martes, 30 de octubre de 2012

DE LAS COSAS COTIDIANAS...

Me he levantado filosófico y pensador. Me encuentro a lo Papuchi: raro, raro, raro. Tengo ganas de escribir pero sin decir algo realmente interesante. Si fuera político reuniría los condicionantes perfectos para la maniobra de campaña electoral: tener ganas de hablar (para llenarse el bolsillo) sin decir nada con sentido (pero que a los oyentes les parece genial). Sin embargo, a ustedes, lectores, os tengo más respeto que nuestros indigentes políticos a nosotros, así es que no me dedicaré simplemente a deciros sartas de tonterías. Seré fiel a mi estilo y os lo demostraré con una chicuelina de escritor que no del arte de Cúchares. Ahí vamos... "Acariciaré el papel con la suavidad que merece mi pluma para que las bellas caligrafías que de tinta derrame den forma y lugar a gráciles líneas literarias". Óle. "Lástima que para escribir el blog no lo haga con la pluma sino con sonoros pero dulces y secuenciados impactos de las yemas de los dedos sobre la curva y ya viciada superficie de las teclas que conjuntan el teclado". Óle y óle.

Dicho esto, me dipongo a contaros algo cotidiano, algo del día a día, uno de los chismes que nunca pierde actualidad: El Dinero. Es impresionante observar el viaje del dinero de mano en mano. Hoy salía del Juzgado y he pasado al bar "El Receso" a tomar un café cuando he observado como un hombre que había venido, al parecer y por lo que hablaba por el móvil, desde Alicante a celebrar un pleito aquí, abonaba su consumición con una moneda de dos euros que, seguramente, viniera de Alicante también. Al ver este hecho tan simple bajo el enfoque filosófico con el que hoy he amanecido ha sido como ha surgido la pregunta: "¿cuántos kilómetros hará el dinero?" He salido del Receso con la duda en la cabeza y me he dispuesto a observar un hecho tan cotidiano como el paso de una moneda de una mano a otra. Llegando al despacho una señora me ha preguntado si tenía cambio de 5 euros, se ve que hoy además de filosófico he amanecido con cara de "tener suelto", y el caso es que si tenía y se lo he dado. ¡Vaya! Ahora tengo un billete de 5 euros que a saber de dónde viene. Y la señora tiene unas monedas mías que vienen de Sprinter (pero que a saber cómo llegaron allí) que son las vueltas de comprar un bote de pelotas de pádel. Bien, me he percatado de que la señora echaba un par de monedas a la máquina de la Zona Azul y, ahora viene el rizar el rizo, posteriormente cuando salía de nuevo del despacho para ir a Notaría estaban un par de agentes operarios de la referida zona de aparcamiento extrayendo las monedas del parquímetro. En eso que pasaba un caballero y al ver el saquito de monedas les ha dicho: "¡Anda! ¿Podéis cambiarme para tabaco? Voy a la máquina del bar, llevo prisa y no tengo suelto." Et voilá! Unas monedillas para el caballero. Y ahora...(consejo: tomar resuello que la pregunta es larga) ¿Quién podria asegurarme que no son las monedas que a mí me dieron en Sprinter, que yo le dí a la señora, que la señora echó al parquímetro, que del parquímetro han ido a parar al caballero, que del caballero van a ir a dar a la máquina de tabaco, que de la máquina de tabaco saldrán de nuevo a algún otro monedero o cartera cuyo dueño/dueña (no se me enfade, oh, Ministra de Igualdad) podría emplearlas para pagar algo en Sprinter y que fueran las vueltas que a mí me den cuando compre algo allí de nuevo? Tela, ¿eh? Telita del telón. Tela de la telita del telón del telonero.


Por mera estadística y casualidad sería improbable que eso ocurriera. Y así lo pensé yo. Pero claro, si a mi me llegan a decir en Alicante: ¿Tu crees que esta moneda de dos euros irá a para algún día a un bar de Ciudad Real que se llama El Receso y está al lado de los Juzgados? Mi respuesta habría sido: ¿Bajo los efectos de que sustancia estupefaciente o psicotrópica te encuentras? O lo que es lo mismo y más moderno: ¡¿¡¿Pero qué mestáscon?!?! Porque tiene guasa la pregunta (y más guasa la respuesta). Sin embargo, sin pregunta previa, fui testigo de cómo la monedilla de dos euros proviniente de Alicante fue a parar al dicho bar. ¡Qué cosas! Si me hicieran la pregunta ahora respondería: Puede ser.

Y hechas estas reflexiones, llamadme loco, pero disfruto de lo que sería dicho en latín adaptado "Ars viviendi", el arte de vivir, pues con esa cuestión tan cotidiana como es el paso de una moneda de un lugar a otro he estado feliz pensando en si las monedas pudiesen contar sus aventuras qué nos narrarían. Y no, no lo sé. Lo que si sé es lo que este loco amante de la escritura os acaba de narrar a vosotros. Los más físicos lo leeréis (o no) sin más. Los más aristotélicos y metafísicos os sentiréis alma de moneda y os gustaría ser su Ser para conocer su verdad. Los más prácticos dejaréis de leer una entrada como ésta y ocuparéis vuestro tiempo en otra cosa (aún así os quedará la certeza de la cantidad de manos por las que pasa una moneda). Y los más atrevidos y experimentales marcaréis algunas de vuestras monedas para ver si algún día regresan a vuestra mano. ¿A qué sería precioso? Y más todavía el que la moneda os contase dónde ha estado y qué ha visto.


¡Intentadlo! ¡Intentadlo pues! Algo tan cotidiano como eso os (nos) reportaría una tremenda felicidad. ¡Fuiste mía! Y has vuelto. Y fijáos que cosa más simple, ¿verdad? Se trata tan sólo de una moneda... ¡Qué simple! En la simpleza está la belleza. Sócrates lo decía. La belleza está en lo simple, en lo cotidiano, en los pequeños detalles que existen en la vida y que hacen de la existencia un Ser o No Ser (Parménides de Elea). ¿Os he dicho que hoy me he levantado filosófico?

miércoles, 24 de octubre de 2012

GLORIA DE SANTA TERESA

Santa Teresa de Jesús o Santa Teresa de Ávila, conocida por ambos nombre es Doctora de la Iglesia y Patrona de los Abogados, siendo su festividad el día 15 de Octubre. Desde hace cinco años, pocos son o muchos dependiendo de quien lo mire, se ha recuperado en esta capital manchega el procesionar a la Santa mujer y, he aquí la guasa del asunto, me han dado de pleno en el alma al conjuntarse y complementarse mis dos trabajos: el que me alimenta el cuerpo y el que me alimenta el espíritu, la abogacía y el costal. Cuando me enteré de que se procesionaría a la patrona del gremio al que pertenezco y que se haría a costal recibí la noticia con una enorme alegría, de modo que asistí sin dudarlo a la igualá a pedir mi hueco en la cuadrilla. Dicho y hecho.  Amplié mi currículum de cofradías a pasear, pues como siempre digo, el ser costalero es el oficio más bello del mundo: "Pasear a Dios y a su Madre por las calles como un padre pasea a su retoño y como un hijo pasea a su padre anciano". Santa Teresa no es el Padre ni es la Madre, pero es la patrona de la Abogacía y ofrecía una gran oportunidad para el aficionado al costal. No había duda ni impedimento. A pasear a la Santa se ha dicho. "Al fin y al cabo soy el único abogado y costalero que va portándola y eso me invade de gozo." Otro motivo más.
De esta manera, el pasado sábado día 20 volvimos a calzarnos los botines, a reliarnos la faja y a ajustarnos el costal al trabajo para pasear dignamente a Santa Teresa. Los cofrades que allí nos juntamos pasamos un rato agradable y yo, personalmente, disfruté muchísimo al llevar tras el paso a mi amada Agrupación Musical Santo Tomás de Villanueva. He de reconocer que a esta Hermandad de Gloria le tengo especial aprecio por diferentes motivos pero uno de los principales es por llevar mi banda detrás. Eso es innegable para mí. Lo que yo siento cuando oigo los tambores de STV y avanzo con el izquierdo a su son es inexplicable.
Como ya dijera Marcelino Abenza llevamos un lustro paseando a la Santa de España. Yo añado que espero que sean muchos más y que está procesión recientemente recuperada por un grupo de locos a los que  nos gustan estas cosas, siga creciendo en gente que participe en ella y todos los años salgan a evangelizar por las calles con las letras que Santa Terese escribiese: rectas y con buena tinta.
Os dejo algunas fotografías del evento de la procesión de la Hermandad de Gloria de Santa Teresa, escritora y mística que también anduvo por estas tierras manchegas, en el vecino pueblo de Malagón.
Hermandad de Gloria desde luego. Gloria de Santa Teresa. Y gloria hay que tener para ostentar los títulos que ella obtuvo: Capitana de los Reinos de España, Doctora Honoris Causa de la Universidad de Salamanca, Patrona de los escritores españoles, Alcaldesa de la Villa de Alba de Tormes, Doctora de la Iglesia y Patrona de la Abogacía. Repito que no es el Padre ni la Madre, pero ¿alguien me dice que no es digna de ser paseada a costal?


"Ponerse, que voy a llamar. ¡¡Toooos por iguá...!!"


viernes, 19 de octubre de 2012

LEYENDA DE SANTA MARÍA LA REAL DE O CEBREIRO

Ya sabéis todos mis lectores acerca de la devoción y cariño que le tengo al Camino de Santiago. Lo he recorrido dos veces ya, una desde Sarria y otra desde Ponferrada y no dejo de soñar en hacerlo íntegro desde Roncesvalles. Cuna de mágicas historias y leyendas hoy os traigo una de ellas originada en la etapa cumbre del Camino Francés. Es sin duda la etapa reina del Camino de Santiago y la que a la vuelta del mismo es la más recordada y comentada: la subida al monte Cebreiro, antes llamado de la Malafaba. En dicho lugar, O Cebreiro, se encuentra la capilla de Santa María la Real, a la cual se llega a través de enormes y prolongadas cuestas y sufriendo una durísima y exigente ascensión para coronar el monte. Bien, pues en este lugar es donde acaeció la historia que hoy vengo a relatar, no sin antes mencionar que O Cebreiro es de los enclaves más conocidos del Camino de Santiago y que cuenta con Monasterio y Hospital de Peregrinos desde el siglo IX, siendo de los enclaves más ancianos del Camino Francés hacia Campus Stellae. Ahí vamos...

Allá por el siglo XI, en el año 1072 según dicen las crónicas, Alfonso VI puso al mando del Monasterio de O Cebreiro a la orden de monjes franceses de Aurillac unidos al de Cluny. Un día del siglo XIV, otros dicen que del siglo XIII, en el que la nieve borraba los caminos, un vecino de Barxamaior que tenía por nombre Juan Santín, labriego, sintió el deseo de oír misa y, sin asustarse del mal tiempo que hacía y del difícil y duro camino que había de recorrer, se encaminó hacia la Iglesia de Cebreiro. El frío no lo contuvo y  la tormenta de nieve desencadenada lo animó todavía más a cumplir su meta. Por fin llegó al templo, cansado y empapado, sin apenas aliento y con un persistente jadeo fruto de la durísima subida. Uno de los monjes de Aurillac, protagonista de esta leyenda y quien oficiaría la ceremonia, menospreció el sacrificio del campesino, se mofó del esfuerzo realizado y le dijo que una misa no merecía tanto. Mucho sacrificio para tan sólo oír una misera misa. La falta de fe del monje se estrelló ante la firmeza en la fe del campesino. El labriego no replicó nada  al monje que se burló, se quedó callado. Pero en el fondo de su corazón el pastor saboreaba una alegría nueva recién nacida.
Cáliz y patena del milagro

Comenzó la Santa Misa y el monje que la oficaba y que se burló del campesino no había olvidado el incidente. "¡Qué desdichado labriego! Ascender el monte de la Malafaba sólo por venir a misa. ¡Y con el tiempo que hace!", pensaba para sus adentros. Y he aquí el milagro que narra la leyenda. Llegado el momento de la Consagración, el monje, asombrado, percibe como el Cuerpo del Señor se convierte en carne sensible a la vista y el vino que contiene el cáliz se convierte en sangre. Sangre que hierve y rebosa tiñendo los corporales. El monje, sin saber qué decir e incrédulo y convencido cual Santo Tomás y las Cinco Llagas, no pudo sino exclamar: "Señor mío y Dios mío..." Y entonces creyó.
Las escasas personas que se encontraban en la Iglesita de Santa María la Real contemplaron el prodigio y el labriego de Barxamaior, Juan Santín, comprendió el premio que tuvo su sacrificio y fe ante la burla y desprecio del oficiante.

El milagro se extendió por todo el pueblo de Galicia y de nación en nación por toda Europa. Los romeros y peregrinos que iban a Compostela desviaban su camino un momento para ir al Cebreiro y saber del milagro allí donde se había producido. Siglos después el milagro ocurrido en Santa María la Real de O Cebreiro influyeron en la ópera Parsifal de Ricardo Wagner.

Capilla del milagro de O Cebreiro
En el año 1486 llegaron a O Cebreiro, peregrinando a Santiago, los propios Reyes Católicos, hospedándose en el monasterio adjunto a la Iglesia del milagro. Querían conocer que hubo sucedido en la Santa Misa, quería conocer de primera mano el prodigio. Los monjes les mostraron los corporales teñidos con la sangre y los restos de la misma que habían quedado en el cáliz. Como recuerdo de su visita real donaron el relicario donde se conservan los restos del milagro hasta nuestros días. Y allí mismo, en la capilla del monasterio, en la pequeña Iglesia de Santa María la Real, los propios coétaneos del milagro construyeron unos sencillos mausoleos al fallecimiento del monje y el labriego protagonistas de la leyenda, donde yacen descansando desde entonces y son ofrendados en signo de fe con humildes velas que encienden y prenden los peregrinos que hasta allí llegan. Es asombroso ver como la tumba del campesino está repleta de velas de los caminantes que comparten la fe del sacrificado pastor y en la del monje burlón apenas hay cuatro o cinco, seguramente de gente arrepentida como él que le ora por su interseción ante el Maestro una vez que han creído.

A mí, personalmente, me impactó bastante. He tenido la oportunidad de subir el Cebreiro y, os garantizo, que iniciado el duro ascenso no se deja de pensar en el labriego y asalta de verdad la duda de si aquel creyente campesino era consciente de "la locura" que estaba cometiendo "sólo por ir a misa". La subida del Malafaba hay que hacerla para conocerla. Eso sí, llegando a la cima la satisfacción es indescriptible y más aún para Juan Santín "un humilde campesino de la vida cuya fe no entiende de barreras". Y yo la hice en un día soleado. Hacerla sin ver ni donde pisas, aterido por el frío y nevandote encima es digna... de milagro. De un milagro tal que el cáliz del Cebreiro es el mismo que figura en el escudo de Galicia y que las bulas pontificias de los Papas Inocencio VIII y Alejandro VI hicieran extensa mención del hecho.

Una vez llegado como peregrino a la Iglesita del milagro tan sólo cabe el silencio. Creyente o no el peregrino que allí llega se queda mudo. El Camino no es una cuestión de fe o creencias, es una cuestión interior y en O Cebreiro la satisfacción interna es plena y el paraje encantador y mágico. Se pierde la vista en las policromías de los montes y valles de alrededor. Por mucha algarabía celta que haya (que la hay) interiormente sólo cabe el silencio. Y es que, como dijera Alejadro Casona, el poeta:
"En el puerto de Piedrahita del Cebreiro está el paisaje mudo y el silencio se ha quedado dormido".

sábado, 13 de octubre de 2012

"ALERGIAS"

"Alergias. Y da gracias a que no la llamo Asco pleno". Esa fue la contestación que recibí cuando le dije a Gemma que eligiera nombre para mi mascota. Así sin paños calientes. Sin suavizante. Tal cual. Esa fue la respuesta. Cuando le dije a mi mujer que me iba a comprar una mascota me miró con cara de malas pulgas.

Yo soy un enamorado de la fauna y de los animales y ella dice que en casa bastante tiene conmigo como animal como para meter a más. Siempre he soñado con tener un mini zoo en casa pero Gemma no piensa como yo, así es que me decidí por tener una mascota que no ensuciara ni molestara y diera el menor jaleo posible. Siempre con la aquiescencia de mi mujer, claro está. Un perro no podía ser porque tenerlo en casa es obligarnos a sacarlo de paseo todos los días sí o sí, el animal no tiene espacio para correr y jugar, se sentiría encerrado, puede darle por ladrar de noche y que no durmamos ni nosotros ni los vecinos. "Problemas, problemas y problemas". Descartado el chucho. ¡Un gatico! Soy de la opinión de que Dios creó al gato para que el hombre sintiera el placer de acariciar a un tigre. El gato es mucho más limpio que el perro, no te obliga a sacarlo al pipí todos los días, con su cajón de arena le basta, no da mucho ruido, es sigiloso... "Y a cambio te destroza las cortinas, te llena de pelo el sofá, se sube por los muebles, te araña las puertas, etc, etc". Gemma fue tajante. Gato no. ¡Un pájaro! Un canario, un periquito, un gorrión de Java, ¡un algo! Me gustan los animales y por tanto el trino de un canario me alegra mucho. Y los gritos de los periquitos me agradan. Cuando veo el fútbol como pipas como los loros. ¡Un pájaro! La mascota cantora. Amo la naturaleza. "Pues cuando ames barrer el suelo de las cáscaras de las semillas que tiran los pájaros te compras uno". Ale, pájaro tampoco. Se iban reduciendo las opciones. ¡Ya está! Un acuario. Un acuario es ideal. Además sólo tengo que comprar los peces porque tengo todo lo necesario en casa. Ya tuve un acuario montado hace años. No dan ruido. No ensucian. Y quedará genial verlos nadar en el mueble del salón. "Y queda genial cuando el agua huele a estanque y cuando hay que estar limpiando el filtro y encendiendo y apagando la luz interna y el aireador y los peces son delicados y se mueren enseguida y no me gusta el pescado y tenerlos en casa al lado de la tele menos...". Ni perrico, ni gatico, ni pájaro, ni acuario. Dos opciones me quedaban: criar en primavera gusanos de seda como hacía cuando iba a la E.G.B. (Educación Primaria hoy en día) o una tortuga. Ni que decir tiene que los gusanos de seda no serían bien recibidos por Gemma ni física ni mentalmente, así es que ni se lo propuse. "¿Una tortuga? Pero con tortuguero cerrado, que no se escape, que yo ni la vea, que viva en el patio y que no se muera en invierno. Y aún así ya veremos porque me dan mucho asco esos bichos."

Era mi única opción y a ella me aferré investigando y preguntando si podría sobrevivir el animal en esas condiciones. Estudié y trabajé el terreno para encontrar un hábitat artifical donde la tortuguita pudiera vivir feliz sin sufrir las inclemencias de mi muj... digo del extremo clima que se da en estos lares, donde no peligrara su estado de hibernación y donde yo pudiera disfrutar de ella y observarla nadar. Finalmente y cuando estaba todo a punto y preparado adquirí un tortuguero grandote, donde el animalillo pudiera nadar libremente, con una zona seca donde pudiera ponerse a reposar, a descansar y a tomar luz que le es muy necesaria para la correcta formación del caparazón y la estructura ósea. Lo limpié bien y lo llené de agua dejándola reposar para evaporarle el cloro. Estaba feliz y entusiasmado como un niño pequeño. Estos pequeños detalles y alegrías son los que rejuvenecen el espíritu y nos permiten sacar al niño que llevamos dentro y que tan bello es redescubrirlo.
Al día siguiente había llegado el momento. Me dirigí a Placton, la conocida tienda de animales de Ciudad Real, y adquirí a Alergias. Posteriormente fui con mi hermana a casa a realizar la operación "Desembarco de Alhucemas", dícese, antes de que llegase Gemma teníamos que "desembarcar" a la tortuga en su nueva casa, cerrar bien el tortuguero y ubicarlo en el patio. Así lo hicimos y ahora tengo una pequeña mascota en casa. Fijáos que tontería y la alegría que me ha reportado. Cuando algo te produce un bienestar interior altamente satisfactorio a la vez que tu conciencia es libre y no te pesa en nada, es porque has obrado correctamente. En mi caso ha sido con un detalle tan simple como comprar una tortuga y revivir mi ansia de biología de cuando era pequeño. Al fin y al cabo es la primera mascota que tengo íntegramente a mi cuidado desde que salí de casa y me casé. Estoy contento.
Y así entró Alergias en mi casa. La pobre se ha quedado con ese nombre. Fue el que Gemma le eligió. ¿Mejor que "Asco pleno", no?

martes, 9 de octubre de 2012

PADEL: DESCUBRIMIENTO, DEPORTE, SALUD

Pádel. Una y mil veces había oído hablar de este deporte y de la cantidad de gente que a día de hoy lo practica. Una y mil veces había ignorado completamente las ganas de practicarlo pues, a más de ser inexistentes en mí, se está mejor en el sofá de casa viendo la televisión. Y he aquí el descubrimiento y el descubridor. Veníamos de la igualá de la Virgen del Carmen (¡cómo no! cofradías de por medio) cuando el compadre Juanlu nos dijo a mi buen amigo Alberto Laguna y a mí: "Bueno, ¿cuándo echámos un pádel?" La frase lo primero que se ganó fue unas carcajadas por mi parte y como respuesta: "Yo no he jugado nunca en la vida, ni me lo he planteado siquiera". Pero ante la insistencia de Juanlu y su confianza ciega en afirmar que no me defraudaría probarlo decidí aceptar el reto. De esta manera os descubro al descubridor de mi descubrimiento: Juanlu. De lo que venga después él tendrá la culpa.
De este modo me personé el viernes de esa misma semana en Sprinter, en el Polígono Puerta del AVE en Ciudad Real y adquirí lo más imprescindible para la ocasión: una pala de pádel, su funda y mi primer bote de pelotas. 30 euros de compra deportiva que ni siquiera sabía si iba a rentabilizar o a usar más de una vez. Por supuestísimo por si no volvía a utilizar nada de ello y pasaban los artefactos el resto de sus días en el cajón del olvido, compré los más baratos que había. Ya os digo que me gasté 30 euros entre pala, funda y pelotas. Os podéis imaginar la calidad. Eso sí que está siendo un descubrimiento: la relación calidad-precio es como los productos SPB ("Siempre Precios Bajos" del Mercadona), inigualable. La pala y la funda están dando de sí... Ya llegaremos a eso.
El lunes 16 de Julio paseamos a la Reina del Carmelo, guapa y dulce Virgen del Carmen y quedamos para el día siguiente, martes 17, iniciarnos en el mundillo del pádel. Según Juanlu el descubrimiento de un pique. Tras tomarnos un café en el conocido bar café "La Dolores" fuimos a las pistas del Polideportivo Municipal Rey Juan Carlos y comenzó el evento. Juanlu y David Molina nos explicaron a Alberto y a mí las normas del juego y nosotros, legos en la materia, aprendimos lo que buenamente pudimos y ale, al lío. El primer partido fue Alberto y David contra Juanlu y yo. He de destacar que no perdimos ni embarcamos tantas bolas como yo pensaba, pero fue digno de estudio lo que allí se vivió. El caso es que, dándole la razón a Juanlu, fue todo un descubrimiento y un pique. Cuando terminamos el partido (debuté con victoria, la suerte del novato) ya tenía el veneno del pádel dentro de mí. Había descubierto un deporte que me gustó mucho y que me dejó desde el primer momento con ganas de más. Estaba claro que utilizaría lo adquirido en Sprinter más de una vez.

Rápidamente crecieron con avidez mis ganas de jugar más y más, de aprender, de evolucionar, de hacer deporte. Más de un año ya sin fumar e iniciándome de nuevo en el deporte, cuestión abandonada muchos años. A través de las cofradías conocí a Juanlu y a través de Juanlu llegué yo al mundillo del pádel. Las cofradías son salud. ¡Anda que no! Pronto empecé a meterme en vereda y a ir contactando con gente que juega y practica el pádel, aprendiendo golpes, jugando en distintas pistas y, lo que es más importante y buscado por mí, pasar un buen rato entreteniéndome y sudando. Ganando salud, vaya. De esta manera llevo ya casi tres meses desde que compré aquella primera pala. Con ganas de jugar prácticamente a diario y de hecho juego todas las semanas una media de tres veces. Me he hecho con un "Personal trainer" que es Alberto Velascoín, quien pacientemente me va enseñando posiciones, golpeos, técnicas, etc. Éste es mi verdadero maestro del pádel y con el que más aprendo y disfruto, pues me olvido totalmente del marcador y me centro en hacer deporte, sudar y seguir aprendiendo y avanzando. Desde el primer día me ayudó a iniciarme en este deporte. "Marca la bola. Posiciónate. Pónte de lado. Reflejos en red." ¡A sus órdenes, Albertucho! Y desde luego es un pique y un vicio. Puede practicarlo cualquiera y es muy divertido y entretenido. Bienaventurada la hora en que Juanlu me llevó a esto del pádel. Qué gran descubrimiento. Si hace años me dicen que practicaría yo este deporte (y que me picaría a jugarlo) me habría jugado todo a nada a que no. Y sobre todo ganando salud. Al menos sudando unas cuantas veces por semana ya el cuerpo se tonifica.
Sé que no es una entrada muy interesante ni entretenida, pero tenía que contároslo. Me apetecía. En fin, os dejo que me voy al Polideportivo a reservar la pista para el partido de mañana. Ayer jugué en casa de Juan de la Cruz, como todos los lunes, mañana lo haré en el Poli y el viernes en la Ciudad Deportiva Sur. ¡¡Menudo vicio!! Y para colmo también tenemos pista accesible en casa de Tinín, en casa de Sandra y en el Hotel Cumbría que me pilla al lado de casa. Ni la propia pala, mi primera raqueta, se esperaba el rendimiento y juego que iba a dar. ¡Y yo menos! Y anda que no le quedan partidos hasta que la gaste.
¿Cuándo jugamos, Alberto?

martes, 2 de octubre de 2012

TARDE DE "FURGOL"

Este pasado Domingo, día 30 de Septiembre del año olímpico de 2012, se alinearon los planetas futbolísticos y ocurrió el suceso. Por fin nos fuimos el grupo de amigos juntos al fútbol. Independientemente de la amistad, si algo nos une a todos, además de muchas horas de barra de bar y vivencias conjuntas y comúnes, es nuestra pasión por el Real Madrid. De esta manera, raro es el que no somos socio o tenemos el carnet "Madridista" del Club de Concha Espina. El destino estaba claro: Estadio Santiago Bernabéu. La misión estaba encauzada: pasar una buena tarde de fútbol todos juntos. La consigna la conocemos desde niños: animar al Real Madrid siempre, en lo bueno y en lo malo. Lo que todo futbolero debe hacer con su equipo pase lo que pase. Ahí radica la pasión del deporte rey.

Lázaro fue el comandante y capitán de la expedición, el que adquirió las entradas y encabezó la excursión. Los tripulantes del velero "Fondo Norte" fuimos Chencho, Pololo, Narciso, el hermano pequeño de Lázaro y yo. Seis madridistas confesos, bocadillo en mano y bufanda al cuello allá que nos fuimos a la capital del Reino en busca del Coliseo Blanco, el magnánime Estadio Santiago Bernabéu. Dicho y hecho. Surgido y planeado en apenas 48 horas. El Domingo a mediodía salía la expedición de los hinchas manchegos a bordo de dos coches cargados de alegría y ganas de diversión. Alguno aprovechó para dar una cabezadita...


A las 17;30 de la tarde y en pleno ambiente futbolero allí estábamos el grupo dispuesto a mimetizarnos con las gradas y voces que animan al club más laureado. Nos tomamos un par de cervecitas para entrar en faena y al lío. Se nos veía felices, ilusionados, alegres y contentos de compartir una tarde de fútbol en el mismísimo Paseo de la Castellana. Toda una aventura. El partido no era de alto riesgo pero sí bastante entretenido. Sexta jornada del Campeonato Nacional de Liga: Real Madrid - Deportivo de la Coruña. El equipo de nuestros amores, con un inicio bastante regular en liga, debía conseguir la victoria para sumar los tres puntos y que la distancia con el líder no se hicera mayor. Por su parte, el Depor, recién ascendido de la división de plata, gozaba de un buen (re) estreno en la Primera División y venía con ganas de arañar puntos en el Santiago Bernabéu. Así pues, a las 19:50 horas, el árbitro pitaba y rodaba el ruedo. Comenzaba el "furgol match".

En el Fondo Norte nos encontrábamos animando al Madrid. Estábamos tranquilos, confiados, conocedores de que se iba a ganar el partido, acechando la ocasión de celebrar el primer tanto... Y en esas, una rápida contra del Depor terminó con el 0-1 en el marcador. Gol del Deportivo de la Coruña. Gol de Riki. El Real Madrid perdía en su estadio. Ni nos inmutamos, sabíamos que el Madrid remontaría. Estábamos seguro de ello. De hecho ya vaticiné yo el resultado previamente en un bar cercano al campo de fútbol. "5-1" dije y me tacharon de eufórico optimista. Me pierden los colores, es cierto. Al igual que me pasa con el Real betis Balompié. Hay cosas que no son negociables. Al tiempo... eso fue lo que ocurrió (el resultado, no el negocio; prefiero matizarlo).
Tras encajar el gol coruñés, el vigente campeón de la Liga se lavó la cara quitándose las legañas y comenzó a tocar la bola y a generar ocasiones. Cristiano Ronaldo por dos veces y Di María (Ángelito, niño de los corazones) pusieron el marcador en 3-1 al descanso. Estaba claro que el Real Madrid era superior al Deportivo. De ahí nuestra confianza. En el descanso, como buenos futboleros, dimos buena cuenta de los bocadillos (el mío hecho por mi paciente mujer, de tortilla con queso, un derroche de amor y sabor, en ese orden) y nos dispusimos a continuar el disfrute común. Y es que era todo favorable: la amistad, el fútbol y el resultado. Era un trocito del paraíso para nosotros. Era la primera vez que coincidíamos todos juntos en las gradas del Bernabéu. Todos hemos ido varias veces, pero juntos no. Ésta fue la primera. Y estoy bien seguro de que será la primera de muchas. Reanudado el partido todavía nos quedarían dos goles por celebrar. Uno de Pepe y otro de Cristiano nuevamente pondrían el definitivo 5-1 en el electrónico. Para una vez que habría ganado la porra, pues era el resultado que dije, no la jugamos. Ley de Murphy.
En resumen, disfrutamos como niños chicos. Pasamos un rato más que agradable y plácido que es de lo que se trataba. Nos quedamos con ganas de más y volvimos a Ciudad Real felices y contentos. Para colmo de bienes ganó nuestro equipo y de goleada. Un disfrute, vamos, un disfrute gordo. Fue sin duda una nueva oportunidad para recalcarle a mis compadres que los quiero tela. Y eso tampoco es negociable. Ya lo decía Alejandro Sanz en una de sus canciones, sean como sean: "Mis amigos son así". Y yo los quiero y punto.
No puedo finalizar el post sin mentar la última anécdota del viaje. Tras el partido y todavía con la euforia latente, al salir de Madrid no atinamos a coger la autovía del sur y fuimos a enganchar el tráfico de la autovía del este. Dimos un rodeo que nos costó media hora más de viaje. A cambio descubrimos pueblos que están escondidos y recónditos: Colmenar de Oreja y Villaconejos (no es broma, aunque suene a anuncio de fairy, Villarriba y Villabajo, existe). En cuanto pudimos retomamos el rumbo correcto y todo salió sin problemas. Una experiencia graciosa. Una risa entre tantas otras. Ya nos veíamos en Valencia en vez de en Ciudad Real... Quedará para el recuerdo. Un recuerdo más amigos.
Lo dicho. Tarde de "furgol". Habrá que echar otra, esto es como las cervezas. El Bernabéu es nuestro templo futbolero y como fieles debemos asistir. Sirvan estas líneas como reconocimiento a todos vosotros (presentes y ausentes).
OS QUIERO. GRACIAS.

¡¡HALA MADRID!!