domingo, 31 de diciembre de 2023

¡FELIZ NAVIDAD, AMIGOS!

Utilizo la expresión que da título a esta entrada para desearos a todos una preciosa Navidad entre familia, amigos, hogar y reuniones varias que acontezcan entre el día de la Lotería, como pistoletazo de salida de tan entrañable período y el día 7 de Enero, como regusto del último trozo de roscón, siendo tal cúmulo de días lo que conforma, verdaderamente, la Navidad. Solemos decir "¡Feliz Navidad!" los días previos a la Nochebuena y el Día de Navidad en sí y luego pasamos, de manera casi automática, al "¡Feliz Año!" cuando, en realidad, quedan unos días para que el mismo empiece y, no sé, será porque soy un costumbrista, pero me gusta decirlo una vez iniciado o, como excepción a los más cercanos y/o por compromiso y devolución, cuando me lo dicen a mí y ya es totalmente (y cuando digo totalmente es totalmente) inminente la llegada del mismo, la tarde de Nochevieja, vaya. Pero eso de decir "¡Feliz Año!" un 27 de Diciembre... No. Vamos, que no. No rotundo. ¿Qué leche "¡Feliz Año!" cuando ya han pasado 361 días del año? Dime "¡Feliz Año!" el 1 de Enero, el 2, el 3 o el 4, pero no cuando ya se está acabando. En esas fechas hay que seguir diciendo, como toda la vida de Dios, ¡Feliz Navidad! Como los propios 26, 27, 28, 29 y 30 de Diciembre, están incluidos en el período navideño que ya he dicho que va del 22 de Diciembre al 7 de Enero, se dice ¡Feliz Navidad! Y punto pelota.  En Nochevieja hay que templarse y recién arrancado el año, nada más medio atragantarse con las uvas, ya se puede decir "¡Feliz Año Nuevo!" Pero antes no, leche. Antes se agota el año actual. Y ya. Y si, además, estás en La Mancha y me sueltas en estas fechas un ¡Felices Pascuas! me pones más contento aún y es cuando te doy punto, juego, set y partido, un gallifante y un nicolasillo (¿los recordáis? los que no, podéis googlear qué son dichos nombres. Pista: Mascotas retro de la historia de la tele. Como la calabaza Ruperta. Va a ser verdad que me hago mayor...). ¡Felices Pascuas! Sí, señor. Porque las abuelas de mi tierra siempre lo han dicho y ¿quiénes somos nosotros para contradecirlas o no seguir sus costumbres? ¡Felices Pascuas, hombre!

Dicho lo cual y sentada una base incuestionable e inapelable, pues en esta entrada hago de parte, juez de instrucción y órgano revisor, por lo que anticipo que no cabe recurso alguno, aprovecho que estamos en pleno período navideño para desearos a todos los lectores del Rincón una ¡Feliz Navidad! Y ya cada uno que se lo aplique, entienda o administre como quiera. Podéis entenderlo como 1. Suerte en la lotería (a ver si os toca algo), 2. Feliz Nochebuena, 3. Feliz Navidad (únicamente referido al día 25 de Diciembre), 4. Feliz Nochevieja, 5. Feliz final de año e inicio del nuevo, 6. Felices Reyes Magos, 7. Felices días de reencuentro, amistad, hogar y familia, 8. Felices tiemplas en común, 9. Felices abstinencias rodeados de ebrios, 10. Felices borracheras rodeados de sobrios, 11. Felices sentimientos, risas y momentos mágicos y 12. Felices elecciones con total libertad de entre las once anteriores (pudiendo escoger una, varias, todas o ninguna). Más fácil no os lo puedo poner. Pero ¡Feliz Navidad a todos!, eso sí. Y si, a mayor abundamiento, sois de los tradicionales que así lo entendéis, que escogéis casi todas las opciones y que disfrutáis de la tradición de saborear un poquito el Concierto de Año Nuevo tocando las palmas con la Marcha Radetzky y os queda un pellizquito de esperanza para jugar el "último décimo del año" en la Lotería del Niño, os quiero siempre en mi equipo. Como diría Don Harry, los tuiteros de verdad saben de sobra de quién hablo, "se me enumeren, por favor. Los espero a las 06;00 de la mañana en la frontera de Polonia". Ustedes sí saben de qué va la cosa. ¡Felices Pascuas, hombre!

Quien haya llegado leyendo hasta aquí habrá obviado que publico esta entrada el propio día de Nochevieja, aunque alguien quedará rumiando en su subconsciente que podía haberos deseado una Feliz Navidad al principio del período y no a mitad del mismo. Bien, pues a esos, si los hay, les digo ¡Feliz Navidad! dos veces: una de mi parte y otra por la que ellos no lo han dicho a nadie. Siesos. Que sois unos siesos, no le decís un triste "Morri Crisma" (a lo Sergio Ramos) a nadie y encima os quejáis de si otros lo hacen (hacemos) demasiado pronto o demasiado tarde. Invitarme a un mísero botellín y decirme un "¡Felices Pascuas!" un 28 de Diciembre, mismamente, veréis qué pronto echamos un rato bueno y nos reímos sin necesidad de inocentada alguna. Que para eso es la Navidad. Para pasar grandes momentos y recordarlos año tras año. Y esos momentos surgen inesperados y son los mejores. Por eso nunca es tarde, ni para vivirlos ni para desear felicidad al comienzo de una fiesta, a su mitad o a su final. Pero, oye, que también me vale un pacharán si no queréis un botellín. ¿Acaso hay alguien que llegadas estas fechas no recuerda con cariño, risa o nostalgia momentos de navidades pasadas? Es más, muchas veces los momentos fueron tan intensos que son recordados año tras año y despiertan los mismos sentimientos. ¡Qué bonitas son estas fechas si se viven cómo se deben! Y como no hay dos sin tres, tercera vez que lo exclamo: ¡Felices Pascuas, hombre!

Para concluir, permítanme, ojo que les hablo ahora de usted, terminar haciendo un pequeño repaso a lo que llevo almacenado en el alma durante estas entrañables Navidades que estamos viviendo. Permítanme, por favor. Y si no lo hacen, lo haré igual. Que para eso el Rincón es mío, hombre. Y lo comparto con vosotros y vuelvo al tuteo porque os considero cercanos a todos los que sé que me leéis y me lo hacéis saber. A los que no, os deseo Feliz Navidad igual, estéis dónde estéis, leáis lo que leáis, entendáis lo que entendáis y penséis lo que penséis. No le debo nada a nadie. Empezó la cosa poniendo con mi mujer y mi hija el Portalito de Belén y el Árbol de Navidad, como manda la costumbre socialmente expandida, en el Puente de la Inmaculada. Siguieron los derroteros adquiriendo nuevas figuritas para el Belén que estamos construyendo en casa en familia, para el cual, incluso, me he venido arriba con media vena belenista que no sabía que tenía y he hecho (literal, hecho, construido, fabricado, erre con erre guitarra, erre con erre barril, erre con erre qué rápido ruedan las ruedas del ferrocarril) un pozo para el mismo. Entre tanto una Nochebuena y Navidad preciosas en las que el tránsito de la vida me ha dado la fortuna de pasar de ir a un hogar donde se me acogía a ser yo ahora el hogar que acoge. Comidas varias, momentos especiales, reencuentros con amigos y enredos de botellines inesperados... Serme entregada la estatuilla del Pandorgo, mi sempiterna Diana y otras tantas vivencias y acontecimientos que están por pasar en estas fechas que aún no han concluido y que, a buen seguro, recordaré con afecto y cariño tanto cuando terminen como en tiempos venideros. Y todo ello con el deseo que todos os hayáis visto reflejados, a vuestra maña y manera, en estas líneas y haya contribuido a removeros los recuerdos y vivencias, que recordéis y que disfrutéis, lo de antaño, lo presente y lo futuro. ¡Feliz Navidad, amigos!

miércoles, 20 de diciembre de 2023

CUÉNTAMELO OTRA VEZ, ABUELO.

Era el mes de Octubre de este año 2023 que ya se nos está yendo cuando Choche, amigo y Pandorgo 2018, en un acto solidario en el que colaborábamos toda la Hermandad de Pandorgos, me contó la idea que había tenido y me ofreció participar en ella. Resulta que la Asociación de Coros y Danzas "Nuestra Señora del Prado" que él preside, celebraba su XXV Aniversario y para conmemorar tal efeméride habían decidido organizar un Festival de Folklore llamado "Cuéntamelo otra vez, abuelo". En el mismo, a través de la visión y recuerdos de un anciano folclorista, se iría interpretando mediante teatro, cantes y bailes la vida del abuelo protagonista, desde su juventud cuando empezó a dar sus primeros saltos en ese mundillo de la danza y las castañuelas, hasta la actualidad con sus piernas temblorosas que ya le impiden bailar, siendo el hilo conductor de todo el festival una entrañable conversación entre ese abuelo y su nieta que simularían ir a ver el propio festival e irían comentando el mismo. Todo ello tendría lugar el sábado 9, de Diciembre de 2023, fecha ya imborrable para mí por lo que acaeció. Choche me preguntó si en esa fecha, coincidente con el Puente de la Constitución y la Inmaculada, estaría en Ciudad Real y si podríamos ser mi hija y yo quienes encarnásemos los papeles de abuelo y nieta para dar vida al festival. Y creedme si os digo que estas cosas que así surgen más que un compromiso son una bendición. Por supuesto que lo haríamos. Es una fortuna que pensasen en nosotros para ello. Un regalazo actuar en las tablas del Teatro Quijano y hacerlo de la mano de mi hija lo convierte en inexplicable. Sólo quedaba aprendernos el papel, ensayar y forjar unas gracias eternas por haber contado con nosotros para algo tan especial como era para la Asociación de Coros y Danzas "Nuestra Señora del Prado" su XXV Aniversario.

El día que Jevi Junior inauguró su bar en el Torreón (voy a meter publicidad aquí), llamado Supreme y al que bien merece la pena una visita, nos emplazó al evento Jevi Senior, dícese, Jesús Vicente Castillo, Pandorgo 2009 y magno pregonero 2023 y entre pandorgos estaba la cosa pues fuimos varios los que acudimos y nos dimos cita en el local. En un determinado momento, el bueno de José Antonio López Rubio (Choche), Pandorgo 2018, el bueno de José Luis Vendrell García de León (Chichi), Pandorgo 2016 y el que narra, Pandorgo 2022, nos apartamos y estuvimos hablando de cómo afrontar el teatro que sería la columna vertebral del festival, pues el director de todo ello era Choche y merecía el día  de la función, 25 Aniversario de su grupo de coros y danzas, disfrutar del festival con la bandurria y no tener que estar pendiente de la dirección de la obra en la que Chichi, mi hija Claudia y yo seríamos los actores. Acordamos que Chichi hiciera de pregonero y diera los golpes cómicos a la actuación, pues su forma nerviosa de ser y sus maneras encuadraban perfectamente en el perfil del personaje a encarnar y lograría, enseguida, sacar la risa del público. Yo pondría el aspecto sentimental basándome en los recuerdos y nostalgias de un viejo folclorista nacido en los años cuarenta, haciendo que el público mayor se acordase de su juventud y tiempos pasados, cuando los quintos eran llamados a filas y marchaban lejos del hogar y mi niña Claudia, en su tierna infancia, sería la guinda interpretando el papel de nieta y preguntando cómo eran las cosas antaño comparándolas con las de ahora, con una inocencia pura y no teatralizada pues su edad es idónea ahora para ello. El presentador del acto, entre bambalinas, podría ir coordinando todo y dando las entradas de unos y otros actores en su momento y Choche, como director que ya hubiera dejado todo bien preparado, se dedicaría a lo que acordamos: disfrutar del festival.

Es de justicia resaltar que toda la función, de principio a fin, fue creada por el propio Choche, quien compuso las escenas, redactó los diálogos e ideó por dónde iniciar cada una de las apariciones que hiciésemos, lo que debería haber en ese momento en el escenario y de qué manera ir uniendo las intervenciones teatrales con las actuaciones de cantes y bailes y viceversa. Para colmo de bienes, el presentador del acto no pudo ser otro mejor: Juan Domínguez, la voz de Ciudad Real. Su bien hacer y desparpajo en los escenarios lo han llevado a ser el presentador y mantenedor de actos todoterreno ya que domina a la perfección ese papel, haciendo todo muy ameno y salvando, sobre la marcha, cualquier tropiezo o error de última hora o que ocurra de imprevisto. Así, a bote pronto, recuerdo verlo presentar los siguientes eventos: Nombramiento de Ciudadano Ejemplar, Pregón de Ferias, Pregón Taurino, Nombramiento de Pandorgo y Dulcinea, Desfile y Ofrenda a la Patrona, Cabalgata de Reyes Magos, Feria de Abril, Desfile de Carnaval, Retransmisiones de Semana Santa y diversas entregas de premios. Lo que os decía. No podía haber alguien mejor. Se le explicó lo que debía hacer y, además, se le encomendó la tarea de venir a los ensayos generales de la actuación y aprenderse todo el guion general de la obra para saber cuándo se escenificaba cada escena, quien intervenía en ella, desde que lado del escenario aparecían los actores, qué cante o danza correspondía, etc. Y como es un maestro en ello, se quedó rápido con la copla y tanto al grupo de coros y danzas como a los actores, su presencia nos daba una confianza y tranquilidad enorme.

Y llegó el día. Si bien la noche antes ya hicimos un ensayo general en la sede de la Asociación de Coros y Danzas "Nuestra Señora del Prado", el día amaneció con ilusión y nervios a partes iguales. Por la mañana volvimos a tener un ensayo general ya en el Teatro Quijano, haciendo las últimas y definitivas pruebas de sonido y luces. Quedaba sólo ponerse el atuendo y vestuario necesario y disfrutar haciendo disfrutar al público. Eso es lo más grande. Claudia y yo habíamos ensayado muchas veces nuestro papel en casa. Ella se lo sabía mejor que yo y yo cogido de su mano estaba más tranquilo. ¡Iba a actuar con mi hija! Todavía no me lo creo y ya han pasado días... Mi pequeña bordó su personaje y de verdad no son palabras ni orgullo de padre cuando os cuento que todo el teatro terminó aplaudiéndole cuando al final de la actuación salimos a saludar. Fue real. Entre bambalinas se portó como una actriz experimentada, aguardó sus turnos y se movía con cautela de un lado a otro del escenario sin que se la viera ni molestase a los músicos, cantantes o bailarines en descanso. La primera entrada la hicimos a través del propio patio de butacas para sorpresa de un teatro lleno de gente, actuando entre ellos y avanzando hacia el escenario. El resto de entradas las hicimos ya desde las tablas, pero cada vez desde un sitio diferente, lo que también ayudaba a la sorpresa del público y daba alegría al festival. La rondalla interpretó las piezas de maravilla, los bailes en honor a la Mancha llenaron de color y movimiento el acto, Juan estuvo magistral (era una apuesta segura), Choche disfrutó lo más grande y los actores, viendo las caras de los presentes y los aplausos recibidos, deduzco que no lo hicimos mal. Fui muy feliz y disfruté muchísimo por mí y por mi hija. Y así es como tres Pandorgos nos dimos cita en las tablas del Teatro Quijano, gracias a la Asociación de Coros y Danzas "Nuestra Señora del Prado" que celebró por todo lo alto su XXV Aniversario con el festival "Cuéntamelo otra vez, abuelo". Gracias eternas.