
Pues eso es lo que me he levantado pensado hoy y he concluido que me gusta mi rutina. Claro, es que yo amo las cosas pequeñas que hacen que cada día, que cada cuestión, que cada tarea sea diferente. Valoro que el chaval que hace la limpieza en la urbanización me haya dado los buenos días con un "Buenos días. ¡Feliz Viernes!". Ese detalle hace que hoy, que este Viernes en concreto, no sea igual que otros. Si me limitase a pensar: "Hoy lo de siempre. Al despacho, al Juzgado, a casa, al despacho otra vez, etc" sería limitarme a vivir en la rutina/casilla en que mi azar y la sociedad me han metido. Pero no. Y no es que me rebele contra ello. Es que me gusta admirar esas cosas. Ver como los tenderos de la calle Calatrava se saludan mientras abren sus negocios. La rutina sería pensar: "Otro día más a lo mismo". El detalle sería: "¡Qué sonrisa le ha puesto el de la tienda de sartenes a la chica de la zapatería!". Ver cómo en el Juzgado los funcionarios que se van de fin de semana le hacen bromas a los que le toca la guardia y observar que el pasado Viernes era la misma situación pero invertidos los turnos. La rutina sería pensar: "Otra semana igual. Más de lo mismo". El detalle sería: "Como se la tenía guardada Pedro a Rafa desde el Viernes pasado, jaja. Veremos a ver la semana que viene si se ríe tanto..." Y paladeando esas pequeñas cosas, en las que nosotros también estamos inmersos, si estamos atentos a esos detallitos y sabemos valorar que son la esencia de la más pura vida, creo que vivimos más felices. No me atrevo a decir que tendríamos una vida más llevadera porque parecería que no estamos aquí nada más que para sufrir y penar y yo, al menos, estoy convencido de que no es así. Pero sí que tendríamos una vida con menos enfados ridículos. Tanto quejarse del trabajo y del no trabajo, del jefe y del no jefe, del tiempo y del no tiempo... ¡Al carajo, hombre, al carajo! Hay que vivir y ser feliz.

Y como hoy me he levantado filosófico me he dado cuenta que Sócrates tenía razón (nunca lo he dudado pero hoy me ha convencido del todo): en la simpleza está la belleza. En lo simple de los pequeños detalles. He decidido ver mi rutina al revés. Os cuento. Antes me gustaba mi rutina y disfrutaba porque entre Juzgados, pleitos, papeles, expedientes, trajes, corbatas, togas, notarías, registros, oficinas, etc, (y así durante casi todo el año) tenía otras cosas fijas, es decir, mis cofradías, los partidos de pádel, la champions, las cervezas de los viernes, la peli de los Domingos, los ensayos de costalero, el Carnaval, las romerías, las comidas con la familia, las fiestas, los puentes, etc...
Pero es que ahora, viéndolo al revés, tal y como me lo planteo mi rutina es: entre mis cofradías, los partidos de pádel, la champions, las cervezas de los viernes, la peli de los Domingos, los ensayos de costalero, el Carnaval, las romerías, las comidas con la familia, las fiestas, los puentes, etc, (y así durante casi todo el año) además tengo Juzgados, pleitos, papeles, expedientes, trajes, corbatas, togas, notarías, registros, oficinas, etc.
Pero es que ahora, viéndolo al revés, tal y como me lo planteo mi rutina es: entre mis cofradías, los partidos de pádel, la champions, las cervezas de los viernes, la peli de los Domingos, los ensayos de costalero, el Carnaval, las romerías, las comidas con la familia, las fiestas, los puentes, etc, (y así durante casi todo el año) además tengo Juzgados, pleitos, papeles, expedientes, trajes, corbatas, togas, notarías, registros, oficinas, etc.
¡¡Vivo entre pequeños detalles y además tengo grandes cosas!!
Ojo al loro!! Que no estamos tan mal ! Leer al Carlos y no dejeis que os embauquen!!
ResponderEliminar;-)