martes, 30 de octubre de 2012

DE LAS COSAS COTIDIANAS...

Me he levantado filosófico y pensador. Me encuentro a lo Papuchi: raro, raro, raro. Tengo ganas de escribir pero sin decir algo realmente interesante. Si fuera político reuniría los condicionantes perfectos para la maniobra de campaña electoral: tener ganas de hablar (para llenarse el bolsillo) sin decir nada con sentido (pero que a los oyentes les parece genial). Sin embargo, a ustedes, lectores, os tengo más respeto que nuestros indigentes políticos a nosotros, así es que no me dedicaré simplemente a deciros sartas de tonterías. Seré fiel a mi estilo y os lo demostraré con una chicuelina de escritor que no del arte de Cúchares. Ahí vamos... "Acariciaré el papel con la suavidad que merece mi pluma para que las bellas caligrafías que de tinta derrame den forma y lugar a gráciles líneas literarias". Óle. "Lástima que para escribir el blog no lo haga con la pluma sino con sonoros pero dulces y secuenciados impactos de las yemas de los dedos sobre la curva y ya viciada superficie de las teclas que conjuntan el teclado". Óle y óle.

Dicho esto, me dipongo a contaros algo cotidiano, algo del día a día, uno de los chismes que nunca pierde actualidad: El Dinero. Es impresionante observar el viaje del dinero de mano en mano. Hoy salía del Juzgado y he pasado al bar "El Receso" a tomar un café cuando he observado como un hombre que había venido, al parecer y por lo que hablaba por el móvil, desde Alicante a celebrar un pleito aquí, abonaba su consumición con una moneda de dos euros que, seguramente, viniera de Alicante también. Al ver este hecho tan simple bajo el enfoque filosófico con el que hoy he amanecido ha sido como ha surgido la pregunta: "¿cuántos kilómetros hará el dinero?" He salido del Receso con la duda en la cabeza y me he dispuesto a observar un hecho tan cotidiano como el paso de una moneda de una mano a otra. Llegando al despacho una señora me ha preguntado si tenía cambio de 5 euros, se ve que hoy además de filosófico he amanecido con cara de "tener suelto", y el caso es que si tenía y se lo he dado. ¡Vaya! Ahora tengo un billete de 5 euros que a saber de dónde viene. Y la señora tiene unas monedas mías que vienen de Sprinter (pero que a saber cómo llegaron allí) que son las vueltas de comprar un bote de pelotas de pádel. Bien, me he percatado de que la señora echaba un par de monedas a la máquina de la Zona Azul y, ahora viene el rizar el rizo, posteriormente cuando salía de nuevo del despacho para ir a Notaría estaban un par de agentes operarios de la referida zona de aparcamiento extrayendo las monedas del parquímetro. En eso que pasaba un caballero y al ver el saquito de monedas les ha dicho: "¡Anda! ¿Podéis cambiarme para tabaco? Voy a la máquina del bar, llevo prisa y no tengo suelto." Et voilá! Unas monedillas para el caballero. Y ahora...(consejo: tomar resuello que la pregunta es larga) ¿Quién podria asegurarme que no son las monedas que a mí me dieron en Sprinter, que yo le dí a la señora, que la señora echó al parquímetro, que del parquímetro han ido a parar al caballero, que del caballero van a ir a dar a la máquina de tabaco, que de la máquina de tabaco saldrán de nuevo a algún otro monedero o cartera cuyo dueño/dueña (no se me enfade, oh, Ministra de Igualdad) podría emplearlas para pagar algo en Sprinter y que fueran las vueltas que a mí me den cuando compre algo allí de nuevo? Tela, ¿eh? Telita del telón. Tela de la telita del telón del telonero.


Por mera estadística y casualidad sería improbable que eso ocurriera. Y así lo pensé yo. Pero claro, si a mi me llegan a decir en Alicante: ¿Tu crees que esta moneda de dos euros irá a para algún día a un bar de Ciudad Real que se llama El Receso y está al lado de los Juzgados? Mi respuesta habría sido: ¿Bajo los efectos de que sustancia estupefaciente o psicotrópica te encuentras? O lo que es lo mismo y más moderno: ¡¿¡¿Pero qué mestáscon?!?! Porque tiene guasa la pregunta (y más guasa la respuesta). Sin embargo, sin pregunta previa, fui testigo de cómo la monedilla de dos euros proviniente de Alicante fue a parar al dicho bar. ¡Qué cosas! Si me hicieran la pregunta ahora respondería: Puede ser.

Y hechas estas reflexiones, llamadme loco, pero disfruto de lo que sería dicho en latín adaptado "Ars viviendi", el arte de vivir, pues con esa cuestión tan cotidiana como es el paso de una moneda de un lugar a otro he estado feliz pensando en si las monedas pudiesen contar sus aventuras qué nos narrarían. Y no, no lo sé. Lo que si sé es lo que este loco amante de la escritura os acaba de narrar a vosotros. Los más físicos lo leeréis (o no) sin más. Los más aristotélicos y metafísicos os sentiréis alma de moneda y os gustaría ser su Ser para conocer su verdad. Los más prácticos dejaréis de leer una entrada como ésta y ocuparéis vuestro tiempo en otra cosa (aún así os quedará la certeza de la cantidad de manos por las que pasa una moneda). Y los más atrevidos y experimentales marcaréis algunas de vuestras monedas para ver si algún día regresan a vuestra mano. ¿A qué sería precioso? Y más todavía el que la moneda os contase dónde ha estado y qué ha visto.


¡Intentadlo! ¡Intentadlo pues! Algo tan cotidiano como eso os (nos) reportaría una tremenda felicidad. ¡Fuiste mía! Y has vuelto. Y fijáos que cosa más simple, ¿verdad? Se trata tan sólo de una moneda... ¡Qué simple! En la simpleza está la belleza. Sócrates lo decía. La belleza está en lo simple, en lo cotidiano, en los pequeños detalles que existen en la vida y que hacen de la existencia un Ser o No Ser (Parménides de Elea). ¿Os he dicho que hoy me he levantado filosófico?

5 comentarios:

  1. Yo, como no, sería atrevida y experimental, me encantaría comprobar que esa moneda podría llegar algún día de nuevo a mis manos sin deducir directamente que va a parar a las manos de los políticos esos de los que hablabas tu al principio, esos que no dicen nada, sólo lo que los oyentes quieren escuchar con la mera intención de llenarse los bolsillos de NUESTRAS monedas...
    Me ha encantado tu reflexión,yo también creo que la belleza está en estas pequeñas cositas que nos hacen pensar y tener deducciones tan fantásticas como esta!!!
    FDO: Tu rubia.

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    1. Óle mi rubia!! ¿Cómo no te voy a querer? Gracias por leer el blog. En las pequeñas cosas está la felicidad. Hay que ver lo feliz que me hace a mí "un chupitico de vinagrico", ¿eh? Jaja.
      Mil besazos, te quiero, rubiales!!

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  2. Quién fuese moneda para ir de un lado a otro aprendiendo, conociendo y experimentando lo bueno y lo malo de otros mundos y otras manos...

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  3. Pues hombre esa pregunta que te haces tan folosófica como tu la describes y desde mi punto de vista de tan especial matemáticamente imposible de resolver es como rpeguntarse cúantas posibilidades hay de que un grano de arena en particular situado en una playa se encuentre donde está actualmente: la probabilidad sin dudarlo es cero. Ninguna y sin embargo está en ese lugar.

    Te dejo un regalito para tus ojos. Un proyecto que se dedica a seguirle lapista a los billetes de euro. Los hay en otros países como en EEUU y su dolar. Actualmente cuentan con 111.428.383 billetes registrados. una minucia de unos 2.142.614.295 € que vagan libremente por el mundo y que personas se dedican a darle una ubicación en un determinado momento de la historia terrestre. Te dejo el link del sitio tiaco: http://es.eurobilltracker.com

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    1. Grande compadre!! No tenía ni idea de que hubiera gente que ya hiciera el experimento. Es muy curioso e impresiona ver la cantidad de vueltas que dá un billete por el mundo.
      Un abrazo, churrita.

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