lunes, 1 de septiembre de 2014

VERANO 2014: OBJETIVOS CUMPLIDOS

La verdad es que no me gusta que transcurra tanto tiempo sin verter unas líneas en el Rincón, pero desde que sonó el pistoletazo de salida de mi período vacacional anual hasta hoy no he tenido ni un ratito libre para escribir, cosa que me molesta por un lado pero me satisface enormemente por otro pues denota que he estado atareado disfrutando y exprimiendo al máximo mi merecido mes de Agosto. Pese a que algunos pseudo intelectuales de los que hoy tanto abundan se permiten el libertinaje de tacharnos a los que únicamente podemos disfrutar de vacaciones en el octavo mes del calendario de "vividores", no hay motivo para perder con ellos ni un amargo segundo poniéndoles el punto sobre la i y devolviéndolos a su nefasta realidad, que no es otra sino sus continuos lloros, quejas y disconformidades hacia el mundo que les rodea, pues usando el más puro argot futbolístico (del Real Madrid, faltaría más) sobra con decirles "vuestra envidia es nuestro orgullo". "Amapolas" que diría el maestro Guti. Y ahora a seguir despotricando  y manifestando en las redes sociales vuestras ilustradas rabietas de niño chico amargado mientras otros contamos felizmente nuestro bien ganado disfrute vacacional tras once meses de trabajo y lucha con otras cuestiones que no son laborales. Y si no os gusta, por la misma puerta que habéis entrado en mi morada, se sale de nuevo a la calle. Que si viniste sin ser llamado, será placentero que te vayas sin ser echado. Y entre Zurras y Pandorgas y la conserva de los últimos días de Agosto ha habido mucho, pero mucho. Y maravillosas personas, pero maravillosas de verdad. Mi gente. Por la que muerdo. Algunos ya vienen desde hace muchos años atrás, otros son nuevos. Y todos ellos han disfrutado Agosto igual que yo. Algunos trabajando también y no por ello dándoselas de salvapatrias de nadie. Ya está bien de politiqueo casero y barato. Por algo será que Agosto es especial y el que no se contenta es porque no quiere. No busquéis hoy en mis líneas la prosa poética o sentimiento puro que otras veces plasmo. Hoy impera la sencillez, la humildad, el compartir mi felicidad y el corazón abierto hacia las cosas simples. Vamos a ello.

Mis prendas de la Zurra
Comenzaron las vacaciones con las tradicionales fiestas de la Zurra y la Pandorga. En torno a una espuerta de limoná nos juntamos mis compadres Narciso y Junior y el que suscribe. Hay cosas que no cambian y ésta es una. Son ya muchos años los que inauguramos las vacaciones tomándonos unos vasos juntos y disfrutando de la tarde del 30 de Julio en compañía de todo aquel que quiera acercarse a echar un rato con nosotros. Así da gusto empezar el descanso. Por cierto, mis zapatillas de la zurra y mi cazo hicieron acto de presencia en la efeméride. Faltaría más. Concluyó el asunto "pandorguil" la noche del 31 juntándonos los amigos en el clásico botellón de los Jardines del Prado y echando luego unos bailes y risas en el gran ambiente de la Plaza Mayor. Un año más no falté a la cita y empecé Agosto como me gusta empezarlo: de fiesta con mi gente y con un par de días tranquilo en casa. Objetivo cumplido.

Pocos días después, el 4 de Agosto, partía junto con mi padre hacia Santo Domingo de la Calzada (La Rioja) para reanudar el Camino de Santiago que iniciamos el año pasado allá en Saint Jean Pied de Port (Francia) y que detuvimos precisamente en Santo Domingo de la Calzada. Este año terminaríamos de cruzar lo poquito que nos quedaba de La Rioja, atravesaríamos íntegramente las provincias de Burgos y Palencia y nos adentraríamos varios kilómetros adentro en la provincia de León, hasta detenernos en la capital. Si bien este tramo del Camino Francés no es muy exigente físicamente, psicológicamente castiga mucho pues Tierra de Campos y el Páramo de Castilla te hace sentirte sólo en este mundo sin nada a tu alrededor en kilómetros a la redonda y la sensación de pérdida, agobio e incluso miedo en algunos momentos es patente. Son muchos los tramos en los que la única compañía es tu yo interno. Y la mente te hace enfrentarte a ti mismo en un precioso reto de caminante en el que la única huida es continuar hacia adelante.
Peregrinando por la estepa castellana
Este año he disfrutado mucho de los ratos en los albergues y de las variopintas personas que se conocen en el Camino, especial mención al Melenas de Hornillos del Camino. Punto y aparte el tipo. Por supuesto he hecho amistades y no puedo zanjar este pequeñito resumen sin hablar de ellos: Iñaki y Sergi. Hemos hecho prácticamente todas las etapas caminando juntos y parecíamos el inicio de un chiste: "Esto que van un navarro, un catalán y dos manchegos..."
Iñaki ha sido mi compañero de fatigas y de chistes. Me he reído con él lo que no está escrito y entre los dos y la guía de Antón Pombo (Anaya) hemos ido planificando las etapas día a día, adaptándolas a las necesidades de nuestro camino y ritmo. Mi querido pamplonica es un tío grande y un cachondo mental. Espero volver a verlo pronto porque echo de menos sus sonidos del móvil (mosquito, sirena, etc) y su silueta siempre por delante mía con la gorra de safari, la mochila azul y el bordón que tan feliz compró en Sahagún y que atinó en llamar "matatopillos". Iñakote, mi riñonera se encuentra vacía sin llevar dentro tu credencial. El año que viene Astorga nos espera y pediremos el cocido maragato y "vino como para una boda". ¡Buen Camino, amigo!
Sergi e Iñaki
Sergi ha caminado a mi vera aguantando mi cojera allá por el Alto de Mostelares, ha conversado conmigo de fútbol durante muchos trayectos del Camino, especial mención a la etapa Castrojeriz - Frómista, ha sido víctima de mis bromas y socarronerías manchegas, ha dialogado con mi padre de política, historia y civilización, ha caminado junto a él cuando yo tiraba fuerte y los dejaba atrás, ha sido el artífice de las cenas comunitarias con las que tan buenos ratos hemos pasado y ha sido, para mí, este año el "gran caminante", pues se estrenaba en la aventura jacobea y ha debutado, nada más y nada menos que cubriendo el tramo Burgos - Santiago de Compostela. Unos 500 kilómetros a pie para un principiante son dignos de reconocimiento. "El criaturico", como le decíamos Iñaki y yo, se ha portado como un campeón y me emociona ver su crecimiento como peregrino en las fotos: empezó sin bastón y con una vieja mochila adaptada con nudos para la ocasión y terminó en el mismísimo Obradoiro con una flamante y nueva mochila cargada de ilusión y de vivencias y con un stick para aliviarse en el caminar. Ya eres uno de los nuestros, Sergi, volveremos a caminar juntos. Un abrazo XXL va camino de Calella.

De derecha a izquierda: Sergi, mi padre, Iñaki y yo entre "Los guardianes del Camino" (Sahagún)
Este año mi Camino ha sido mucho más que once etapas. Ha sido superar reto tras reto y conocer gente magnífica. De Santo Domingo de la Calzada a Belorado fue un reencuentro con el Camino y un reanudar esas pisadas entre flechas amarillas que tanto me gustan. De Belorado a Agés fue subir los Montes de Oca con el espíritu de Antxón por testigo y conocer a Iñaki. De Agés a Burgos fue perdernos en un trigal por desobedecer una flecha amarilla y fiarnos de una guiri: otra anécdota más que se minimizó al llegar a la preciosa Catedral burgalesa. De Burgos a Hornillos fue empezar a superar dolencias de los pies y mentalizarme de que tendría que hacer varias etapas con una horrible cojera, mientras me reía con "el melenas" y sus ocurrencias. De Hornillos del Camino a Castrojeriz fue superar eternas rectas y caminar junto a mi soledad y mi mente. De Castrojeriz a Frómista fue conocer a Sergi y gastar kilómetros hablando de fútbol y de la vida misma haciendo más ameno el páramo castellano. De Frómista a Carrión de los Condes fue dominar con la mente un maltrecho pie izquierdo que me jugó la peor de las bazas en el camino más solitario y me recompensó con una cena entre peregrinos de las que nunca se olvidan. De Carrión de los Condes a Terradillos de los Templarios fue superar el enorme reto mental de la Recta de Calzadilla de la Cueza: 18 kilómetros sin absolutamente nada. Y en realidad estábamos tan mentalizados que lo superamos sin apenas darnos cuenta y fue peor el exceso de confianza posterior que la temeridad anterior: el Camino te enseña. De Terradillos de los Templarios a Bercianos del Real Camino fue descubrir que el verdadero espíritu de ese Camino interno que tanto amo, sigue vivo en el lugar que menos lo esperas: ese albergue parroquial y esos hospitaleros voluntarios son lo más puro que uno pueda encontrar. De Bercianos del Real Camino a Mansilla de las Mulas fue descubrir que hasta el tramo más delimitado puede hacerse eterno y que el Camino siempre es un crecimiento personal en el que si una alberguera no te trata como es debido has de saber el por qué antes de juzgarla. Y de Mansilla de las Mulas a León fue un resumen de todas las experiencias vividas que a través de una plácida caminata te postran, sin saber si estás feliz por llegar o triste por acabar, a los pies de la Pulchra Leonina: Catedral de León. Objetivo cumplido.


Con mi amiga Eva en el vermú
A la vuelta del Camino de Santiago, el día 16 de Agosto, todavía tenía por delante medio mes de vacaciones y mi querida Ciudad Real acababa de estrenar las Ferias y Fiestas 2014. Es evidente lo que hice. Disfrutar de las mismas. Baile del Vermú, bares, copas, risas y juergas. El día que no pueda no lo haré, mientras pueda lo haré. Y así ocupé mis días del 16 al 22 de Agosto coincidiendo además que Gemma cogió vacaciones esos días y estuve tan feliz con mi mujer disfrutando de unos merecidos días sin trabajar los dos juntos, pues este año hemos tenido más de una razón para este premio. Y para colmo de bienes estaban aquí mis cuñados Miguel y Ana que habían venido de Inglaterra para pasar aquí el mes de Agosto así es que no tardaron en surgir barbacoas, piscinas, cenas, etc. Como ya anticipé en alguna entrada anterior las parrillas y las piscinas de los chalets de mis padres y de mis suegros son grandes protagonistas en mis vacaciones. Y estos días de descanso soy fiel amigo de las mismas pues luego las cambio por cofradías y pádel y hasta el siguiente estío no les doy tiempo. Aunque en realidad y ahora que digo pádel... También he jugado y no poco. Me gusta cada vez más. Creo que es la actividad que tengo presente todo el año, en pleno invierno y en pleno verano. Así es que modifico: el resto del año, menos Agosto, cambio las parrillas por cofradías. Soy así de jartible.
Pues eso, que concluidos esos apretados días de feria, vermú, piscina, pádel, barbacoa y otra feria, vermú, piscina, pádel, barbacoa y así sucesivas veces, aún quedaban otros nueve días para seguir disfrutando. Ferias y fiestas: objetivo cumplido.


Con mis amigos y mi mujer en la Feria
Y como le había cogido ya el gusto a la lumbre, a las parrillas, a las barbacoas y a las piscinas, ¿para qué cambiar? Así he seguido tanto en Bolaños como en Fernáncaballero. Disfrutando y exprimiendo mis ganados días. Y a quien le pique que se rasque y que para disfrutar lo que yo he disfrutado que primero pase lo que yo he pasado. Estos últimos días del mes he sido feliz haciendo felices a los demás. Tras darle mil vueltas a cómo hacer el nuevo fogón en el campo para aprovechar la obra vieja y no meternos en demasiados costes, se alinearon los planetas y saqué de la chimenea vieja del chalet de mis suegros la chapa de acero que protegía la pared, la cual simplemente dispuesta en el suelo sobre las piedras ya ha cumplido de sobra su misión: servir de hogaril para hacer lumbre sin peligro. Hay cosas que no son a la brasa y necesitan llama viva de leña. De esta manera y para unas prisas ya tenemos nuevo fogón y además mi padre y yo ya hemos diseñado lo que haremos para que se adapte a lo que hay. Ha salido la jugada bien.

Mi madre "peleándose" con la conserva.
Y a todo esto mi madre tan feliz friendo tomates y mi hermana tan contenta porque le encanta la conserva y la primera tanda de este año la hicimos precisamente el día de su cumpleaños. Y yo tan feliz de ver a los míos felices y todos juntos de vacaciones y disfrutando del chalet. Y entremedias, ya lo sabéis, piscina, una cervecita en Bolaños, una barbacoa en la Virgen del Monte, piscina en Fernáncaballero, paella en el chalet, etc. Y así he pasado estos últimos y espléndidos días. Disfrutes familiares (natural y política) en los chalets: objetivo cumplido.



Y es que Agosto, bien distribuido, da para mucho. Tanto que hoy ya es Septiembre y he vuelto al trabajo con ganas, totalmente renovado y sin miedo a que once meses me separen de un nuevo descanso. Pues todo llega y todo pasa y la vida es vivir día a día disfrutando lo que se tiene y se ha logrado tener y no regocijándonse de lo que uno tiene y no tienen los demás, ni deseando cuando uno está caído que caigan los demás. Es tan fácil y tan difícil a la vez como querer y ser feliz. Y el que quiera contarlo que lo cuente. Y el que no quiera que no lo haga. Total, para unos y para otros, tan sólo quedan once meses para un nuevo Agosto. ¡¡Allá vamos!!

2 comentarios:

  1. Carlos! Me ha encantado tu post! :-)

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    1. Me alegro, Sergi. Gracias por leer el Rincón, espero que te guste el blog y lo sigas frecuentemente.
      Un fuerte abrazo.

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