lunes, 26 de marzo de 2012

AGUAORES DEL SEÑOR

Siempre con la gente de abajo. Siempre cerca del mundillo del costal y la trabajadera. Siempre atento al oficio y a la raza costalera. En esta ocasión mi tarea no era ceñirme faja y ponerme costal para pasear de nuevo al Hijo del Hombre. Mi trabajo era estar en todo momento cerca de la cuadrilla del Dios Nazareno que lleva a Ciudad Real a la Gloria todas las tardes noches del Domingo de Pasión; pero no era estar cerca de ellos vistiendo terno negro, como en otras ocasiones he hecho en la Caridad del Perchel. Tampoco consistía mi labor perfumar de incienso las calles abriendo paso al caminar cadente y pausado de Cristo con la Cruz a cuestas. Mi labor era otra. Otra que tantas y tantas veces un tercero conocido o desconocido ha hecho conmigo en los pasos que he tenido y tengo la dicha de sacar a la calle. Mi trabajo era calmar la sed de los hombres que son los pies de Dios en la tierra. Aguaor.


 
Nunca me había planteado ejercer dicha función hasta que mi buen amigo Jesús Laguna, privado de su lugar bajo las trabajaderas por un año debido a una lesión de rodilla, recurrió al puesto de aguaor para estar cercano a su gente, a su cuadrilla, a su parihuela y a su Cristo. Me pidió que le acompañara en la labor y yo, siempre gustoso de colaborar con el oficio más bello del mundo, Costalero, le contesté sin ninguna duda que para lo que hiciera falta contase conmigo.


Llegó el día. Llegó la hora. Llegó el momento. Ayer, Domingo de Pasión, San Pedro abrió el Portón de la Gloria para que el Señor de la Ciudad caminara mostrando el horizonte divino. 35 cervices mecían a Jesús Nazareno sobre humildes cunas de arpillera. Tras ellos, Jesús Laguna y yo, con sendos jarrillos de metal y garrafa de agua para saciar la sed de la cuadrilla en el momento que hiciera falta. Gozamos de un lugar privilegiado, cercano al paso, integrados con los costaleros, sintiéndonos uno más de la cuadrilla y disfrutando de pasear al Señor de faldones para fuera. Cumplimos nuestro trabajo como debíamos hacerlo. Atentos en cada arriá del paso a los costeros, delantera y trasera hicimos rondas y puntos de agua con los jarrillos llenos de alegría y el recipiente del agua recibiendo el calor que emana de los corazones de los hombres de abajo. Aguaores del Nazareno. Aguaores del Señor de la Ciudad.


Fue una tarde cofrade preciosa. De las que dejan huella en el alma. De las que se vive una nueva experiencia y se desarrolla otra colaboración con la Hermandad. El aguaor también camina. El aguaor también reza y se emociona. El aguaor también cumple su labor. El aguaor carga con el agua durante todo el recorrido. El aguaor tiene esa tarea que nadie quiere, que sirve de burla y sorna, que es objeto de risas y que ayer con orgullo cumplí yo mientras veía a mi amigo Jesusito Laguna feliz de estar cercano a su gente, ayudándoles y calmando la conocida sed del costalero. El aguaor que les narra, sólo por eso, ya cumplió su labor. El aguaor que suscribe estuvo demostrando su amistad, su amor al trabajo costalero y a su amor a Dios. Y Dios, además de pasear por la Ciudad Real que nos acogió, perdonó una vez más a los atrevidos ignorantes que, sin saber lo que hacen, se mofan del trabajo del aguaor. Vaya por ellos un jarrillo de agua limpia y cristalina, aromatizada con anís, para que les calme la sed de la ironía y la absurdez. ¡Por ustedes!


El año que viene será otro quien lleve los jarrillos que tú llevaste ayer.
Servirán para calmar tu sed porque ya no irás fuera brindándole tu querer.
Tú irás debajo del Señor, en tu sitio, ocupando tu lugar,
donde Él te quiere y necesita, donde tu sabes trabajar.
De faldones para fuera agua no te faltará.
Mucho ánimo, compadre, que enseguida llegará.

¡Al cielo con Él!

Con cariño a mi compadre Jesús Laguna.




2 comentarios:

  1. Muchas gracias hermano!!

    Esperemos que el año que viene sea así.

    un abrazo

    te quiero tela!

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  2. Que gran entrada Carlos. Muy bonitas tus palabras y muy profundas. Fuerza Jesusito que ya pronto estas de nuevo "agarrao" a la trabajadera. Un abrazo

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