viernes, 17 de febrero de 2023

UN POQUITO DE FÚTBOL, ¿NO?

Creo que ya tocaba. Hace tiempo que no dedico unas líneas al peloto (como dicen los argentinos) y es el momento. Siempre, cuando escribo acerca de mi versión futbolera, lo hago tanto en las buenas rachas como en las malas y, ahora, el Real Madrid no sé si está en buena o en mala porque en la liga ha dejado escapar puntos muy valiosos y, paralelamente, se ha proclamado de nuevo (y ya van ocho veces) Campeón del Mundo. Así es que sí, toca dedicar unas líneas al deporte rey. Sí. Toca eso, hacer autocrítica de los errores que viene cometiendo el club y darle en los morros a los antis que siempre los hay y no aprenden. Si eres uno de ellos, detén aquí tu lectura, pues avisado estás de que vas a llevar cuatro verdades que te bajen de tu nube de necedad de la que haces gala cada vez que abres la boca o escribes en las redes sociales buscando lana. Si te dedicases a hablar de tu equipo en vez de a criticar al rival no saldrías trasquilado. Pero, claro, la envidia y el odio son lo que tienen. Y sabemos bien todos que una cosa es el pique sano y el hacer chuflas sobre el rival y otra cosa es meter la pata con conocimiento. Y como esto último gusta a muchos estultos, vaya por delante, como ya he dicho, el aviso de que aquí encontrarán bozal a sus ladridos desmedidos y fuera de lugar con la misma agresividad que alegría ponen en sus malintencionadas imbecilidades. Más claro no lo puedo decir. Y antes de sacar la vara de avellano, procedo a mirarme el ombligo que hay mucho fondo que tratar.

Caminaba el Real Madrid alegremente por la competición doméstica hasta que, como en otras ocasiones, decide poner fin a tan dulce transitar sin saber por qué. Parece que es, incluso, costumbre. Siempre tratamos los madridistas de buscar la explicación o la excusa para tal trance, pero ya hemos barajado todas las posibilidades y no hay solución. Es que la plantilla está saciada de títulos. No. Es que la plantilla aún no ha ganado nada y con tanta presión fallan. No. Es que el equipo está viejo. No. Es que el equipo es muy nuevo. No. Vamos que no, no y no. Nos ha pasado varias veces y de todos los colores, así es que no cabe réplica alguna. Parece que nos gusta complicar la situación cuanto más a favor la tenemos. Y que nos peguen un bofetón de realidad y un baño de humildad, cositas que siempre vienen bien, todo sea dicho. Pues en esas estábamos tan contentos pensando que la presente campaña de liga sería nuestra, cuando de pronto nos encontramos a ocho puntos del líder y con un guantazo deportivo en la final de la Supercopa de España a manos del eterno rival. ¿A cuento de qué? ¿Qué ha pasado? Parece que al Real Madrid no le gusta lo fácil nunca. ¿Que jugamos con un rival de categorías inferiores y debería ser un triunfo fácil? Pues empezamos perdiendo y nos obligamos a remontar. ¿Que vamos líderes de la liga con un colchoncito majo? Pues encadenamos tres empates y un par de derrotas y tiramos por la borda todo. Y así. Es incomprensible pero así es el Real Madrid. Y, ojo, al final los títulos llegan. No lo olvidéis. Pero que los madridistas debemos hacernos mirar eso, también. Hay que auto exigir y prefiero que nos tapen la boca los propios jugadores a que lo hagan los rivales. Hay que barrer la casa, ¿eh? Seamos serios. De eso no tiene culpa nadie salvo nosotros.

Sentado lo anterior y teniendo muy presente que veo complicadísimo ganar la liga esta temporada por la distancia que hemos regalado (y ha sabido ganar) el Barcelona, no puedo pasar por alto que hemos vuelto a ganar el Mundialito de Clubes. Contra el Al-Hilal, sí, contra ese equipo prácticamente desconocido y que tanta risa genera en el "Tristóbal de Escoria" de turno, sus palmeros y los antis que pululan en las redes. Sin embargo, ocurre que para ser Campeones del Mundo (y esto lo obvian esa caterva de ignorantes, envidiosos, imbéciles y perdedores que quieren quitar mérito al trofeo) hay que haber ganado la Champions League. Es muy fácil golear al Al-Hilal, dicen. Claro, hacedlo vosotros. Ganad la champions primero. Ganadla como lo hizo el Real Madrid. Eliminando a los más grandes de Europa y del modo que lo hizo. No tendría ni que recordar esto a estas alturas pero a ese manojo de estúpidos hay que darles de bruces con la realidad siempre. El Madrid eliminó al Paris Saint Germain, al Chelsea, al Manchester City y al Liverpool. Una trayectoria sufridísima y con remontadas. ¿Lo hizo el Barça? ¿Lo hizo el Atleti? ¿Lo hizo el Sevilla? ¿Lo hizo el Conquense? No. Pues chitón. A la "europalí" (o a vuestro corrito de romería) que es lo vuestro y a ver cómo el Madrid levanta la champions, se clasifica así para el Mundialito de Clubes, gana sus partidos en tal competición y levanta por octava vez la copa del mundo. Sí, contra el Al-Hilal. Ya sabéis la ruta a seguir para llegar a ello. Sé que es más sencillo escupir bilis y ponerse la venda en los ojos pero ya estoy yo para daros un almax y unas gafitas para ver la realidad. Ocho veces campeones del mundo. Empatadlo.

Y cuando lo empatéis venís luego a contarlo y a decir que es fácil golear a un equipillo para ganar el mundialito, pandilla de cafres. Que digo yo que es más fácil y bonito sacar pecho con los triunfos propios que vivir agazapado mirando de reojo (en vuestro caso, directamente) al rival para decir si deja o no de hacer o deshacer. En mi caso, hablo de mí, cuando el Madrid va mal estoy calladito y cuando el Madrid gana lo celebro. Lo que, paralelamente, hagan o deshagan vuestros clubes me la trae al pairo. Eso sí, a todos aquellos mamandurrias que están siempre ejerciendo de anti lo suyo en vez de pro lo suyo, les caliento los hocicos y con razón. Y eso es señorío. Saber cuando callar y saber cuando hablar. No venga nadie a decirme que he soltado muchos calificativos y epítetos y eso no es señorío. No. En la victoria no me acuerdo de vosotros y al acordaros vosotros de mí es cuando ya saco la vara a paseo. Por imbéciles. Ya os lo he dicho. Los señores vestimos zapatos y si nos pisan un pie sabemos dar patadas. Cuando el Barça nos pegó un baile en la Supercopa de España fui el primero en reconocerlo y callar. Y ya hubo colchoneros metepatas hablando de lo que ni les va, ni les viene. No entré en su juego. Cuando hemos ganado el Mundialito ni los he mentado, ni a unos ni a otros, pero ellos solitos ya han venido a opinar en corral ajeno y a decir que si contra el Al-Hilal, que si es una copita menor, que si es muy sencillo, etc, obviando, como antes decía, lo que hay que ganar para llegar ahí y metiéndose donde no los llaman. Son entrañables. E imbéciles. Imbéciles también. Así es que todo aquel que se haya visto reflejado en estas líneas que vuelva al principio donde avisé que si era uno de esos antis detuviese su lectura. Si no lo ha hecho, confirmado queda, es imbécil. De manual. Ale, a rebuznar a otro lado que yo, mientras reconozco que el Real ha tirado la liga y es reprochable, sigo celebrando que es Campeón del Mundo. Suerte en vuestra andadura de champions... ¡Ah! ¿Que no...? En fin, para perder algo hay que jugarlo. Y para ganarlo, también. ¡Hala Madrid!