lunes, 26 de diciembre de 2016

FELIZ NAVIDAD UN AÑO MÁS

Sí, Feliz Navidad un año más. Porque en estas fechas lo que se celebra es la Navidad y ninguna otra cosa. Y la Navidad es motivo de alegría. Y quien haya leído esas primeras frases y ya esté poniendo trabas, refunfuñando o asociando estas fiestas a la religión y/o a la política que deje de leer y por la misma puerta que ha entrado en el Rincón que se marche (para los quejicas y de la E.S.O., hacer click con el ratón arriba a la derecha, sobre el aspa). Que la Navidad es celebrar el nacimiento de Dios, sí. Que sirve para (creyentes o no) pasar unos días de reencuentro en familia y tener los momentos más entrañables del año con nuestros seres queridos, también. Que nos afloran los recuerdos más tristes y las añoranzas de años atrás, evidentemente. Que hay intolerantes que con tal de no decir "Feliz Navidad" porque eso pudiera contener connotaciones político-religiosas que les agravian profundamente en esta España fascista y ditactorial en la que el PSOE ya es tachado de partido derechista y todo lo que no sea lo que ellos piensen-opinen-impongan es ser un facha y prefieren decir que celebran el solsticio de invierno que queda más progre, moderno y lanza una vez más su odio a esa fiesta que se lleva celebrando más de dos mil años porque la inventó Franco, pues claro. Que esos intolerantes que no respetan otras creencias ni a la propia ley pero hacen un puente festivo precioso uniendo los días de fiesta de la Constitución y de la Inmaculada Concepción y que se ponen hasta la cencerreta de comer y de beber en el día de Nochebuena, de Navidad y de Reyes también los engloba mi felicitación, por supuesto. Feliz Navidad un año más.

Porque para todos estos días son especiales. Hay quien vuelve a casa tras un año ausente, quien tiene una silla más en la mesa, quien tiene una silla menos, quien disfruta feliz, quien disfruta de ver felices a los demás, quien bebe porque festeja, quien festeja porque bebe, quien no sabe que se festeja pero bebe, quien bebe y festeja lo que no debe, quien abraza al enemigo, quien te abraza siendo amigo, quien se reconcilia con la familia, quien llora, quien ríe, quien de todo. Y eso es así todos los años y en todas las casas. Y esa unión fraternal nada tiene que ver con el origen de la celebración, con el por qué de la misma, con la religión como decía, ni con la política. Eso ocurre simple y llanamente porque son unas fechas especiales llamadas Navidad pero tienen mucho más fondo que simplemente celebrar que nació el Niño Dios. Lo más precioso es celebrar que los sentados en torno a una mesa son los mismos que el año anterior.

Pero la Navidad es puñetera. Trae de la mano regalos para los más pequeños y recuerdos para los más mayores, risas para los niños y lágrimas para los adultos. Por eso mucha gente no quiere que llegue la Navidad, no quiere celebrarla o reniega de su verdadero significado. Pero no. La Navidad, para mí, es feliz siempre y así quiero que sea para todos. Para todos, sí. Ya he dicho que para los antitodo también. Son personas, tienen corazón y alma y quieran o no también tienen familia y sentimientos. Que ellos no respeten los retrata. Que yo los respete me retrata a mí. Ya sabrá la vida en su destino que retrato es más honrado. Yo no lo juzgaré, me limitaré a decir Feliz Navidad para todos. Y Felices Fiestas también. Por Nochevieja lo digo en concreto. Porque el cotillón de Nochevieja es una fiesta. Disfruten. Sean felices. Eso sí, no quieran vender la moto de que siguen celebrando el solsticio de invierno porque lo que celebran es el cambio de año, mire usted, quieran o no. A ver si ahora eso también es ofensivo porque como se cambia de año se hace historia y lo histórico que no les interesa es malo y me dicen que siguen en la celebración del solsticio de invierno como en Nochebuena y en el Día de Navidad. Vamos que resultaría que la llegada del invierno trae varios días de fiesta, pero en verano cuando se celebra San Juan (solsticio de verano), sólo hay un día de fiesta. Que morro tiene el invierno. Y encima en familia. Y el pobre Verano sólo trae de fiesta una noche para pedir deseos y saltar hogueras. No cuadra, así es que la película del solsticio cuéntensela a otro y no se esfuercen más en renegar de la Navidad. Disfrutadla. No digáis si la creéis o no, hacedlo y sed felices un año más sin dar tanta explicación y tanta milonga. ¡Feliz Navidad a todos! Insisto.

Y cierro esta entrada y este año 2016 en el Rincón con un texto que forma parte del emblema "¡Feliz Navidad!" que publiqué en el blog Pictura et Verba en el que detallo que la Navidad trae recuerdos malos pero debemos incluso brindar por ellos. Aunque no lo creáis siempre busco una sonrisa en todos. Sí, en vosotros que habéis refunfuñado nada más empezar a leer estas líneas y que os he dado la opción de dejarlo de hacer pero habéis seguido, también. En todos. Y en los enfadados porque he mencionado su formación en la E.S.O. también. ¡Si yo soy uno de ellos, hombre! Tenéis humor, ironía y guasa sólo para lo que queréis. Y esto no es política ni religión, leche. Estáis siempre con el run run y es lo que tiene. ¡¡Feliz Navidad un año más!! Y el año que viene, Dios mediante y solsticios también, sea Feliz Navidad de nuevo. Y riáis y os emborrachéis y seáis felices fuere como fuere. Os dejo con el texto que os decía y os espero con mi copa ya levantada para brindar. Deseo que seáis todos los que alcéis la vuestra. ¡Hasta el 2017!


Sé que la Navidad no es agradable ni esperada por todos. Sé que cuando comienza a haber ausencias en la mesa familiar cambia el sentido de la Navidad en el hogar. Lo sé. Lo sabemos. Lo sabéis. Ya no está el abuelo contando sus historias de niño, quizás ya no está papá cortando el jamón, tal vez no está mamá contando las uvas en los platos o nos falta un marido, una mujer, un hijo o un hermano. No queremos que sea Navidad. Pero también sé que es la fiesta más entrañable que podemos vivir en familia los que aún quedamos. Y que es la época del año que trae los mejores regalos: los reencuentros, los abrazos, los besos, las miradas, la ternura de una madre, el abrazo de un abuelo, las primeras palabras de un bebé, las travesuras con un primo lejano, el perdón de una hermana... Y, ¿por qué no?, algún regalo material que también nos alegra a todos de vez en cuando.
Por eso os deseamos a todos Felices Fiestas y aunque sea difícil os animamos en estos días a abrazaros, a besaros, a reencontraros, a perdonaros, a disfrutar y a sonreír antes de que ya sea tarde y no podáis hacerlo. No reneguéis de la Navidad por los que ya no están, al revés, vividla en su honor, porque ellos nos enseñaron a quererla y a disfrutarla, la compartían con nosotros y por eso los recordamos. Siempre habrá algún recuerdo que nos eche para atrás en ello, pero por cada recuerdo habrá siempre, siempre, siempre, un brillo de ojos, una ilusión, una esperanza, un presente y un futuro por el que merecerá la pena alzar nuestras copas y brindar.
¡¡FELIZ NAVIDAD!!