¡Chist, chist! ¡Que viene, que viene! ¡¡Chist, chist!! ¡¡Que viene, que viene!! Ya se acerca de nuevo y ya está aquí encima, otro año más, la fase eliminatoria de la Champions League. Y con ella me veo en la obligatoria tarea de verter unas líneas sobre el deporte rey que, si bien continuamente sigo, tengo un poco abandonado en el blog. Y eso que por fútbol no será. Antes disfrutábamos de la jornada del fin de semana y de las competiciones coperas entre semana, cada quince días o un mes. Ahora tenemos fútbol a diario: el Lunes el partido en abierto que cierra la jornada liguera, el Martes el partido adelantado de la jornada de Copa del Rey que toque o partidos de Champions, el Miércoles se disputa el grueso en sí de las dos competiciones antes dichas dependiendo de cual sea su turno, el Jueves el partido que cierra la sesión de las "copas", el Viernes el partido adelantado de liga de la jornada del fin de semana, el Sábado parte de los partidos de Liga y el Domingo el resto de partidos de la jornada de la competición doméstica menos uno que será el que se juegue el Lunes y otra vez fútbol todos los días. Pero aún así cuando vuelve la Champions vuelve el fútbol en su estado máximo. Y eso es así. Inapelable. Contra dicha resolución no cabe recurso alguno.
Los futboleros que sean fieles al Rincón me entenderán y sabrán que cuando vuelve la Champions que nos dejó allá por Noviembre se despierta el gusanillo de las grandes noches europeas. Grandes partidos reconocidos por el viejo continente que a todos nos gusta ver: Juventus - Real Madrid, Milán - Barça, Manchester United - Bayer de Munich... Son los grandes clásicos del fútbol europeo y por años que pasen y sus plantillas estén atravesando ciclos a veces mejores y a veces peores no dejan nunca de ser partidazos supremos, dícese de cerveza, palomitas y sofá. Los que nos gustan a los futboleros de pro. Y nos gustan más todavía cuando nuestro equipo es uno de ellos y lucha por irse clasificando en el camino que conduce a levantar la "orejona" en una épica final que convierta al club en el más fuerte de Europa. Y claro, vuelve el fútbol y con él los cachondeos y piques. Y eso es así. También inapelable y fuera de todo recurso.
Sabemos de sobra que con las mismas ganas que vuelve a nuestro mundillo del fútbol las ganas de que nuestro equipo se clasifique, vuelven las ganas de que los equipos rivales en la competición doméstica sean eliminados en esta gran competición europea y así aprovechar y reírnos un poquito del enemigo. Y no me vengan ahora los puristas diciendo la consabida coletilla de "pues si es un equipo español el que juega, yo lo apoyo" porque no se lo cree ni él harto de jarrillos de vino peleón. Vamos, que levanten la mano los barcelonistas que apoyan al Madrid cuando se juega la clasificación contra, por ejemplo, el Liverpool. O que levanten la mano los madridistas que apoyan al Barça cuando se juega la clasificación contra el Manchester City. Venga ya... Ni uno. Y los que la hayan levantado que se vayan de la tasca que ya van muy cargados de licor. Vamos a ser serios, hombre, y honrados. El fútbol conlleva un principio de amor-odio inevitable. El que ama a su equipo, odia a su eterno rival. Y eso, como ustedes saben, es así. Del mismo modo inapelable y sin posibilidad de recurso.
Estén atentos estos días a las redes sociales pues los cachondeos están servidos. Facebook, twitter y demás se colapsarán los días de "ciertos resultados" a favor o en contra de nuestros equipos. Vuelve el fútbol europeo y los piques entre madridistas, barcelonistas y atléticos no tardarán en relucir nuevamente. Y con ellos los despotriques contra árbitros, federaciones, propios futbolistas y aficiones. Porque si algo tiene el fútbol es eso. Nos da alegrías y berrinches. Unos días nos reímos y otros se ríen de nosotros. Y aguantamos carros y carretas para cachondearnos en el momento oportuno. Los mentirosos que siguen con la mano en alto que la bajen ya. Que no. Que no váis a animar a un equipo rival en la clasificación de la champions y menos si vuestro equipo ya ha sido eliminado. Id con la milonga a otro lado que no os creemos. El caso es que la Champions ya está aquí. De nuevo los piques. Y eso nos gusta. Es la salsa del fútbol y ya viene de nuevo. Yo ya tengo el pan en la mano para mojar en ella. Avisados quedan. El fútbol es así. Y no, no cabe recurso. El Tribunal Carlos Lillo dixit.
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