sábado, 13 de octubre de 2012

"ALERGIAS"

"Alergias. Y da gracias a que no la llamo Asco pleno". Esa fue la contestación que recibí cuando le dije a Gemma que eligiera nombre para mi mascota. Así sin paños calientes. Sin suavizante. Tal cual. Esa fue la respuesta. Cuando le dije a mi mujer que me iba a comprar una mascota me miró con cara de malas pulgas.

Yo soy un enamorado de la fauna y de los animales y ella dice que en casa bastante tiene conmigo como animal como para meter a más. Siempre he soñado con tener un mini zoo en casa pero Gemma no piensa como yo, así es que me decidí por tener una mascota que no ensuciara ni molestara y diera el menor jaleo posible. Siempre con la aquiescencia de mi mujer, claro está. Un perro no podía ser porque tenerlo en casa es obligarnos a sacarlo de paseo todos los días sí o sí, el animal no tiene espacio para correr y jugar, se sentiría encerrado, puede darle por ladrar de noche y que no durmamos ni nosotros ni los vecinos. "Problemas, problemas y problemas". Descartado el chucho. ¡Un gatico! Soy de la opinión de que Dios creó al gato para que el hombre sintiera el placer de acariciar a un tigre. El gato es mucho más limpio que el perro, no te obliga a sacarlo al pipí todos los días, con su cajón de arena le basta, no da mucho ruido, es sigiloso... "Y a cambio te destroza las cortinas, te llena de pelo el sofá, se sube por los muebles, te araña las puertas, etc, etc". Gemma fue tajante. Gato no. ¡Un pájaro! Un canario, un periquito, un gorrión de Java, ¡un algo! Me gustan los animales y por tanto el trino de un canario me alegra mucho. Y los gritos de los periquitos me agradan. Cuando veo el fútbol como pipas como los loros. ¡Un pájaro! La mascota cantora. Amo la naturaleza. "Pues cuando ames barrer el suelo de las cáscaras de las semillas que tiran los pájaros te compras uno". Ale, pájaro tampoco. Se iban reduciendo las opciones. ¡Ya está! Un acuario. Un acuario es ideal. Además sólo tengo que comprar los peces porque tengo todo lo necesario en casa. Ya tuve un acuario montado hace años. No dan ruido. No ensucian. Y quedará genial verlos nadar en el mueble del salón. "Y queda genial cuando el agua huele a estanque y cuando hay que estar limpiando el filtro y encendiendo y apagando la luz interna y el aireador y los peces son delicados y se mueren enseguida y no me gusta el pescado y tenerlos en casa al lado de la tele menos...". Ni perrico, ni gatico, ni pájaro, ni acuario. Dos opciones me quedaban: criar en primavera gusanos de seda como hacía cuando iba a la E.G.B. (Educación Primaria hoy en día) o una tortuga. Ni que decir tiene que los gusanos de seda no serían bien recibidos por Gemma ni física ni mentalmente, así es que ni se lo propuse. "¿Una tortuga? Pero con tortuguero cerrado, que no se escape, que yo ni la vea, que viva en el patio y que no se muera en invierno. Y aún así ya veremos porque me dan mucho asco esos bichos."

Era mi única opción y a ella me aferré investigando y preguntando si podría sobrevivir el animal en esas condiciones. Estudié y trabajé el terreno para encontrar un hábitat artifical donde la tortuguita pudiera vivir feliz sin sufrir las inclemencias de mi muj... digo del extremo clima que se da en estos lares, donde no peligrara su estado de hibernación y donde yo pudiera disfrutar de ella y observarla nadar. Finalmente y cuando estaba todo a punto y preparado adquirí un tortuguero grandote, donde el animalillo pudiera nadar libremente, con una zona seca donde pudiera ponerse a reposar, a descansar y a tomar luz que le es muy necesaria para la correcta formación del caparazón y la estructura ósea. Lo limpié bien y lo llené de agua dejándola reposar para evaporarle el cloro. Estaba feliz y entusiasmado como un niño pequeño. Estos pequeños detalles y alegrías son los que rejuvenecen el espíritu y nos permiten sacar al niño que llevamos dentro y que tan bello es redescubrirlo.
Al día siguiente había llegado el momento. Me dirigí a Placton, la conocida tienda de animales de Ciudad Real, y adquirí a Alergias. Posteriormente fui con mi hermana a casa a realizar la operación "Desembarco de Alhucemas", dícese, antes de que llegase Gemma teníamos que "desembarcar" a la tortuga en su nueva casa, cerrar bien el tortuguero y ubicarlo en el patio. Así lo hicimos y ahora tengo una pequeña mascota en casa. Fijáos que tontería y la alegría que me ha reportado. Cuando algo te produce un bienestar interior altamente satisfactorio a la vez que tu conciencia es libre y no te pesa en nada, es porque has obrado correctamente. En mi caso ha sido con un detalle tan simple como comprar una tortuga y revivir mi ansia de biología de cuando era pequeño. Al fin y al cabo es la primera mascota que tengo íntegramente a mi cuidado desde que salí de casa y me casé. Estoy contento.
Y así entró Alergias en mi casa. La pobre se ha quedado con ese nombre. Fue el que Gemma le eligió. ¿Mejor que "Asco pleno", no?

1 comentario:

  1. La tortuga, en la cultura china, es un símbolo de longevidad y alegría. Espero que así sea, querido amigo... ;)

    ResponderEliminar