

Basta con leer por encima la biografía de este hombre para apreciar que falleció en una fecha marcada y en un lugar curioso: 22 de Agosto de 1936 en Peralbillo Alto. ¿Y cómo llegó a morir en una pedanía de Miguelturra quien nacido en Logroño llegara a ser Prior de las Órdenes Militares del Obispado de Ciudad Real? Pues cosas de la guerra. Como antes decía: barbaries, tropelías y locuras. El caso es que en el lugar donde se fusiló de manera cobarde a este hombre, tiempo después se levantó una cruz de piedra que recuerda tal hecho. Y sí, eso también es Memoria Histórica. Igual que la del asesinato de su capellán Julio Melgar que también fue acribillado a tiros en el mismo lugar. Ambos fueron obligados a la fuerza a salir de su residencia el día 13 de Agosto del citado año y ambos fueron muertos a balazos el referido día 22 a manos de los milicianos. ¿Por qué? Odios de la guerra. Igual que quemar las iglesias. O igual que tras finalizar el conflicto no llegar la paz, sino la venganza. Y seguirse cometiendo barbaridades por el otro bando.
Los cadáveres del Obispo Esténaga y de su capellán Julio Melgar fueron hallados a la mañana siguiente y se trasladaron al cementerio de Ciudad Real dándoles enterramiento en la sepultura del Cabildo Catedralicio. Posteriormente en el año 1940 los restos mortales fueron trasladados a la Catedral hallándose los del Obispo Narciso Esténaga a los pies de la escalinata que conduce al altar mayor bajo una lápida con un texto en latín que narra lo ocurrido. Los de Julio Melgar se encuentran también en la Catedral en una capilla lateral. Finalmente este mártir de la Guerra Civil fue beatificado junto con otros 497 mártires, dato que también es Memoria Histórica patente y real, en Roma el día 28 de Octubre de 2007.
El punto exacto del fusilamiento se encuentra a las orillas del Guadiana, a ocho kilómetros de Ciudad Real, a día de hoy algo sumergido por el embalse del Vicario sobre el río Bañuelos antes de su desembocadura como afluente al río Guadiana, en el ensanche natural del Piélago y en término municipal de Miguelturra, localidad a la que, como antes se ha dicho, pertenece la pedanía de Peralbillo. En su recuerdo el grupo de Acción Católica fue quien levantó el memorial que recuerda los hechos. Una pena como tantas otras. Maldito conflicto civil... Y aquí acaba el capítulo de la Memoria Histórica con el Obispo Esténaga. Descanse él y vivamos nosotros en paz.
Los cadáveres del Obispo Esténaga y de su capellán Julio Melgar fueron hallados a la mañana siguiente y se trasladaron al cementerio de Ciudad Real dándoles enterramiento en la sepultura del Cabildo Catedralicio. Posteriormente en el año 1940 los restos mortales fueron trasladados a la Catedral hallándose los del Obispo Narciso Esténaga a los pies de la escalinata que conduce al altar mayor bajo una lápida con un texto en latín que narra lo ocurrido. Los de Julio Melgar se encuentran también en la Catedral en una capilla lateral. Finalmente este mártir de la Guerra Civil fue beatificado junto con otros 497 mártires, dato que también es Memoria Histórica patente y real, en Roma el día 28 de Octubre de 2007.
El punto exacto del fusilamiento se encuentra a las orillas del Guadiana, a ocho kilómetros de Ciudad Real, a día de hoy algo sumergido por el embalse del Vicario sobre el río Bañuelos antes de su desembocadura como afluente al río Guadiana, en el ensanche natural del Piélago y en término municipal de Miguelturra, localidad a la que, como antes se ha dicho, pertenece la pedanía de Peralbillo. En su recuerdo el grupo de Acción Católica fue quien levantó el memorial que recuerda los hechos. Una pena como tantas otras. Maldito conflicto civil... Y aquí acaba el capítulo de la Memoria Histórica con el Obispo Esténaga. Descanse él y vivamos nosotros en paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario