jueves, 27 de marzo de 2014

ENTRE FAJAS Y COSTALES

La Cuaresma va avanzando. Un año más la estoy disfrutando del modo que más me gusta: entre fajas y costales. O bien voy a ver los ensayos de otras cuadrillas o bien estoy en los ensayos de las mías, pero el caso es estar pegado a las divinas maderas que tanta afición y devoción causan a los tocados por la gracia de Dios para ser costaleros en este mundo. Y así voy descontando día tras día hasta el esperado mes de Abril en el que llegue la Gloria un año más y pueda tocar el Cielo con las manos. Los que ya llevamos algunos años bajo las trabajaderas disfrutamos de los ensayos tanto o más como el día el grande, pues sabemos que, si bien, paso dado es paso ganado, paso dado es paso que no ha de repetirse, Dios mediante, hasta el año siguiente. Por eso hay que disfrutar cada levantá, cada chicotá y cada arriá de principio a fin. Soñamos con esta época todo el año y hay que exprimirla al máximo pues tal cual llega se va.
Este año a las alturas de Cuaresma que estamos me quedan solamente por disfrutar tres ensayos y los correspondientes retranqueos. Parece ayer cuando escribí el post "A vueltas con las cofradías" porque estaba radiante de alegría al recibir la primera fecha que me citaba a la primera igualá de este año. Han transcurrido solo unos meses y ya empieza a embargarme la sensación de que otra vez se va la Gloria sin haber llegado. Tan grande es el deseo de que llegue y tan efímera su presencia que no me canso de repetir la frase que el poeta dijera y con tanto afán repito y recreo vísperas tras vísperas: "No quiero que llegues, quiero oírte llegar". Y ahora que ya degusto el bacalao con tomate, ahora que ya florece el azahar, ahora que el almíbar de la miel endulza mis postres y ahora que están las calles llenas de parihuelas de ensayo es cuando más se la oye llegar. Es inminente su meta, esa meta que rompe en sentimientos siempre nítidos en la mente del cofrade y que llevan por nombre Domingo de Ramos.

Este año, si Dios quiere, el Domingo de Ramos pasearé a Jesús Cautivo meciendo su Prendimiento desde el Barrio de los Ángeles hasta el corazón de esta Civita Regia; el Lunes Santo, fiel a la tradición, Vía Crucis de rezo y oración; el Martes Santo seré los pies del Señor de las Penas y con su cuadrilla humilde pasearemos al Dios del Carmelo; el Miércoles Santo, para mí uno de los días más especiales del año, meceré sobre mi cerviz, como llevo haciendo ya casi dos décadas, al Señor de la Bondad, cara que veo cuando rezo el Padrenuestro; el Jueves Santo volveré a mis orígenes cofrades de la infancia, aroma de Santa Cena y Dolores, y disfrutaré participando en la presidencia de la Pasionaria del Perchel; el Viernes Santo veré cofradías de mi ciudad que llevo años sin ver y participaré igualmente en la presidencia oficial de la procesión del Santo Entierro; el Sábado Santo marcharé a mi amada Muy Noble, Muy Leal, Invicta, Heroica y Mariana Ciudad de Sevilla y lo primero será ir a verlos: Macarena y Señor de la Cena, no concibo una Semana Grande sin ellos, luego me perderé entre bullas e incensarios disfrutando de las cofradías; por último, el Domingo de Resurrección volveré a ver al Señor de Santa Marina y a despedir la Gloria con la Virgen de la Aurora empezando de nuevo una cuenta atrás que nunca cesa.
La verdad es que mientras escribía mi proyecto de este año me ha venido de golpe un ímpetu tremendo de seguir disfrutando al máximo de estas vísperas que hoy vivimos. Ojalá tuviera ensayo ahora mismo, pero tendré que esperar hasta el Domingo y disfrutar con la gente buena del Prendimiento y con la gente fiel y noble del Señor de la Bondad. Dos ensayos a los que les tengo muchas ganas y en los que me siento muy feliz con la gente que comparto trabajo. Este año, además, en uno de ellos vino mi mujer a visitarme y me hizo especial ilusión ya que a ella no le gustan las cofradías como a mí y no me la esperaba. No dudé en inmortalizar el momento y sonreír cada vez que veo la foto "de familia" de la cual algún día hablaré más. Entre tanto seguiré agotando esta Cuaresma, disfrutaré viendo otros ensayos, hablando con amigos de otras cuadrillas, yendo a tertulias y pregones, visitando Casas Hermandad y, en definitiva, estando donde más me gusta estar: "entre fajas y costales".

viernes, 14 de marzo de 2014

CARNAVALITO LINDO

La verdad es que hacer el payaso un rato con los amigos siempre me ha gustado. Y al que no le guste por la misma puerta que ha entrado se puede ir ya que vino sin ser llamado. Eso es así. Este año por unas cosas y otras me he quedado sin irme a Cádiz a pasar un fin de semana de carnaval y, claro, si el fin de semana anterior tenía ensayos de costalero y no salí y el fin de semana que me iba a Cádiz este año se me estropeaba... se me pasaba el carnaval sin pena ni gloria. Y ya había algunos (y algunas, sobre todo algunas) que se las prometían muy felices viendo que se me complicaba el asunto y que este año ni disfraz, ni tontería, ni risas, ni nada de nada. Pero, parafraseando al Chapulín Colorado, ídolo de nuestra ochentera infancia, he de decir que "No contaban con mi astucia", así es que tras una semana de portarme bien en casa, cual niño chico, obtuve mi premio, maquiavélicamente planeado juntos con mis amigos: una noche de carnaval a placer como todos los años venimos haciendo.

Expiraba ya el Carnaval cuando junto a Narciso, incombustible hermano que me regaló la vida, fuimos a comprar los disfraces para este año. El plan salió a la perfección. El último Sábado de Carnaval tenía ensayo de costalero por la tarde y el resto del fin de semana libre, a saber que el Domingo era Domingo de Piñata y en Ciudad Real desfilan las carrozas y no hay ensayos de tipo alguno. Los planetas se habían alineado a nuestro favor. Mi mujer era miembro del jurado carnavalero en su pueblo, Bolaños, y yo tenía "libertad" para el carnaval. Por supuesto, Junior y Jorge se unirían a la misión y pasaríamos una noche carnavalera de las que nos gustan: copas, risas y buen ambiente. Y cada vez que nos juntamos los pastores tiembla el rebaño. Suele ocurrir cada vez menos pues ya no somos unos chavales (aunque actuamos como tal) y ya vamos estando uno casado, otro con hijos, etcétera, pero cuando se cuadra la cosa... Pintan bastos. Y eso también es así.

De esta manera llegó el Viernes de Carnaval y adquirimos los disfraces. Íbamos con intención de comprar unos de pollo que nos habían hecho mucha gracia pero sólo quedaban dos y, además de no ser los de la foto (para variar), éramos tres, pues Jorge tenía su disfraz aparte. Pollo descartado. Vimos uno de escocés. Nos miramos, nos imaginamos con la falda a cuadros y dijimos: "¡Éste!" La chica del almacén carnavalero nos lo mostró y la falda muy bien pero la chaquetilla... Ahí no entrábamos ni asomándonos. Ale, fuera el trío escocés. Cagontó con lo que nos habríamos reído... Y en esas estábamos cuando Narciso soltó una carcajada y dijo: "¡Mira! ¡De fregona!" Cabal. Disfraz simple donde los hubiera y preparado para que nuestras hechuras físicas cupieran en él. Y había tres. Así es que... ¡¡Marchando las tres viledas para el carnaval!! Los monjes ya teníamos hábito. Sólo quedaba comprar el agua con misterio (llamada por algunos botellón, cosa que yo no sé lo qué es, no os riáis malas pécoras...) y concertar hora y lugar para iniciar nuestra liada carnavalera anual. Evidentemente el destino sería el pueblo vecino de Miguelturra que vive de un arraigado y tradicional carnaval. El plan estaba servido.

Y, ¿qué queréis que os diga? Con las fotos que os voy poniendo entremedias de este texto os podéis hacer una idea de lo que fue la noche. Un sinfín de risas de principio a fin, una copita, otra copita, un chiste, una foto, haz otra que sale movida, otra copita y así... Y así hasta las seis de la mañana en que me ví con una cogorza encima bastante considerable y vestido de fregona por Miguelturra. Carnaval puro, vamos. El resto lo voy a omitir pero creo que bastará y os alegrará oír que Gemma, mi mujer, está en proceso de canonización y el Vaticano está estudiando la posibilidad de incluirla directamente en el santoral. No puedo dar más detalles. Os escribo estas líneas disfrutando de mi libertad condicional bajo fianza y con cargos. Parece ser que lo que no friego en casa lo fregué en Miguelturra. Menos mal que es una vez al año y que este año no iba a tener carnaval... ¡Va por ustedes!

miércoles, 5 de marzo de 2014

YA ES CUARESMA DE NUEVO

No sé por qué será pero cada vez que hablo de ti me salen versos sin quererlo. Quizás porque todo el año suspiramos por tu anhelo, por embaucarnos de tu incienso, por perfumarnos de tu azahar, por tenerte a nuestra vera de nuevo. Y he de reconocerte que si bien a tu inicio me embriaga la alegría en unos primeros días, poco a poco soy consciente de que eres de nuevo una cuenta atrás regresiva e indominable que a base de caricias cofradieras nos acercas a la Gloria, a sabiendas de que morimos por su espera y que cuando se va es cuando llega, pues cuando llega... Se va. Siempre me han gustado las vísperas y cada año que pasa más las disfruto, más las saboreo, más las abrazo en un inútil intento de demorar su llegada, de retrasar esa mágica semana que cuenta el tiempo al revés y cada paso que dé el nazareno no habrá de repetirse hasta que llegue el año nuevo. No sé, te digo, ya lo estás viendo, cuando hablo de ti la dulzura emana escribiendo. Y no me afano en buscar la rima, los sentimientos solos afloran, eres de los cofrades su vida, de mi raza el alboroto, de las abuelas la gastronomía, eres faja de la primavera, el costal de la camaradería, el racheo de la luna nueva, el ensayo de la noche entrada, del muñidor la alegría y de mi tinta el motivo. Por eso hoy pregono a pecho abierto que ya es Cuaresma de nuevo.

Quedan cuarenta días y cuarenta noches, ¡pero qué cuarenta días y qué cuarenta noches! Consabida oración que tantas veces hemos oído y gozado los que tenemos el alma entre cera derretida y faldones de los pasos. La limpieza de plata comienza y los pucheros llenos de potaje de vigilia también. A todos nos tienes ganados por una cosa o por la otra. Y yo te quiero tanto... Eres entrañable y te veo y me reconozco en cada esquina de tu tiempo. El joven costalero que va a sus primeros ensayos, el corneta de una banda que por la calle va silbando, el ya entrado en años en cuyo coche suenan marchas de palio, el tendero que prepara el bacalao que se guisará a fuego lento con tomate, la novia o mujer no cofrade que con resignación aguanta nuestra pasión día a día, la madre que plancha el costal temerosa por la espalda de su hijo, la abuela que saca del arcón las túnicas con olor a naftalina, los cartuchos de pescaíto frito, las tertulias cofradieras entre copas de los bares, el incensario puesto en casa, la miel que hará de almíbar para las torrijas, el capataz que hace sus cuadrantes de relevos, el aguaor que limpia su búcaro, el prioste que no encuentra el tono de flor que quiere, la camarera que viste la saya y en cada rincón un reflejo de lo que nos ofreces en tu fugaz presencia. Los cofrades sabemos vivirte y por eso hoy no le rezo a ella, Semana Santa de nuestra conciencia, hoy me detengo en ti y te canto con esmero que ya es Cuaresma de nuevo.


Ahora que despunta la primavera incipiente es cuando más alegría me da verte otra vez. Y es que no me canso nunca de revivir esa chicotá de palio bien andao revirando por su barrio. Y no me canso, no, de jugar en casa con una simple toalla a imitar el bamboleo de los ropajes de las tallas al ser llevadas de costero a costero y sobre los pies. Y es ahora, como decía, cuando la primavera quiere nacer, cuando más empujan los sentimientos del cofrade para salir a la luz, esos sentimientos siempre presentes que hacen que en verano en la misma playa nos embauquemos soñando con un gran paso de misterio surcando el mar o que hacen que en Navidad cantemos villancicos al son de redobles de tambor mientras mecemos al Niño Dios en la cuna del palio de nuestro corazón, cuando nos embarcamos en el gozo de una nueva Cuaresma que pasará destino a la Gloria llevándonos en volandas hacia las Palmas de la Resurrección. Somos así los cofrades y, por eso, hoy que llega nuestra más amada cuenta atrás hacia la rampa del Domingo más deseado, se nos aviva la llama interna de la pasión y con el corazón en un puño, amada mía, otra vez exhalo al viento que ya es Cuaresma de nuevo.

Y no podía sino hacerlo al más estilo costalero. Tres párrafos anteceden, uno por cada golpe de martillo certero que llaman a la cuadrilla a ponerse bajo el madero. Sigue fluyendo la prosa con rima grácil y hermosa que será el "a esta es" de está simbólica levantá. Este último párrafo queda para iniciar la chicotá. Siempre que hablo de ti me salen poemas del alma. ¡Ponerse, cofrades, que van a llamar! Tensos ya los riñones y valientes los corazones. Vivamos esta Cuaresma arriba siempre hasta el Cielo. ¡Qué bonitas son las vísperas! Y como el poeta dijera "por eso no quiero que llegues, quiero oírte llegar". ¡Despierta de tu letargo! Vive el sueño de los despiertos que ya se avecina, día tras día, calle tras calle asoma por cada esquina. Tocaremos con las manos el Cielo. La Luna del Parasceve inicia su vuelo... ¡¡Ya es Cuaresma de nuevo!!