jueves, 30 de noviembre de 2017

MEMORIA HISTÓRICA CON EL OBISPO ESTÉNAGA

"Españolito que vienes al mundo te guarde Dios. Una de las dos Españas ha de helarte el corazón". He elegido ese ultra conocido extracto del poema "Españolito" de Antonio Machado, incluido en "Proverbios y cantares" de su obra Campos de Castilla, para empezar esta entrada porque, desgraciadamente, no puede estar más de rabiosa actualidad habiendo pasado varias décadas desde aquella nefasta Guerra Civil en la que se perdieron cerca de un millón de almas y dio lugar a las famosas dos Españas. La incultura, la  manipulación histórica, las verdades a medias, el afán de venganza queriendo ganar ahora lo que se perdió en su día y algún político nefasto y lenguaraz dan lugar a que lejos de cerrarse la herida y abrazarse nuevamente los dos bordes de la incisión, se reaviven las ascuas y encontremos en el día a día los vocablos "facha" y "rojo" en su más despectivo uso. Y si bien es cierto que hubo muertos por un bando es igual de cierto que también los hubo por el otro. Por eso, amante como soy de la historia y leyendas del lugar en el que habito, hoy traigo unas líneas acerca de la Memoria Histórica que se halla en Ciudad Real y sus cercanías. Y es que una guerra es una guerra y deja destrozos por donde pasa. Se cometen locuras, atrocidades, verdaderas tropelías y dramáticos acontecimientos que perduran en el tiempo.

Y lo que sí observo es que muchos mientras se dedican a señalar las barbaries de un bando, olvidan las del otro. Y no. Eso no es de recibo. Disparates se cometieron en los dos. Y quien se expone a dar se expone a recibir. Por eso traigo a colación una historia de las que se obvian por estos lares y, sin embargo, también forma parte de la lamentable Memoria Histórica. Quien vive en Ciudad Real habrá oído mil y una vez el nombre Obispo Esténaga y sabrá que es una céntrica calle de la capital cuyo nombre, curiosamente, casi ningún ciudadano atina a decir bien pues se oye Obispo Estenága, Esteneaga, Estánega, Estanega y varias variantes más. Pero, independientemente de su nombre correcto, Don Narciso de Esténaga y Echeverría, prácticamente todos aquellos que hablan de la Memoria Histórica ignoran o quieren ignorar que este hombre, además de Obispo, fue mártir de la Guerra Civil y asesinado. Y eso también es nefasta historia.Y si se recuerdan las cunetas se recuerda el Piélago, ¿o no? Maldito removimiento de ascuas pero si se remueven se remueven todas, cosa de la que yo, personalmente, no soy partícipe. Pero ya se cansa uno de la estulticia que abunda en ciertos jóvenes que se creen ilustrados y desconocen completamente la génesis de la partición de España.  Y los hay. Y muchos. Y "fachas" y "rojos". E imbéciles ambos.
Basta con leer por encima la biografía de este hombre para apreciar que falleció en una fecha marcada y en un lugar curioso: 22 de Agosto de 1936 en Peralbillo Alto. ¿Y cómo llegó a morir en una pedanía de Miguelturra quien nacido en Logroño llegara a ser Prior de las Órdenes Militares del Obispado de Ciudad Real? Pues cosas de la guerra. Como antes decía: barbaries, tropelías y locuras. El caso es que en el lugar donde se fusiló de manera cobarde a este hombre, tiempo después se levantó una cruz de piedra que recuerda tal hecho. Y sí, eso también es Memoria Histórica. Igual que la del asesinato de su capellán Julio Melgar que también fue acribillado a tiros en el mismo lugar. Ambos fueron obligados a la fuerza a salir de su residencia el día 13 de Agosto del citado año y ambos fueron muertos a balazos el referido día 22 a manos de los milicianos. ¿Por qué? Odios de la guerra. Igual que quemar las iglesias. O igual que tras finalizar el conflicto no llegar la paz, sino la venganza. Y seguirse cometiendo barbaridades por el otro bando.

Los cadáveres del Obispo Esténaga y de su capellán Julio Melgar fueron hallados a la mañana siguiente y se trasladaron al cementerio de Ciudad Real dándoles enterramiento en la sepultura del Cabildo Catedralicio. Posteriormente en el año 1940 los restos mortales fueron trasladados a la Catedral hallándose los del Obispo Narciso Esténaga a los pies de la escalinata que conduce al altar mayor bajo una lápida con un texto en latín que narra lo ocurrido. Los de Julio Melgar se encuentran también en la Catedral en una capilla lateral. Finalmente este mártir de la Guerra Civil fue beatificado junto con otros 497 mártires, dato que también es Memoria Histórica patente y real, en Roma el día 28 de Octubre de 2007.

El punto exacto del fusilamiento se encuentra a las orillas del Guadiana, a ocho kilómetros de Ciudad Real, a día de hoy algo sumergido por el embalse del Vicario sobre el río Bañuelos antes de su desembocadura como afluente al río Guadiana, en el ensanche natural del Piélago y en término municipal de Miguelturra, localidad a la que, como antes se ha dicho, pertenece la pedanía de Peralbillo. En su recuerdo el grupo de Acción Católica fue quien levantó el memorial que recuerda los hechos. Una pena como tantas otras. Maldito conflicto civil... Y aquí acaba el capítulo de la Memoria Histórica con el Obispo Esténaga. Descanse él y vivamos nosotros en paz.

miércoles, 22 de noviembre de 2017

AQUÍ ESTOY YO DANDO LA CARA

Siempre he dicho que me gusta la gente que va de frente porque yo lo voy y no me oculto. Y por ello tengo fuerza para hablar claro y directo igual que se me habla a mí dependiendo quién. De todo hay. Y cuando uno afirma debe ser consecuente. Yo soy seguidor del Real Madrid, lo he manifestado y estoy siempre animándolo en lo bueno y en lo malo. A ver si se enteran ciertos seguidores del club politizado y del club rojiblanco que yo quiero al Madrid hasta en las victorias. No es una errata. Leéis bien. Hasta en las victorias porque en las derrotas lo quiero siempre. ¿Que despotrico contra la vagancia de algunos jugadores y la actitud de otros? Pues sí. Pero son los colores que amo y los defiendo sobre todo de aquellos que vienen hacer mofa, befa y burla sólo en los momentos de debilidad porque en los buenos callan como mujeres de esquina y vida alegre y no tienen ni la hombría de dar la enhorabuena al campeón. ¿Que ahora el Madrid está de vacas flacas? Sí. ¿Que de las últimas cuatro Champions haga ganado tres y todos los detractores inflados a amapolas de Guti? También. Y aquí estoy yo dando la cara en ambas situaciones. 
Es curioso como el pasado fin de semana cuando en el derbi madrileño el marcador finalizó con tablas sin goles en la primera visita del Madrid al Wanda Metropolitano del Atlético, muchos seguidores culés celebraban la distancia de diez puntos en la clasificación liguera respecto del eterno rival. Seguramente algunos ya fueran a Canaletas a celebrar la liga, a manifestarse porque Espanya ens roba, a pedir libertad para los Jordis y a destrozar un poco la ciudad. Es típico de ellos. No es la primera vez que digo que a esa fauna no la respeto en absoluto. ¡¡Hemos ganado la lliga, neng!! ¡Bien! ¡¡Vamos a romper unas farolas!! ¡Y a quemar unos contenedores! Y no se dan cuenta que lo que tienen que hacer es estar al lado de su equipo en todo momento como cuando el Bayer les metió 7-0 en global y no haciendo el cafre. Pocas farolas rompieron en el mes de Agosto cuando el Madrid los puso en su sitio en la Supercopa de España. Eso no interesa recordarlo, ¿verdad? Pues también son culés en esos momentos pero salen de sus cloacas ahora que el Madrid pasa mala racha. Esa es la bravura, hombría y hechura moral de los que son más antis que pros. Y como siempre esas cosas cansan. Me cansan los cansinos oportunistas y que no van por derecho. Si eres culé de los buenos das la cara siempre y no ahora escondido bajo un perfil de twitter.

Y luego están los pequeñitos que ellos mismos se hacen más inferiores animando a otros para que hagan lo que ellos no pueden. Es típico de atléticos el "gánale tú que yo no puedo" y de ahí la génesis de su antimadridismo. Es que es más fácil ser detractor de lo ajeno que defensor de lo propio. Pero cuando luego lo propio brilla vienen los golpes de pecho y el decir que se es muy pro y no un anti. Pues miren ustedes, con esa milonga a otro lado. Que aquí os tenemos muy calados ya. Y tiene guasa la cosa que ese sentimiento de odio y rabia ya se ha contagiado a otros equipos que a lo más que aspiran es a mantenerse en mitad de tabla o con suerte y maletines meterse en Europa League. Es maravilloso ver a gente, por ejemplo, del Sevilla o del Bilbao (ahora dicen del Atlhetic, muy modernos ellos) animando al Barça en sus disputas contra el Madrid. Preciosa radiografía de la inferioridad. Pero es mejor aún ver que cuando el Madrid gana sus disputas esos del Sevilla o del Bilbao huyen a sus cavernas creyendo que les van a caer los palos. Que no, hombre, que no. Que vosotros para el Madrid no importáis. Ni vosotros ni los demás. Para el Madrid solo existe el Madrid. Y punto. Y sus seguidores damos la cara a las duras y a las maduras. No todos, ojo, también hay fauna aquí suelta pero en mí veréis siempre un aficionado que un Atleti-Barça le da igual quien gane o quien pierda porque no es el Real Madrid quien juega. Si fuese al revés ya estarían de uno u otro equipo con los ojos ensangrentados y echando espumarajos por la boca para que perdiera el Madrid. Es lo que tiene ser miembro de esas jaurías adoctrinadas. Y los chiquinines, claro. Esos ya son de risa. Incluso entrañables. El Valencia quizás no gane un mojón en años pero le ganó al Madrid en liga, tete. Y gracias a eso ganó la liga otro. ¡Ah! ¿Pero entonces no le sirvió para nada esa victoria al Valencia? No, nano, no. Pero no ganó el Madrid. Entiendo. ¿Es para quererlos? Adorables inferiores. Y son unos cuantos equipos así, ¿eh?

Y mientras tanto el Madrid a lo suyo. A veces en la cresta de la ola y a veces sumergido en las profundidades. Como todo. Con rachas buenas y malas. Pero siempre ganando títulos y aumentando palmarés por mucho que duela. Y su gente de bien siempre dando la cara y su gente de no bien saliendo también de las toperas solo cuando el equipo gana. Al carajo. Al carajo todos. O se está o no se está. No os hagáis inferiores como el resto de aficiones de según qué equipos. Nosotros celebramos nuestras victorias, no las derrotas ajenas. Todavía hay colchoneros celebrando que el Betis ganó al Madrid como si a ellos les sirviera eso de algo. Bueno, en realidad les sirve para ver en el espejo como unos hacen lo que ellos son incapaces. Se retratan solos. Y aquí estoy yo dando la cara para que me la partan los ventajistas y oportunistas que no tienen bemoles cuando luego doy la cara levantando la alegría por otro título. Y es que el fútbol es así y tiene su sorna, sus cachondeos y su salsa picantona. Pero eso es una cosa incluso sana y de risa entre amigos y otra es lo que hay que aguantar y no aguantar de los hipócritas y leñadores de árboles caídos. A esos no les paso ni una. Ahora el Madrid está regular, está mal, no mete goles, no juega bien y no se aclaran. Y aquí estoy yo dando la cara. Soy del Madrid y repito que lo quiero hasta en las victorias. ¡¡Hala Madrid!! Ya cambiarán las tornas y volveré a estar dando la cara.

lunes, 13 de noviembre de 2017

NUESTRA SEÑORA DE LA ATALAYA

Antigua imagen de la Virgen
Cuando salgo a hacer alguna ruta andando y opto por caminos conocidos es fácil verme por el Parque Natural de la Atalaya, pues siempre descubro alguna senda nueva y me gusta enredarme en sus sube y bajas. La Atalaya es para mí esa gran desconocida por confianza, pues todo ciudadrrealeño confía y cree conocerla, me incluyo, y sin embargo esconde gran número de secretos y rincones. Por eso me gusta y no me canso de patearla, pues, aunque parezca contradictorio, dentro de mi desconocimiento a sus parajes tengo conocimiento de dónde estoy y puedo calcular la distancia y tiempos que dedico a cada escapada de senderismo. Y hete aquí que una de ellas estaba cuando llegué a este lugar. Y no es de los lugares más recónditos ni más escondidos, pues está cercano a la cima del cerro (a unos ciento cincuenta metros de las antenas) y se accede fácilmente tanto por el carreterín como por los caminos. Y me sorprendió el lugar y pasé un ratito en él. Y desde entonces, cada vez que la ruta caminera pasa por esos lares, es visita obligada la parada en ese lugar que me gusta denominar "Ermita" pues creo que cumple con todos los requisitos: estancia fija de una imagen que pueda transmitir devoción, existencia de un pequeño altar y disposición de un lugar desde donde los fieles puedan realizar oración. Y en el caso que nos ocupa concurren. Existe la imagen de Nuestra Señora de la Atalaya, se encuentra situada en un pequeño altar y a su vera hay un banco metálico para poderle rezar. ¿Conocíais dicha imagen y este lugar? Pues están en la Atalaya, la gran conocida, ¿o desconocida?

Llevaba pensando en derramar estar letras desde hace varios años, pues la historia de Nuestra Señora de la Atalaya y yo tenemos como vínculo el Camino de Santiago, ya que fue entrenando para recorrerlo por primera vez (era el año 2010) cuando la conocí. Desde entonces pensé que algún día cercano hablaría de Ella aquí en el Rincón y al final he tardado años en hacerlo. Si bien el tiempo transcurrido nos dejará un legado y es que conservo las fotos que hice en su momento de cómo estaba la pequeña ermitita y cómo está ahora. La mínima construcción se ha dotado de un pequeño tejadillo y algún exorno floral más pero la imagen principal de Nuestra Señora de la Atalaya ya no es la que yo conocí pues en estos tiempos incívicos y vandálicos en los que todo vale e incluso a ello se anima desde algún partido político, aquella Virgencita que es la que yo conocí ha sucumbido al gamberrismo, libertinaje y destrozo por algún o algunos hijos de apelativo de cuatro letras cuyas consonantes son la p y la t y cuyas vocales son la u y la a y se escribe alternando en el orden dicho  esas consonantes y vocales. Así es que ahora, siete años después, esta entrada a Nuestra Señora de la Atalaya cuenta todavía con más cariño y nostalgia por mi parte, además de aferrarme más a Ella y tenerle un cariño especial.

La pequeña Ermita cuando yo la conocí
Cuando descubrí el lugar era un mero altarcito donde se veneraba una pequeña imagen de piedra que representaba una Virgen con el Niño Jesús en brazos y contaba con una repisa donde había algún adorno floral muy rústico, tipo ramillete recién cogido de paseo por el campo o alguna maceta con un geranio o petunias. Nuestra Señora de la Atalaya se encontraba sobre el altar en una capilla muy rudimentaria escoltada por dos pequeñas rejas metálicas que la salvaguardan por los laterales, donde podía leerse su nombre en el contorno de la misma y observarse a sus pies figuritas de una Virgen de Fátima y un Cristo Nazareno así como estampas de otras advocaciones. Todo ello formaba una pequeña y singular construcción de piedra con una diminuta escalinata de apenas dos peldaños que facilita el poder depositar ofrendas en el altar, estando encalada la capilla en sí y carente de cualquier tejado o cubierta que resguardase todo ello. En total la ermita ocuparía no más de dos y poco metros cuadrados. Me detuve allí a descansar y a indagar el sitio pues ya llevaba varios kilómetros recorridos y el descubrimiento me vino fenomenal para detener la marcha un rato. Jamás había oído hablar de ese lugar ni nunca me habían dicho ni había leído que en la Atalaya hubiera una Virgencita que llevase ese nombre. Quizás por ello la sorpresa fue mayor pues soy muy amante de mi tierra y me gusta investigar mucho su historia y rincones. El caso es que decidí estudiar al respecto a ver qué hallaba.

La Ermita en la actualidad
Y lo más curioso de todo es que no encontré nada. Nada de información, me refiero. Estuve trasteando por Google y tan sólo hallé alguna fotografía y comentarios de gentes de Ciudad Real manifestando que ignoraban totalmente la existencia de esa Virgen. Igual que yo hasta que llegué a Ella caminando y por destino. Eso me hizo cogerle un afecto mayor aún. Una Virgencita desconocida  por los lugareños pero que por algún motivo llegó hasta donde está y allí se la venera. No sé el por qué pero seguro que lo hay. Y por eso mismo cada vez que paso por las cercanías me acerco a verla.  Ignoro su historia pero me gusta dedicarle algún Ave María a esa Virgen solitaria y desconocida que guarda el cerro del que toma su nombre. Y pasando de nuevo por allí me llevé el disgusto el día que vi que la habían sustituido y no era la que yo conocí. Cuando detuve la marcha para ver a mi "amiga" de la Atalaya, conforme me acercaba me sorprendió divisar un tejadillo y pensé que, al fin, el Ayuntamiento o a quien perteneciera había tenido el detalle de no tenerla en el olvido y darle un poco de cobijo. Sonreí al apreciar que se mantenía cuidado el pequeño banco para sentarse a charlar con Ella un rato. Fui feliz observando flores frescas que significaban que había habido visitas hacía poco. Me asombró que se hubiera encalado todo el conjunto. Y cambió mi rostro radicalmente cuando al mirarla no estaba. La imagen era otra. Aquella Virgencita de piedra que yo conocí había sido cambiada por una nueva Virgen de escayola pintada. Evidentemente el cambio no habría sido fortuito sino por motivos que quiero obviar por desconocimiento real y por no enervarme por imaginaciones que cada vez son más reales. Pero allí sigue Nuestra Señora de la Atalaya representada de una u otra manera y recogiendo en su regazo a su Hijo y las oraciones que alguien tenga a bien dedicarle. Y contra eso nada cabe.

Así pues, gracias a esas caminatas la descubrí. Y me gusta visitarla de vez en cuando, sobre todo cuando preparo un nuevo Camino de Santiago. Sé que me acompaña. Y me quedará siempre el recuerdo de aquel primer encuentro, la duda de por qué está esa Virgencita allí, el desconocimiento de su historia, su origen y su propiedad, el regustillo de que el lugar se ha convertido en la más sencilla ermita que pueda haber en la Mancha, el saber que puedo visitarla con mochila y bordón cada vez que Santiago quiera, el ver que nunca le faltan flores porque hay  fieles que creen en Ella de verdad y la quieren con el alma y el poder rezarle de vez en cuando. Pero sobre todo me quedará que Nuestra Señora de la Atalaya es una Virgen popular, desconocida y recóndita a la que he ido queriendo poco a poco cada vez más y que por más que cambie su imagen por una u otra causa, incluso si no hubiera ya tal imagen, ni siquiera tal ermita, ni tal lugar, su esencia y espíritu ya está unido por siempre a ese rincón del Parque Natural igual que el amor que le tenemos los que la conocemos. Y esa esencia y ese amor se respira en aquella pequeña ermita al aire libre donde se encuentra Nuestra Señora de la Atalaya. La Atalaya, esa gran conocida. O no.
Nueva imagen de la Virgen de la Atalaya

viernes, 3 de noviembre de 2017

UNA VISITA CULTURAL AL CEMENTERIO

Cuando uno está enamorado de su ciudad disfruta conociendo su historia, sus tradiciones, sus leyendas, sus rincones y sus secretos. Cuando uno sabe que la ciudad que lo vio nacer y en la que reside y todo tiene esconde algo curioso, hace por descubrirlo y conocerlo. Y cuando uno se entera de que se da la oportunidad de agrandar la cultura sobre las raíces de las que se enorgullece, aprovecha la misma y se nutre de lo que aprende. Y ese uno soy yo y esa ciudad es Ciudad Real. Muchos de los que aquí vieron por primera vez la luz y muchos de los que aquí viven desprestigian esta ciudad y no la valoran o simplemente se dedican al aplauso o al insulto dependiendo de quien la gobierne. Pero yo que hago siempre gala de ser manchego cerrado, que me enorgullezco de que mi tierra fuera la de las andanzas del Quijote y que vivo sus costumbres siempre año tras año, no concibo otra ciudad que no sea la que se fundase en Alarcos, la de Alfonso X en la Plaza, el ingenioso hidalgo en el Pilar, Juan II en los Jardines del Torreón, la fuente talaverana en el Parque y la Morena del Prado en la Catedral. Y por ello al enterarme de que podía descubrir más historia de mi tierra allá que fui. La primera impresión al leer que se harían visitas guiadas por el Cementerio me provocó rechazo, pues es un lugar que siempre he pensado que cuanto más lejos y menos se visite mejor. Pero pensé que algo escondería cuando desde la Concejalía de Turismo se había promovido el acto. Desde luego, los difuntos no es un tema para jugar con él, así es que sería algo serio y cultural. Cambié el punto de vista y decidí asistir.

La noticia llegó a mis entendederas a través de la conocida red social traducida literalmente del inglés como "caralibro" y viendo que el guía encargado de la visita sería el bueno de Alfonso Doblado decidí acudir, pues seguro que no defraudaría. Se lo comenté a mi padre y al principio obró como yo nada más ver el titular: "¿visita guiada al cementerio? estás de cachondeo...", pero finalmente y sabiendo que a lo que iríamos era a un evento con finalidad cultural, nos apuntamos los dos. "Paseos por el Camposanto" es el título de la actividad. Da respeto y sí, hay que decir que cuesta concienciarse que la visita se va a llevar a cabo en tal sitio, pero se debe ir mentalizado que se van a conocer datos que se ignoran y que, lamentable y evidentemente, no nos percatamos de ellos cuando vamos a tal lugar, pues los motivos son totalmente diferentes, dolorosos y carecen de explicación. Y también añado que, a toro pasado, recomiendo totalmente la visita pues se aprenden cosas interesantes y se pueden observar verdaderas obras de arte. Si bien en Ciudad Real es famosa la tumba de Apolonia, también llamada "de la mujer dormida", es más cierto que, aún teniendo cierta fama, mucha gente desconoce su existencia y jamás la ha visto (y ciertamente es una obra de arte en piedra), por lo que se puede afirmar que el Cementerio esconde mucho más de lo que se supone o se cree.
Obra de Felipe García Coronado
La visita comenzó con Alfonso dando a conocer unas nociones básicas de los ritos funerarios y de los enterramientos hasta llegar a la configuración actual del Cementerio de Ciudad Real a día de hoy. Y ya adentrándonos en el mismo nos fue guiando por un recorrido y explicando algunos de los panteones, monumentos y lápidas más curiosas que hay y que, como antes decía, cuando vamos a dicho lugar por otros motivos solemos obviar sin darnos cuenta. La primera parada fue junto a los enterramientos catedralicios, bien delimitados y con presencia de las cruces de las cuatro Órdenes Militares. Muy cercana se halla una tumba que contiene una obra de arte del escultor local Felipe García Coronado y, todo sea dicho, dicho escultor de Ciudad Real es también el autor de la imagen de Miguel de Cervantes que se encuentra en la Plaza que lleva su nombre en el centro de la ciudad. En dicha tumba se aprecia presidiendo la lápida y sobre fondo con forma de cruz y entre los grabados de Alfa y Omega una imagen de Jesús Resucitado en bicromía, elaborada con mármol blanco y gris, que adivina rasgos griegos y tiene inclusive una cinta que le sujeta el pelo, el cual cae recién lavado y limpio. Simboliza la nueva vida que se alcanza tras la resurrección. Muchos detalles que hay que fijarse bien o que te sean explicados pues es fácil pasarlos por alto.
Uno de los mausoleos que visitamos fue el de la Familia Rubisco el cual sin duda llama la atención aunque se vaya distraído. Está datado en el año 1902 y presidido por una impresionante escultura de un ángel apocalíptico en pleno vuelo, pues las alas expandidas y los ropajes ajustados por el choque del viento así lo manifiestan. Porta en su mano izquierda una trompeta y con la derecha señala al Cielo indicando que ha llegado el momento del Juicio Final mientras su cabeza mira hacia abajo, a los enterrados. El mensaje es que los llama a la presencia de Dios para ser juzgados. El monumento en su conjunto goza de una calidad artística impresionante.

Mausoleo de la Familia Rubisco
Igual es de reseñar algunos panteones de familias señoriales que se hicieron construir verdaderos templos. En concreto en la visita nos detuvimos en el panteón de la Familia Barrenengoa, muy conocida en Ciudad Real desde hace muchos años que implantasen sus negocios de chocolates y cafés. El monumento funerario goza de todo tipo de detalles comenzando por su perímetro delimitado por un rico vallado de forja y terminando por infinidad de pormenores repartidos por todo el conjunto de la cubierta, tallados de motivos florales o el anagrama de Cristo que aparece justo sobre la puerta. Es de destacar también la propiedad funeraria de la familia López-Salazar en la que aparece una obra de arte modernista en bajorrelieve creada precisamente por Jerónimo López-Salazar, escultor que fue también de Ciudad Real y tiene otras obras repartidas por la ciudad como "La Primavera" que se encuentra en el Parque de Gasset. Ya os digo que la visita merece la pena y se aprende mucho. A tiempo estáis de realizarla.
Panteón de la Familia Barrenengoa

Mausoleo de la Familia López-Salazar
Detalle de Moisés

La verdad es que podría estar escribiendo bastante acerca de lo fructífera que fue la actividad consumada en aproximadamente sólo una hora de tiempo, pero prefiero que descubráis vosotros mismos todos estos secretos y obras de arte que se hallan en la ciudad. No puedo dejar de pasar por alto algunos detalles hallados y explicados en algunos enterramientos que me llamaron poderosamente la atención como imágenes de Moisés sin las Tablas de la Ley y señalando al Cielo indicando que la única ley válida es la de Dios, muchísimas representaciones de cruces celtas y cruces arbóreas cargadas de altas simbologías y otros elementos decorativos como distintos motivos alegóricos del fuego o inclusive de la masonería. Y, por supuesto, debía dedicarle unas líneas a la joya de la corona del Camposanto de Ciudad Real: la tumba de Apolonia. Sin duda merece un apunte en exclusiva e incluso una entrada entera del blog, pues contiene además de su calidad artística una bonita leyenda. Pero hoy simplemente la mencionaré como pieza integrante del arte, cultura y patrimonio que existe en Ciudad Real y merece descubrirse. Apolonia falleció joven y a razón de su lápida romántica hecha a su imagen y semejanza se intuye que fue una mujer excepcional. La obra de arte la realizó Tomás Argüello quien fue director de la Escuela de Artes y Oficios de Ciudad Real y se dice que estaba enamorado de la difunta por lo que plasmó con tal belleza y lujo de detalles el sepulcro de su amada. La verdad es que es una pieza digna de museo y que merece la pena conocer. Y, por lo que se oye y comenta, hace bastantes años que ningún familiar de Apolonia se interesa por la sepultura y la misma urge de una necesaria reparación. Sería lamentable que se perdiera esta obra de arte.

Tumba de Apolonia
En fin, os animo a que conozcáis y descubráis toda la riqueza patrimonial que tiene nuestra Ciudad Real no sólo en el Cementerio, claro, aunque también. Hay que hacer patria chica y conocer detalles que aunque nos os den el pan diario os hagan ciudadanos sabedores de la ciudad en la que habitáis, de sus pros y de sus tesoros. Y en Ciudad Real los hay. ¿Sabíais que el mismo General Aguilera cuyo nombre habéis repetido hasta la saciedad nombrando la céntrica calle de tiendas que une la Plaza Mayor con el Pilar está enterrado aquí? Pues ya lo sabéis. ¿Y sabíais que el primitivo Cristo de la Piedad que fue destruido en la guerra había sido realizado por Giraldo de Merlo (autor del gran retablo que preside nuestra Catedral) y terminado por el escultor Tomás Argüello que fue el mismo que esculpió más tarde la conocida lápida de Apolonia? Pues ya lo sabéis también. Y todo eso y mucho más es cultura y patrimonio de Ciudad Real y se aprende en estas curiosas visitas que se organizan en la ciudad y nos hacen saber más de ella. Gentes de esta tierra, haceos Quijotes y Dulcineas de vuestra villa y llevad siempre por bandera, presente y orgullo todo lo bueno que nos rodea. Lo hay y no poco. ¡Hasta otra, amigos!