domingo, 26 de diciembre de 2021

LA NAVIDAD EN EL RINCÓN

En este humilde espacio cibernético al que atiné en llamar El Rincón de mis Pasiones, se dice Feliz Navidad. Aquí tienen cabida todos: los de Felices Fiestas, los de Feliz Solsticio de Invierno, los de Felices Días en Familia, etc, pero aquí se dice ¡Feliz Navidad! Vaya eso por delante para que no haya equívoco alguno. Y la Navidad en el Rincón trata de festejar en familia con los más allegados en torno a una mesa y mantener vivas las tradiciones que nos fueron enseñadas y las propias que vamos creando, asentando y transmitiendo de generación en generación. Ni más ni menos. El que narra, como cristiano y creyente, festeja, por supuesto, el nacimiento del Niño Dios, pero la Navidad, ampliamente entendida, es mucho más que eso. Navidad es recordar a la abuela cuando hacía sopa de picadillo en Nochebuena para todos los nietos, Navidad es poner el Portalito de Belén como te enseñó tu abuelo, Navidad es saber que haya ausencias o nuevos comensales en la mesa, tu sitio es tu sitio, el de siempre, el de todos los años, Navidad es sacar la vajilla buena y volver a recordar anécdotas que año tras año han oído esos vasos, Navidad es cenar el plato fuerte de siempre manteniendo la receta y enseñándola de padres a hijos, Navidad es cantar el mismo villancico que aprendiste de niño, Navidad es la ilusión de una madre comprando los regalos de Reyes Magos, Navidad es la mirada de los niños cuando llega la Cabalgata, Navidad es la ciudad bullendo de reencuentros y costumbres en la que se van dando innovaciones.

Y cada uno tiene su fecha de inicio de la Navidad. Y su fecha de fin de la misma. Aunque me atrevería a decir que hay fechas para ello que son ampliamente compartidas por todos: el Puente de la Constitución y la Inmaculada y el Día de la Lotería, como inicio. Y el día 7 de Enero y, para los románticos y refraneros, el 17 del mismo mes, San Antón, como fechas del fin de la Navidad. Ya saben ustedes: Hasta San Antón, Pascuas son. Mucha gente aprovecha esos días de puente para poner en casa los adornos anuales de Navidad, ya sean el Árbol, el Belén, un mero Nacimiento, simples bolas de colores y espumillones o manualidades de los más pequeños hechas con todo su cariño en el colegio. En mi caso particular, esos días de primeros de Diciembre, decoramos en casa mi mujer, mi hija y yo. Sin embargo, en casa de mis padres se mantiene la tradición de montar el Portalito y el Árbol de Navidad el día 22 de Diciembre, sonando en el televisor de fondo los Niños de San Ildefonso cantando premios y tras desayunar chocolate con churros. Ahí es cuando empieza para mí la Navidad. Ese chocolate sabe especial y poco después se desempolvan las cajas que guardan las figuritas que conozco desde niño y que colocaba con mi abuelo. Tomen nota aquí y preparen un pañuelo... Busquen por la red un villancico llamado, precisamente, "El Belén del abuelo" que lo canta el Coro Yerbabuena de Córdoba, denle al play y prepárense para sentir y que se les meta algo en el ojo...

He de reconocer que tengo un punto agridulce en cuanto a los Belenes. Mi Portal de Belén que llevo conociendo desde crío es el que servidor sigue montando en casa de sus padres. Ese Portal aprendí a montarlo desde que tengo uso de memoria, tendría cinco o seis años, de la mano de mi abuelo y de mi padre. Siempre lo he sentido propio, mío, hereditario... Y de las dos personas con las que comencé a montarlo, una no la tengo desde hace bastantes años y la otra, días antes de esta Navidad, ha peinado ya siete décadas. Me gustaría seguir montando ese Portalito de Belén cuando ya no esté ninguna de las dos aunque ya no fuese igual. No quiero que esos pastores de la anunciación, que esa morita con la cántara de agua, que esos detalles manchegos ocultos queden encerrados en una caja que a saber cuándo se abriría de nuevo. Es mi Belén de siempre. Mi Navidad. Pero por otro lado tengo la preciosidad de estar formando un nuevo Belén con mi hija en casa. Desde que nació venimos comprando figuritas y vamos añadiendo algunas cosas año tras año hasta que esté completo. ¿Hay algo más bonito que crear con ella una nueva costumbre familiar? Ahora que está forjando sus primeros recuerdos camino de sus cinco años, estamos gestando un Portal que para ella tiene el mismo valor y propiedad que para mí el que monto todos los años sobre una sábana cubierta de serrín y unas cortezas de pino que cogí con mi propio abuelo un día de campo siendo niño. El nuevo Belén de casa del que con tanto mismo enseño a Claudia a colocar las figuritas, también es mi Navidad. La Navidad es así. Agridulce pero especial. ¡Siempre hemos de brindar! Por los que no están, por los que vendrán. Siempre hay motivos para recordar, reír y llorar. Pero no deja de ser Navidad.

La Navidad en el Rincón son estas cositas que os cuento. Es brindar con pacharán, ponerle un pañuelo de hierbas a un pastorcillo, salir un día a emborracharse con los amigos, contar en casa chascarrillos, ser Paje de Sus Majestades con los niños, pasar un rato con los Pandorgos hablando de limoná y migas en esta muy noble y leal villa, innovar un nuevo rincón o pasaje en el Portalito de Belén, coger a mi hija en brazos, como en su día hacía con mi hermana, para que ponga la estrella en la punta del Árbol, es rescatar los adornos de hace años e irlos reviviendo y ampliando, es jugar a ser Rey Mago, es compartir la ilusión en forma de esperanza con un décimo de lotería, es cerrar los ojos y ver a mi Lela, es recordar a mi abuelo, es añorar la Nochevieja veinteañera y disfrutarla ahora a su manera, es ser yo quien guise en casa, es viajar a Sevilla para ver la Macarena y comprar dulces en La Colchona, es un sentimiento que también engloba, ¿por qué no?, cantarle Cumpleaños Feliz al Niño Jesús y rezarle un Padre Nuestro. Esa es la Navidad, a mi entender preciosa porque es la mía, que se vive en el Rincón. Y a la fecha me da tal felicidad que la comparto con vosotros y os hago partícipes y culpables de mi sonrisa a todos, a los de Felices Fiestas, a los de Feliz Solsticio de Invierno, a los de Felices Días en Familia, etc. Pero aquí y desde aquí (y no soy el único que lo así lo grita) ya sabéis lo que se dice: ¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!

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