lunes, 29 de julio de 2024

CAMPEONES DE LA EUROCOPA

Lo primero de todo y para pasar sentar cátedra es decir el nombre de quien lo ha logrado y cómo. Y empezaré con el cómo y luego daré el nombre. Sin sacar un documento excel de sus triunfos y derrotas, sin tener un canal de Twitch para contar milongas pre y post partido, sin convocar a sus amiguitos porque sí y hacer inventos raros (Guillamón, Alba, Balde, Rodri de central...), sin hacer de la Selección su cortijo y hacer que muchos seguidores se desenganchasen de ella, sin rodearse de Piqué y Rubiales, sin ser un completo imbécil como Luis Enrique. Don Luis de la Fuente Castillo. Ese es el nombre. Ese hombre, por el que nadie de la fauna pseudo futbolística daba un duro ni un segundo de confianza, nos ha llevado de nuevo a dominar el viejo continente en fútbol. Y, lo más importante, lo ha hecho volviendo a unir a la afición. Haciendo que un culé disfrute de Carvajal, que un madridista disfrute de Lamine Yamal y que un atlético disfrute de los dos anteriores. Siempre habrá los cuatro cafres que quieran meter baza en el fútbol de selecciones llevándose el asunto al terreno de clubes, pero es fácil callarles la boca. Sobre todo a aquellos que se reían de algún jugador, como, por ejemplo, de Nacho. Y pedían, entre carcajadas que lo llevasen a la Selección, simplemente por ironizar y seguir con la burla. Pues bien, Nacho, este año ha vuelto a la Selección y ha ganado con ella la Eurocopa, habiendo ganado, previamente y con su club, claro, la Liga y la Champions. Ahora volvéis a la risa, pero con vuestros jugadorcitos idolatrados y puestos en la lista por su compadre Luisen... En cuanto ha llegado alguien con cabeza, han salido de la lista pero rápido. Y no es que hayan salido de una lista en la que, quizás, jamás debieron estar, es que ha vuelto el fútbol, el de verdad, las ganas de ver a la Selección y el triunfo. ¡Viva España!

Y, ojo, escribe esto un madridista. Algún culé desnortado ya decía en anteriores ediciones que queríamos que la Selección perdiera porque llevaba pocos jugadores del Madrid. Y esto no va de clubes. Ya lo he dicho. Y el mismo culé, que no sabe ni para quién vendimia, me decía en esta pasada Eurocopa que los madridistas íbamos con Francia porque es donde juegan Camavinga, Tchouameni o Mbappé, jugadores del Madrid. Y yo le decía que la palabra ESPAÑA vale más que todos esos nombres o el equipo que los contrata y que sus razonamientos estaban cargados de absurdez, imbecilidad e inmadurez sustentados en el arcaico y romano arte de la felatio inolvidable a los colores de su club. Algún imbécil acérrimo habrá que prefiera la victoria de su jugador favorito extranjero antes que la de su país natal, pero ni ese representa a la afición de un club, ni el culé arrodillado representa a la suya. ESPAÑA y solamente ESPAÑA. Y cuando salen once tíos al campo a defender esa palabra, sobra todo lo demás. Y esta vez los once si lo eran por meritocracia. Antes molaba más llevar a Jordi Alba que a Cucurella porque, claro, Jordi es amiguete y conocido y Marc juega en el Chealsea y no se le conoce tanto, pero la diferencia sobre el césped entre uno y otro ha sido abismal, porque el ser invitado al cortijo no tiene nada que ver con merecer serlo. Y esto de la lista lo ha hecho a la perfección el seleccionador actual (el otro dimitió, ¡qué cosas!, tras el enésimo ridículo) y la afición ha sabido entenderlo, unirse y remar bajo una misma palabra: ESPAÑA.

Ha sido la Eurocopa perfecta. Hemos derrotado, entre la fase de grupos y los cruces eliminatorios, a Italia, Francia, Alemania e Inglaterra. Para ser ya matrícula de honor "cum laude" ha faltado que hubiera sucumbido también Holanda (me niego a sumarme a la moda esa de llamarla "Países Bajos") ante nosotros. Toda la vieja guardia de Europa eliminada por ESPAÑA. ¡Qué grandeza! También Croacia y Albania. ¡Eh! Y ganando todos los partidos. El que pueda que lo iguale. Arrancó el torneo para la Selección con un partido bueno, grande, de esos de rival fuerte y que quita la careta dejando ver la verdadera cara que se va a dar en el campeonato: Croacia. Pues se fue al descanso ya con un contundente y maravilloso tres a cero en el luminoso, cosa que hizo que, estando el partido ganado, no se pisase más el acelerador en la segunda parte. Primer trámite culminado y con nota. El segundo partido de la fase de grupos era fuerte y todo un clásico: Italia. Tras dominarlos todo el encuentro y aguantar sus arreones (que los tuvieron), finalmente sucumbieron, uno a cero y nos plantamos ya en octavos de final. No obstante, el último partido de grupos, contra Albania, también se saldó con victoria española, otro uno a cero y a seguir soñando. El equipo enganchaba, no como en la última edición. Las cosas como son. No me cansaré de decirlo tantas veces como pamplinas tuve que aguantar de los pesados amigos del tío del cortijito.

El sorteo nos deparó a Georgia para los octavos de final y empezó la cosa fea, pues llegábamos mil veces y no marcábamos y ellos llegaron una y de carambola y ¡zas! a la jaula. España por debajo en el marcador por primera vez (luego hubo sólo otra única) en toda la Eurocopa. Se solucionó el asunto endosándole cuatro chicharros y esperando rival para cuartos de final. Cuatro a uno y a otra cosa. Cayó el destino deparando a Alemania, anfitriona y rival, para poder seguir avanzando hacia el trofeo. Poca broma. El partido era chungo y aquí decidió España abonarse al dos a uno hasta alzarse con la copa. El cabezazo de Mikel Merino cuando ya se olían las tandas de penaltis eliminó a los germanos. ¡Viva España! Y a seguir doblegando a los míticos de Europa. El siguiente en llegar fue Francia y ¿qué os decía antes? Tiramos de abono y otro dos a uno para apearlos del camino a la final. Semifinales de la Eurocopa y en el minuto nueve se ponía la azul, blanca y roja por delante. Bien, pues en el minuto veinticinco ya perdía. C´est fini, mon ami. ESPAÑA a la final y Francia a sus labores. El último escollo sería Inglaterra. Había que hundir a los piratas sajones, a los hijos de la Gran Bretaña. Y así fue. Último reparto del dos a uno y fuera los británicos. Campeones de la Eurocopa por cuarta vez desde 1992 que se comenzó a celebrar tal torneo. ESPAÑA, ESPAÑA, ESPAÑA Y ESPAÑA. ¡¡¡CAMPEONES!!! 
¡Ah! Y todo lo anterior lo he escrito, "Sólo por poner las cosas en contexto", ¿os acordáis de esa frase? Pues, ale. 
¡¡VIVA ESPAÑA!!

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