lunes, 30 de mayo de 2022

Y EL MADRID, ¿QUÉ? ¿OTRA VEZ CAMPEÓN DE EUROPA?

Era el año 1994 cuando se hizo famoso un anuncio de televisión en el que un señor mayor, cabrero, en una aldea perdida decía la frase "Y el Madrid, ¿qué? ¿Otra vez campeón de Europa?", haciendo alusión a las seis Copas de Europa que ganó en los años 50 y a que a su aldea no llegaba la evolución, la actualidad, ni las noticias. Esa frase se hizo viral y más en aquellos años en los que se anhelaba por el madridismo volver a ganar la máxima competición continental a nivel de clubes y, más aún, desde que el formato de la competición cambió. Bien, pues a día de hoy, Majaelrayo, pequeña localidad de Guadalajara donde vivía el entrañable cabrero, ya no es un lugar recóndito donde apenas llegaba la vida o algún Mitsubishi Montero que se hubiera extraviado, sino que también llegan las noticias actuales y saben que el Real Madrid vuelve a ser, efectivamente, campeón de Europa. Y no es que lo sea flamantemente desde hace un par de días, no, es que lo ha sido desde entonces ocho veces. Llegó la ansiada séptima Copa de Europa en 1998, la octava en el año 2000 y la novena en el 2002. Doce años se tardó en conquistar la décima que cayó en el 2014 y, hoy, ocho años después, están en las vitrinas la undécima, duodécima, décimo tercera y décimo cuarta, logradas en los años 2016, 2017, 2018 y 2022. Increíble. Normal que la pregunta del anciano alcarreño esté de moda otra vez.

Peino cuatro décadas casi recién estrenadas y he visto a mi equipo ganar ocho Champios. El que pueda que empate. Así. Sin paños calientes. El que pueda que empate, repito. Claro, es que con Franco... Claro, es que con Aznar... Claro, es que Florentino... Claro, es que era fuera de juego... Claro, es que los árbitros sin var... Claro, es que los árbitros con var... Claro, es que el vino con gaseosa... Claro, es que mi tía la del pueblo... Y así. Cualquier discurso es bueno como excusa para intentar tapar lo evidente y real: 14 Copas de Europa. Y tal cosa no admite discusión, es impepinable e inapelable. Se puede buscar como ayudita a la Diosa Fortuna una vez, quizás dos, milagrosamente tres, ¿pero catorce? Podéis ir en paz y con vuestro cuento a otro lado. Y precisamente este año en los que no ha habido eliminatoria sencilla, más todavía. Os recuerdo, amigos, los cruces que ha tenido el Real Madrid en esta edición. Cuando de nuevo estabais los antis y odiadores con vuestro relato de la suerte y las ayudas nada más concluir el sorteo de los octavos de final, pues el rival que salió de la bola era el Benfica, se hubo de repetir el sorteo y quiso la ventura que el rival final fuese el París Saint-Germain. ¡Qué de risas, ¿eh?! El Madrid contra Mbappé, Di María, Messi, Neymar, Ramos, Icardi, Verrati, Paredes... ¡Hasta ahí han llegado estos suertudos! El resto ya lo sabéis, pero os lo voy a contar porque sois muy majos. ¡Ah! Entremedias de dicho resto también ganamos la liga, por si se os olvida. Y quedaban todavía cuatro jornadas por disputarse... En fin, que hoy estamos con la Champions. Sigo.

Se plantó el Real Madrid en la Galia y en un ejercicio de supervivencia total logró salir derrotado sólo por un gol en contra. No pasa nada, en el Bernabéu los funden. Y a otra cosa. Y pasó que en el Bernabéu nos metieron otro pero nosotros metimos tres. ¡Oh! Sorpresa. El Madrid pasaba el cruce con un hat trick de Benzemá que remontó la eliminatoria y la adversidad. Comenzó a llorar la llorería y las redes a llenarse de los argumentos de siempre nacidos de la envidia, la rabia y la ira. Nosotros a lo nuestro que los cuartos de final no pintaban fácil. Contra el Chelsea fue a tocar jugársela. Nos vinimos de allí con un tres a uno a favor, pero, ojito, que ya no existe la norma del valor doble a los goles metidos fuera de casa en caso de empate. Y en el Santiago Bernabéu se puso la cosa en plena Semana Santa entre flagelos y cruces. Tres cero a favor del Chelsea hasta que la bota de Modric envió una delicatessen a Rodrygo y éste metió la bola en las redes. Prórroga cuando ya los antimadridistas descorchaban el champán. Lo siguiente fue que, en el tiempo añadido, Karim culminó otra vez la remontada y el Madrid a semifinales. Vuelta a que Twitter y Facebook se llenasen de bilis que lo que hace es agrandar aún más al club de Concha Espina. Siguiente eliminatoria contra el Manchester City de Guardiola. Aquí sí que sí. Los blaugranas felones apelando a Pep: "¡Elimínalos, amado líder! A nosotros nos han eliminado de la Champions y también de la Europa League... ¡En el mismo año! ¡Pero tenemos a Pedri! Estamos a 12 puntos de ellos en la liga... ¡Pero les ganamos 0-4, tú! ¡Somos más que un club! En ti confiamos Pep, elimínalos con tu super poderoso equipo construido a base de escuela, ¡ah!, que no... que es con los petrodólares... bueno, elimínalos, Guardiolita mío". Y sí, casi. Casi de verdad. En el partido de ida perdió el Madrid por uno a cero y pudieron ser más. Y en el partido de vuelta, en el minuto 89 (de los 90 reglados) perdía el Madrid uno a cero también, en total 2-0 en contra en la eliminatoria. Quedaba un minuto más el descuento. ¿Qué pasó, queridos? Que somos el Real Madrid. Otra remontada épica y antes de que pitase el árbitro el final ya iba el marcador con un empate a dos. En la prórroga cayó el tercero y se acabó el asunto. Guardiola, el inventor y creador del fútbol, a su casa, los culés llora que te llora con él y los atléticos con sus argumentos sólidos de siempre basados en el insulto que origina la rabia cuando nada se puede objetar. El resto del mundo antimadridista planchando camisetitas del Liverpool para la final.

Y llegó el 28 de Mayo pero antes hubo traca. Justo la semana antes estallaba el final del culebrón Mbappé y los antis festejaron como un título que no viniera la temporada que viene al Madrid y que se montase ese circo mediático que también podía influir en desestabilizar al Real de su concentración para afrontar la final. Tras años de mareo con el fichaje de Kylian, éste decidió prorrogar su etapa en el PSG. Pues muy bien, cada uno elige lo que quiere. Fue un mazazo porque se daba por hecho que vendría y al final no. Risas otra vez de los odiadores que luego, como siempre, se convierten en lágrimas para ellos mismos. Las cosas del fútbol, es un toma y daca, correcto, pero algunos nunca aprenden. El Real Madrid siguió a lo suyo y no permitió despiste alguno. Se jugaba la final de la Champions, se había llegado a ella sin que nadie diera un duro por el equipo ni por la temporada, había costado mucho y había que pelearla como fuera. El Liverpool, además, el otro finalista, era un gran rival. Salah, Mané, Luis Díaz, Firmino, Thiago Alcántara, Alexander-Arnold, Fabinho... Poca broma en esos nombres. Y pitó el árbitro. Eso sí, pitó treinta y seis minutos después de lo previsto por la nefasta organización de Ceferín y sus secuaces y por la cantidad de chusma que habita en Francia a sus anchas, pero eso es otro capítulo. El caso es que el árbitro pitó en París y rodó el esférico. No voy a resumir el partido, para eso ya tenéis la prensa, cada uno la que quiera. Y lo que diré lo vio todo el mundo: Courtois, portero del Real Madrid, hizo varias veces de las suyas y negó que el balón llegase a las redes. Los que sí lo enviaron dentro y por dos veces fueron Benzemá y Vinicius. El primer tanto no subió al marcador por las cosas de diferente criterio que ocurren en la comunidad arbitral: unas veces sí y otras veces no. El segundo si apareció en el luminoso y con eso sobró y se acabó. Galopada de Valverde y el brasileño batió a Alisson. El Madrid, quizás, no sea el mejor en juego, pero es el mejor compitiendo. Y si este año ha batido por el camino a PSG, Chelsea, Manchester City y Liverpool, no hay excusa, es el mejor, sin duda. Y ya lo ha sido 14 veces. Querido jeque, querido Ceferín, querido Mbappé, querida UEFA, querido Guardiola, queridos antis todos: la copa a Cibeles, donde debe estar. Señor Klopp y señor cabrero de los años noventa, mis respetos y admiración. El Madrid otra vez Campeón de Europa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario