempo? Y luego los locos somos nosotros estando el mundo loco. ¡Venga la segunda!
Ahora que ya has llegado y desatas la permanente locura de aquellos que vivimos las cofradías durante todo el año, es cuando más disfrutamos. Es como una precuaresma y antesala de las vísperas que están por llegar y que, benditas y malditas ellas a la vez, comienzan a marcar el principio del fin una vez más. Ahora que las guerras de religiones ocupan las portadas, ahora que el humano se afana en hacer el mal, ahora que no hay noticia buena en los diarios, ahora que el cuerdo mundo vive en paranoia, ahora, precisamente ahora nos dicen que los locos somos nosotros que nos dedicamos a disfrutar de lo que nos gusta sin hacer daño a nadie y con las puertas abiertas a todos. Será que ponerse un costal es decretar un desahucio. Será que acudir a una igualá es cometer un crimen. Será que ceñirse la faja es vestirse con corbata y robar bajo legal amparo. Será que los locos somos nosotros. Eso va a ser. ¡Tequiyá!
¡Bendita locura! ¡La tercera! ¡La cuarta! ¡La quinta! ¡La sexta! ¡La séptima! ¡Y la octava! ¡¡Ponerse los tíos!!
¡¡Fuerte párriba y a volar!!
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