viernes, 30 de enero de 2015

LEYENDA DE SAN GINÉS

Embaucado en la lectura de uno de mis libros de Literatura Jacobea comencé el estudio del origen del Camino que tanto amo y, pasando horas fijando mi vista en él, descubrí algún mensaje que el profesor Juan García Atienza dejó plasmado en sus líneas. Me sorprendió bastante al descifrarlo que versase sobre un santo  que tuviese relación con España y con el Camino de Santiago a la vez. Conocedor como soy del asunto, pensé que sería o Santo Domingo de la Calzada o San Juan de Ortega, ambos enterrados en pleno camino, pero cuál es mi sorpresa cuando, ante los requisitos narrados por G. Atienza, los que daban el perfil a la perfección eran dos santos que he mencionado y resulta que el protagonista de lo que hoy vengo a contar se halla en Cartagena según la leyenda. Dicha ciudad murciana la he visitado varias veces y nada tiene que ver con el Real Camino Francés. Y claro, al encontrarme de pleno con que mi estudio me llevaba a una leyenda que tocaba el Camino de Santiago, que tocaba leyendas con génesis peregrinas nacidas en Francia y que concluía todo en la localidad murciana de Cartagena, me decidí automáticamente a su investigación para nada más terminarla plasmarla aquí en el Rincón y compartirla con vosotros. Así pues, hete aquí que os traigo la curiosa Leyenda de San Ginés. Hablo de la Leyenda en general y no doy datos del propio santo, ni matizo si es el de Arlés o el de Jara, porque la leyenda engloba a su vez otras tantas y llega un punto en que no se sabe si se habla del mismo protagonista.

Si bien el Camino de Santiago debe empezar en la misma puerta de casa de cada uno (y en realidad así es, otra cosa es dónde comience cada uno a caminar, pero desde que uno sale de casa con la intención de llegar a la meta ya está en el camino), es sabido que en Francia eran cuatro las vías principales por las que discurrían los peregrinos para cruzar luego los Pirineos y llegar a Santiago, bien por los Puertos de Cize en la conocida "Ruta de Napoleón" o bien por Valcarlos, o comenzando ya en España, bien en Roncesvalles o bien en Somport, unificándose en todo caso toda vía en Puente la Reina, allí donde los caminos se hacen uno solo hasta el finis terrae. Pues una de las vías francesas más conocidas era la de Arlés en la que se decía a los peregrinos que visitaran antes de su partida el lugar donde fue decapitado San Ginés. De hecho en el Códex Calixtinus, primera obra universal de la literatura jacobea, se "recomienda" a los peregrinos visitar: (literalmente) "Un arrabal junto a Arlés, entre los brazos del Ródano, que se llama Trinquetaille, en donde existe una columna de mármol a la que ataron a San Ginés y lo degollaron; y aún hoy aparece enrojecida por su sangre. El mismo santo, apenas hubo sido degollado, cogió su cabeza con sus propias manos y la arrojó al Ródano, y llevó su cuerpo por el río hasta la iglesia de San Honorato donde yace. Su cabeza, en cambio, corriendo por el Ródano y por el mar llegó, guiada por ángeles, hasta la ciudad española de Cartagena, en donde ahora descansa." 

Curioso. Aquí más que en la pura leyenda radica mi estudio. ¿Por qué el Códice Calixtino "recomienda" a los peregrinos visitar el lugar donde ocurrió el martirio de San Ginés si el mismo nada tiene que ver con la Ruta Jacobea? La única relación entre ambos es que dicho lugar se encuentra en Arlés y esta ciudad era punto de inicio de una de las principales vías francígenas de peregrinación, pero San Ginés como tal nada tiene que ver con el Camino. Parece clara la influencia de la Orden benedictina de Cluny en la edad medieval: se induce al peregrino a visitar lugares santos a fin de que en su largo camino hasta la tumba del apóstol vaya haciendo lo mismo. Así los peregrinos, igual que hacían en Francia, harían en España su camino visitando "azarosamente" los lugares "recomendados" por el Codice y, claro está, dejándose en ellos su dinero en alimentación, pernoctas, dádivas y/u ofrendas. Curioso. De hecho, aviso a navegantes, el Códex, y me refiero en concreto su a Liber Sancti Iacobi, parece ser que cuando se dice que fuera escrito en el siglo XII por Aymeric Picaud, lo fuera en realidad por religiosos vinculados a la Orden de Cluny, cuyos monjes atribuyeron su autoría al Papa Calixto II (de ahí el nombre del código), librando así a su propia orden de que recayeran sobre la misma posteriores (e inevitables) sospechas con fundamento en tales "recomendaciones" (casi obligatorias para los caminantes) que los peregrinos visitaban. Curioso, decía.



Hecha esta puntualización y volviendo a la leyenda en sí de San Ginés, no deja de ser más asombroso todavía que el mismo, una vez decapitado, cogiese su propia cabeza con las manos, la depositase en el Ródano y ésta llegase hasta la ciudad española de Cartagena. Y ante tal milagro es más asombroso aún que la historia diga que la cabeza de dicho santo cristiano fuese a parar a una antigua y ruinosa construcción musulmana cercana a las aguas del Mar Menor, a unos dieciséis kilómetros de Cartagena y que, a raíz del prodigio, se reconstruyesen aquellas ruinas islámicas en forma de monasterio cristiano y se llamase al lugar "Rincón de San Ginés de la Jara".
Y no termina aquí la cosa cuando encontramos que hay diferentes leyendas y versiones del origen de este lugar de San Ginés de la Jara, difiriendo incluso de a qué San Ginés se debe el nombre, invitando a pensar que hubiera varios, si bien todo apunta a que ambos son el mismo y, pese a las diferentes versiones, que incluyen la supervivencia de San Ginés de la Jara a un naufragio en las costas de Cabo de Palos o el trágico final por decapitación de San Ginés de Arlés que describe el Códex Calixtinus en su Liber Sancti Iacobi, San Ginés de la Jara no es otro sino San Ginés de Arlés.
Y para rizar más el rizo resulta que en el lugar donde se encuentra el monasterio hay múltiples evidencias de que en su día se realizaban cultos musulmanes a una santona o mártir islámica allí enterrada, siendo la leyenda de San Ginés una continuación de dicho culto mozárabe anterior al siglo XI o, incluso resultando, que la génesis de esta trama radicara en un culto con origen visigodo o hispanorromano. Y yendo más allá, hay que decir que la propia mártir islámica tiene su leyenda, la cual dice que "hay cerca de Cartagena un convento que guarda los restos de una mártir muy venerada en el país. Su tumba está coronada por una cúpula, cuya cima está atravesada por una lumbrera. Ningún pájaro puede volar sobre esta cúpula: en efecto, si pasa por encima, una fuerza determinada por esta lumbrera lo atrae y le hace caer dentro de la cúpula."
Por último hay que indicar que a día de hoy el lugar está catalogado de misterioso y se encuentra totalmente abandonado por los fenómenos inexplicables que allí se cuentan que ocurren. Sin duda alguna fuerza extraña radica en aquel lugar.


Visto todo ello, la conclusión nos hace pensar que, por algún motivo que no sabemos, tanto musulmanes como cristianos rindieron culto a aquel lugar y a una misma figura adaptada según las épocas y creencias a la sociedad del momento. Y lanzo la pregunta entonces: ¿pudiera ser que el Camino de Santiago aúne el culto a un mismo lugar y a una misma figura adaptada a las épocas y creencias de la sociedad, unificando al ser humano consigo mismo sin distinción de edad, sexo, raza o religión? De ser así, viva el espíritu de San Ginés.

miércoles, 14 de enero de 2015

DE IGUALÁS Y ENSAYOS

Sí señores. No espero más. Ya pasó el Rey Baltasar y tras su carroza venía la primera Cruz de Guía. Estamos ya de igualás y ensayos. Eso es así para los cofrades. Y para los que no, también. Conforme terminamos de recoger los últimos caramelos arrojados por los Reyes Magos en la Cabalgata, conforme terminamos de guardar las figuritas del Portal de Belén en sus cajas, conforme quitamos las últimas bolas y espumillones del Árbol de Navidad, comienzan a llenarse los días de igualás y ensayos, apareciendo por las calles las primeras parihuelas y costales. Es el tiempo de PreCuaresma que más ansiamos los cofrades. Y matizo: los cofrades. Es decir, no sólo los costaleros. Tras el Rey Negro viene la primera Cruz de Guía, no la primera parihuela ni el primer costal. Una cosa es que el "mundo costaleril" sea el primer batallón cofrade en aparecer en este tiempo y otra cosa es que sea el único. Al terminar la Navidad salen de su letargo (si es que alguna vez ha existido) las hermandades y cofradías. Comienza de nuevo el sueño, la limpieza de plata, el planchado de telas, el encargo de cera, las noches en vela de la priostía y una largo etcétera que afecta a todos los cofrades, no sólo a los costaleros, aunque éstos sean (seamos) los primeros en empezar con nuestro ruidoso batiburrillo de botines, fajas y ropas.

Y ahora sí que sí al turrón. ¡¡Pero si ya no es Navidad!! Por eso. Al turrón. Expresión que sirve para atacar y afrontar cualquier cuestión sean Pascuas o no. Si además luego os coméis más el mazapán que el turrón... ¡Quejicas! ¿Que llega el Carnaval? Pues al turrón con los disfraces. ¿Que llegan las igualás? Pues al turrón con los costales. ¿Que llega el verano? Pues al turrón con las barbacoas. ¿Que llega otra vez la Navidad? Pues al... mazapán. Y así siempre. Que está el mundo loco y más para los cofrades. ¿No escuchamos marchas en Agosto? Pues nos comemos el turrón en Mayo. ¿A qué los de mi gremio me entendéis? Y con la que está cayendo luego los locos somos nosotros. ¡Homepofavó! Al turrón ya, compadre. Saca los botines, el costal y la faja. ¡Venga la primera! ¡Ponerse!



Estamos deseando ya oír la voz del capataz, llenarnos de reencuentros y abrazos en la igualá, tomarnos algo hablando de lo que nos gusta y pegar bimbazos. "¡Eshále lavadoras en lo alto, miarma! Esto no pesa ná..." Estamos ya locos de deseo de sacar las parihuelas a la calle y limpiarles el polvo a base de levantás. Nos pasamos el año soñando con estos momentos y ahora que ya podemos acariciarlos con la mano nos volvemos locos perdidos de alegría. Los nervios a flor de piel es poco. ¡¡Fuerte párriba!! Ya está la rata en la lata y estamos desatados. Tiempo de igualás y ensayos que tantas sensaciones y recuerdos nos regalas. Hace veinte primaveras que comencé a conocerte y todavía no te conozco del todo. Siempre me sorprendes con algo nuevo, siempre me das una vuelta de tuerca más a la trabajadera regulable de mi pasión costalera. ¿No es suficiente que sirva los platos de la cena de costero a costero? ¿No te sirve que cuando alguien aparca le diga "la derecha atrás"? ¿No te vale con que al llegar el otoño lo reciba con un "Venga de frente con él"? Tiempo de loco de igualás y ensayos, ¿cuándo es tu tiempo si todo el tiempo vivo como en el tiempo de tu tiempo? Y luego los locos somos nosotros estando el mundo loco. ¡Venga la segunda!


Ahora que ya has llegado y desatas la permanente locura de aquellos que vivimos las cofradías durante todo el año, es cuando más disfrutamos. Es como una precuaresma y antesala de las vísperas que están por llegar y que, benditas y malditas ellas a la vez, comienzan a marcar el principio del fin una vez más. Ahora que las guerras de religiones ocupan las portadas, ahora que el humano se afana en hacer el mal, ahora que no hay noticia buena en los diarios, ahora que el cuerdo mundo vive en paranoia, ahora, precisamente ahora nos dicen que los locos somos nosotros que nos dedicamos a disfrutar de lo que nos gusta sin hacer daño a nadie y con las puertas abiertas a todos. Será que ponerse un costal es decretar un desahucio. Será que acudir a una igualá es cometer un crimen. Será que ceñirse la faja es vestirse con corbata y robar bajo legal amparo. Será que los locos somos nosotros. Eso va a ser. ¡Tequiyá!
¡Bendita locura! ¡La tercera! ¡La cuarta! ¡La quinta! ¡La sexta! ¡La séptima! ¡Y la octava! ¡¡Ponerse los tíos!!

¡¡Fuerte párriba y a volar!!

miércoles, 7 de enero de 2015

EMPEZANDO EL 2015 CON BUEN YANTAR


Atrás quedó el año 2014 con lo bueno y con lo malo. Y como siempre reza el refrán "Año nuevo, vida nueva" así hay que comenzar. Y si este año el refrán trabaja en su mayor sentido literal mejor. Así sea y la Esperanza se convierta en Alegría (ambas con mayúscula por la advocación a las que evoco mientras las nombro en texto de metáfora que el buen cofrade sabrá de sobra interpretar). Y como refranero estoy me viene a la mente otro dicho que dice "Tranquilidad y buenos alimentos". Y visto así, nos hacía falta un poco de tranquilidad por los últimos acontecimientos y los buenos alimentos nunca han de faltar, así es que cumplióse el refrán y quizás a través de éste se cumpla aquel. Quizás sea un tanto kafkiano este primer párrafo del año 2015 pero siempre he sido algo filósofo y, me consta que, si ustedes lo leen pausadamente se enterarán perfectamente de lo aquí plasmado. Otra cosa es que sepan captar el mensaje entre líneas, eso ya quizás (por no decir rotundamentre seguro) sólo lo logren los iniciados en el conocimiento de mi persona, pero enterarse, enterarse lo hará todo el mundo que domine el castellano. Igual que al promulgar una Ley, ¿que no? "A los que la presente vieren y entendieren..." Y tras la sanción de la misma te espetan que el desconocimiento de la Ley no exime de su cumplimiento. Pues oiga, yo no la entiendo. Da igual, usted la ve. Yo no entiendo lo que dice en El Rincón. Da igual, usted lo ve. Dicho esto, vean, vean.
Plato de ibéricos al corte con centro de queso de cabra
Croquetas caseras y compota de manzana
Pimientos de Piquillo rellenos de crujiente de carne
Y como ver no es complicado, solamente con las fotos ya se harán una idea del mensaje más somero de esta entrada: una buena comilona de año nuevo en Los Pucheros (Piedrabuena). Si bien comenzó el año con la boca llena de restos de uva, trocitos de la piel de las mismas y alguna pepita medio mordida, sí, sí, no se asombren que ustedes también lo empezaron así (salvo los andaluces televidentes de Canal Sur que anda que no se llevaron chasco con la sureña cadena, homepofavó, dejar a mis compadres sin uvas de la suerte, eso está mu feo, miarma, mu feo), rápidamente deglutimos y tragamos, cual si pavo fuéremos, los residuos uvescos que en la boca quedaban y diciendo "Feliz año" unas quince veces por minuto nos dimos besos y abrazos y colapsamos las líneas telefónicas por no perder la costumbre. Que un día es un día y recibir otro año es motivo de alegría para todo el mundo. Por ello el año empezó bien.

Y lo que bien empieza así hay que seguirlo, al menos lo que en nuestra mano esté. Y por ello tuve a bien la ocurrencia de llevarme a padre, madre, hermana y mujer a menear el bigote al restaurante asador Los Pucheros y regalarles una buena comida equivalente al regalo que Melchor, Gaspar y Baltasar fueran a dejar en sus zapatos la noche del 5 al 6 de Enero. Que si mal está que tu cadena de televisión no te dé las uvas y te dé un café catunambú y un trago de jerezano, peor está que pongas los zapatos en el alféizar de la ventana o en el balcón esperando que te pongan un regalo y te pongan un entrecot a la brasa o un lomo de venado asado que al momento está caliente y rico pero al alba está escarchado y más tieso que el bigote de un gato.


Así pues, con la ocurrencia, idea o regalo de Reyes Magos en mente (elija el lector el modo de llamar o determinar el hecho), localicé el número de teléfono del mentando asador y reservé mesa para ir a degustar viandas varias. Y teniendo las mismas frente a nosotros no dudé en hacer algunas fotillos para luego ofreceros como postre esta entrada, pues alguno habrá que viendo las instantáneas babee cual mastín pirenaico. Si bien, salvo del postre como ya os decía suplido por esta entrada, hice fotos de todos los platos para que vierais como nos pusimos. Y hay que mencionar que a cada carne mejor. Un deleite y un regalo bien sabroso. Os voy regando de fotos la entrada en el mismo orden en que fueron apareciendo las viandas sobre la mesa. Al centro un generoso plato de ibéricos al corte: jamón, lomo, chorizo y salchichón en torno a un pequeño queso de cabra. Luego unas croquetas caseras de carne de cocido que curaban cualquier mal. Y para finalizar los entrantes unos pimientos de piquillo rellenos de crujiente de carne y rebozados. Delicatessen. Los platos fuertes vinieron en forma de solomillo de venado con reducción de vino de Jerez y verduras a la plancha y sendas parrilladas compuestas de ternera, presa ibérica, solomillo de ciervo, medallones de buey y pluma de cerdo. "Casi ná".

Vamos que nos fuimos de allí bien satisfechos, bien comidos y bien bebidos. Yo también bien orinado. Las cosas como son. De hecho me hizo gracia la decoración rupestre de los azulejos de los baños y les hice una fotejo para ponerla. Tonterías que tiene uno cuando está meand... digo cuando está feliz. No siempre te encuentras un memorándum de las cuevas de Altamira cuando estás echando el chorro. Así es que foto merecida y subida al Rincón. Faltaría más. De nada a los curiosos.

Total que tal cual se titula esta entrada así fue. Empezando el 2015 con buen yantar. Que somos de la Mancha, hombre. Aquí se lleva eso y nos hace felices. Así es que creo que mejor regalo no pudieron haber traído Sus Majestades de Oriente. Os dejo alguna fotejo de los asistentes para que veáis las caras de pena que tenían sabiendo lo que nos esperaba. Yo ejerzo de bloguero y fotógrafo en estas cosas y no salgo en la mesa, estaba haciendo la captura del momento pero mi cara era también de pena absoluta porque tenía que comerme una parrillada asada. Yo que soy fan del brócoli y las acelgas. Qué suplicio. Por cierto se ve el cesto del pan en la foto. También fue protagonista. Con algo hay que ayudarse no va a ser todo vino, que digo yo.

Y por supuesto como sé que más de uno y una (sobre todo los que siguen viendo las fotos cual los canes de los Pirineos antes mencionados) querrá probar a ir al lugar a cerciorarse in situ de la calidad del asador y, también, debido al exquisito trato que con nosotros tuvieron y por ello les está más que merecido, publicito desde aquí el Restaurante Asador Los Pucheros y os dejo su tarjeta de visita para que reservéis mesa en cuanto podáis. No os decepcionará y saldréis bien comidos, Quijotes y Dulcineas míos. ¡¡Buen yantar y salud!!