miércoles, 25 de noviembre de 2015

EL CASTILLO DE DOÑA BERENGUELA

Murallas y Torre del Homenaje
Inmersos en pleno campo de Calatrava, localizamos la población llamada Bolaños, cuya etimología explicaré in fine a raíz de lo que descubrí en la visita al castillo del que hoy vengo a hablaros. Debo adelantar que para mí decir Bolaños de Calatrava es decir recuerdos de la niñez, Virgen del Monte, Ermita del Cristo, amistad, familia y boda. Si bien de pequeño ya visitaba muy a menudo dicho pueblo por amistades que mis padres tienen en él, la vida me deparaba una bella unión con el mismo, pues años después fui a conocer a quien hoy es mi mujer y no podía residir sino en Bolaños de Calatrava. Casualidades del destino o, como muchas veces digo, del Sino y su fuerza como Don Álvaro dijese. El caso es que Bolaños me ha visto crecer y casarme, pues las nupcias las contraje allí con Gemma por expreso deseo suyo. Y hete aquí que este pueblo en el que tantas horas y días paso tiene un castillo que llevo viendo desde que era infante, incluso en él me hice el reportaje de fotos de la boda, pero que nunca había visitado con afán de aprendizaje y estudio. Y el día que lo visité en profundidad no dudé en que posteriormente hablaría de él en el Rincón. Y aquí está. Hoy vengo a narrar sobre el Castillo de Doña Berenguela.

El Castillo de Doña Berenguela también conocido como Castillo de San Fernando es una construcción de los siglos X y XI realizada con piedra basáltica, caliza, ladrillo y yeso. Se edificó para custodiar la vía militar de Toledo a Córdoba y tras la reconquista cristiana, Doña Berenguela lo donó a la Orden de Calatrava. La tradición cuenta que en el castillo nació el Rey Fernando III "El Santo", hijo de Doña Berenguela Reina de Castilla y, aunque no es un hecho comprobado, no es disparatado pensarlo pues la reina tuvo bajo su regencia la villa de Bolaños antes de cederla a la Orden de Calatrava, así es que pudiera ser cierto el hecho. De ahí que al castillo se le conozca por ambos nombres: Doña Berenguela y San Fernando.

Murallas almenadas y Torre Prieta
Torre del Homenaje
Históricamente hay fechas importantes que conviene destacar para conocer algo más en profundidad la historia del castillo y las modificaciones y transformaciones que ha ido sufriendo. En el año 711 comenzó la invasión árabe en la península y por aquellos entonces los musulmanes llegaron al asentamiento conocido como Bolaños, tomaron el primitivo castillo que allí había y adaptándolo y construyéndolo a su antojo lo edificaron nuevamente entre los siglos X y XI como antes decía. Se puede hablar de nueva construcción más que de remodelación pues las obras fueron tan profundas que se cambiaron aspectos tan sustanciales como la composición, orientación e instalaciones, levantándose también edificaciones defensivas que antes no existían. Principalmente se levantaron la Torre del Homenaje que perdura a la fecha y otras dos pequeñas torres que no han llegado a nuestros tiempos. Así perduraría la novedosa construcción hasta la Reconquista en la que en el año 1212, tras la batalla de las Navas de Tolosa, con la vitoria cristiana el castillo pasase a manos del Rey Alfonso VIII quien lo regalaría como presente de bodas a su hija, Doña Berenguela. Ésta donó el castillo a la Orden de Calatrava en el año 1229, siendo dicha donación aceptada y respetada en el tiempo (ya se sabe cómo eran las donaciones por entonces) por el hijo y el nieto de la Reina de Castilla, a saber, el Rey Fernando III "El Santo" y el Rey Alfonso X "El Sabio". Era el año 1537 y hemos de tomarlo como punto de inflexión pues la Orden de Calatrava, en su esplendor en dicha fecha, dueña y señora de la fortificación, se fue debilitando hasta que en el año 1825 terminó desapareciendo quedando el castillo abandonado y sin legítimo propietario. De tal guisa fue la decadencia que la fortaleza fue subastada en 1864 convirtiéndose en un edificio privado del licitador que se hizo con ella en la puja. A mediados del siglo XX el castillo pasó a formar parte del patrimonio de la Diputación de Ciudad Real quién lo restauró debido al deterioro y abandono sufrido años atrás. Y ya, por fin, desde finales del siglo pasado el Castillo de Doña Berenguela pasó a ser propiedad del Ayuntamiento de Bolaños de Calatrava, su pueblo, y fue declarado Bien de Interés Cultural en 1982. A la fecha continúa con dicha licencia administrativa y goza de buena salud manteniendo las restauraciones que se le hicieron. Es visitable y ofrece una agradable sesión de historia viva entre sus muros y cimentaciones, a la que desde aquí os recomiendo conocer.

Patio interior del Castillo y restos de columnas, baños y cimentaciones
Y todo esto lo traigo a colación porque con todas las veces que he estado en Bolaños desde que era niño no ha sido sino hasta la decadencia de este verano cuando he visitado el castillo que tan accesible era para mí. Ya era hora de hacerlo y por supuesto de dedicarle un ratito. Se aprecian perfectamente los restos de los baños árabes que contuvo, gran parte de las cimentaciones, el antiguo foso que ha sido recuperado en dos de las cuatro murallas de cerramiento, la Torre Prieta y la Torre del Homenaje con cuatro pisos, mazmorra en el sótano y terraza superior con almenas.

Y como remate el dato curioso que muchos no saben, ni siquiera los habitantes del propio pueblo. El origen y etimología del nombre de Bolaños de Calatrava tiene una estrecha relación con el Castillo. Como decoración por el patio del propio castillo y por los jardines aledaños se observan por el suelo verdaderas bolas de piedra de tamaño aproximado al de un balón. Dichas piedras toscamente redondeadas a mano son restos de rocas extraídas de la cercana cantera, algunas con carácter volcánico ya que fueron bañadas en lava por erupciones casi con toda seguridad provenientes del Cerro de la Yezosa, volcán situado en la serranía de Moral de Calatrava, cercano al enclave de la referida cantera y del castillo que nos ocupa. Esas mismas piedras se tornaban en un tamaño idóneo para servir de munición a las antiguas máquinas de artillería usadas en tiempos de guerra. En esta zona muchas eran de ese aspecto negruzco por su proveniencia volcánica pero por lo general eran calcáreas. Y, ¿adivináis el nombre de esas piedras? Efectivamente, Bolaños. Un bolaño era ese proyectil esférico de piedra que se usaba en la artillería medieval y, por ello, la villa donde se enclavó el Castillo recibió el nombre de dichas municiones pétreas por el frecuente uso que de ellas se hizo durante las batallas desde tiempos almorávides. La tierra de los bolaños se llamó a la población durante la reconquista cristiana, quedándose definitivamente instaurado el nombre de Bolaños de Calatrava tras la batalla de las Navas de Tolosa en la que se recuperó el dominio del campo de calatrava. Amigos bolañegos, ¿sabíais este dato? De ahí viene el origen del nombre del pueblo, ese pueblo vuestro que hago mío a través de los vínculos que a él me unen.

Aspecto interior del Castillo y bolaños en primer plano.
Espero que hayáis disfrutado de esta entrada homenaje a uno de los inmuebles declarados patrimonio y catalogado de Bien de Interés Cultural y os animéis a visitar el castillo de Doña Berenguela donde nació el Rey Fernando III, "El Santo"... o no. Y si lo hacéis y vais a Bolaños ya sabéis por qué el pueblo se llama así. Y ya que os ponéis en marcha visitad la antigua cantera y el volcán llamado Cerro de la Yezosa. Será una excursión agradable. ¡¡Hasta la próxima, amigos!!

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