martes, 9 de mayo de 2023

UNA ROMERÍA MUY ESPECIAL

Aguardaba con ganas la Romería de la Virgen del Monte, Patrona de Bolaños de Calatrava, pueblo al que llevo vinculado de una forma u otra toda mi vida. Y sabía que este año sería especial aunque no me imaginaba que tanto. La verdad es que suelo escribir sobre la romería año tras año pues siempre me regala vivencias que me gusta revivir, pero este año hay motivos más que de sobra para hacerle un hueco en la alacena de los recuerdos bonitos. Cuando era niño recuerdo comer migas en el paraje de la Virgen del Monte, en el chalet de Amalio y Pilar, bajo la atenta mirada de Ángel y Anselma quienes siempre fueron como unos abuelos para mí. En el despacho donde trabajo siempre ha habido una postal, cuyo origen desconozco, de la advocación mariana patrona de los bolañegos. El caso es que la misma siempre está cercana a mí. Y pasados los años, cuando me hice novio con Gemma y nos casamos, sé que la Virgen del Monte también tuvo algo que ver. Cerca de su Santuario tienen mis suegros un chalet y voy a verla a menudo. Hablo con Ella y sabe que su Romería es de las fechas marcadas en mi calendario particular. Y este año, siendo Pandorgo, quería que fuese inolvidable y se me ocurrió orquestar un hermanamiento entre la Hermandad de la Virgen del Monte y la Hermandad de Pandorgos, de modo tal que ambas corporaciones estuviésemos compartiendo bonitos momentos. Mi querido Ángel que marchó a la casa del Padre días antes de mi nombramiento y al que ya mencioné en mis palabras en la Plaza Mayor, ha ayudado seguro a que fuese posible todo. Las dos hermandades accedieron y lo que ocurrió fue mágico, sin duda.

Y salió todo según lo previsto y más. Espectacular. Tuve momentos de pura romería, de los de siempre, de los de vaso de mini, calimocho y brasas. Vino malo de cartón y Coca-Cola como tradición de una amistad y risas que duran ya más de veinte años y ocultan miles de vivencias bajo los recuerdos de los años. Hubo también paella a la lumbre y chispalibres. Estuvieron mis amigos, sin ellos ninguna de mis travesuras sería posible e hicimos alguna visita a los corros y nos tomamos algún cacharro todos juntos. Se rezumba alegría y felicidad y ya, simplemente por ello, estaba disfrutando de la romería como llevo haciendo siempre. Y quedaba el día grande de la Virgen, el último Domingo de Abril, verdadero día en su honor. Este año daba la coincidencia de que el último Domingo de Abril era precisamente el último día de Abril, Domingo, 30, lo que hacía que el día siguiente, 1 de Mayo, al ser festivo, permitiese alargar el disfrute de la romería más tiempo. Normalmente el lunes siguiente a la Fiesta de la Virgen es festivo local y los bolañegos siguen en el paraje pero este año podía seguir todo el mundo. Fecha perfecta para seguir descorchando vino y abriendo botellines, pues siempre hay algún motivo por el que brindar. No se me caía la sonrisa de la cara, ni se apagaban la ascuas del hogaril. Llevaba desde el viernes disfrutando de la romería y el colofón que me aguardaba iba a ser precioso y mucho más bello de lo que había imaginado: la asistencia a la Romería como Pandorgo de hogaño.

Amaneció el último Domingo de Abril y en el chalet de mis suegros estaban preparados los trajes tradicionales manchegos con "tós sus avíos", como se dice en esta tierra mía. Mi traje de pandorgo, el traje de rico de mi mujer y el de mi hija. La Hermandad de la Virgen del Monte nos había invitado a una representación de la Hermandad de Pandorgos a compartir y convivir con ellos en todos los actos principales de la Romería en honor a su Patrona. Así pues, tres pandorgos con sus tres mujeres, representado a nuestra hermandad de guardianes de la tradición, estaríamos en la función principal eucarística, en la comida de convivencia y en la salida procesional. No puedo expresar de manera correcta, pues todo lo que narre quedaría corto, la recepción y trato distinguido con el que nos obsequió la Hermandad de la Virgen del Monte. Dentro de la Ermita nos ubicaron en un lugar principal, junto a las autoridades, para hacernos partícipes en todo momento de la celebración. En la comida nos ofrecieron de todo lo posible y más y nos dispensaron un rato inolvidable. Y la mayor de las sorpresas es cuando antes de iniciarse la procesión nos comunicaron que iríamos presidiendo a la Virgen del Monte, justo delante de Ella, a sus pies, donde todo paisano querría estar. Me quedé mudo y a mi mente volvió la cara de Ángel y mi infancia jugando en aquel lugar donde ahora me encontraba vestido de pandorgo y hermanándome con la gente de la Virgen.

La procesión transcurrió alegremente entre bailes tradicionales y vivas por y para la Virgen y su Niño. Fuimos unos invitados que disfrutamos lo que no está en los escritos pues pudimos ver con cercanía todo lo que acaecía. Nuestra privilegiada ubicación nos permitía observar cualquier detalle y sentirnos plenamente integrados. Mi plena satisfacción era ver sonriente a mi mujer entre su gente y delante de nosotros a mi hija vestida de manchega viviendo desde niña nuestros modos y maneras. No es consciente de lo que está ocurriendo en este año tan especial pero lo recordará con cariño siempre y le contaremos cómo participaba en todo y empezó a amar La Mancha a través de los lugares de sus abuelos. Y ambos lados de Gemma y mío otro pandorgo junto con su esposa. Escoltando la tradición, la costumbre y llevando a gala las raíces del Campo de Calatrava que los vio nacer. Tres trajes de paño negro y cuatro faldas de rayas vivas presidiendo el paso de la Virgen del Monte porque así lo quiso Ella y le dieron forma mi Hermandad de Pandorgos y la Hermandad mariana de la Patrona Bolaños. La palabra "gracias" jamás abarcará lo suficiente en significado para transmitir el sentimiento merecido hacia esas gentes. Fue una romería muy especial y mezcló antaño y hogaño con el aliño que sólo el destino sabe darle a las cosas. Y lo sé. Sé que me has visto con los ojos humedecidos. Mirando las puertas de tu chalet, cerrado, volví a verme de niño jugando contigo. ¿Quién lo diría, Ángel? Como Pandorgo y junto a la Virgen de tu pueblo... Te debo un pañuelo. Abrazos al Cielo.


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