jueves, 30 de agosto de 2012

PEREGRINANDO HACIA SANTIAGO DE COMPOSTELA

Como ya adelanté en anteriores entradas el final de este verano de 2012 sería un tanto especial. Ha llegado el momento. Hoy 30 de Agosto comenzará el Camino de Santiago. Y digo comienza el Camino porque aunque la peregrinación propiamente dicha la iniciaremos en Ponferrada mañana día 31, el Camino comienza en el umbral de la casa de cada uno cuando, mochila a cuestas, comienza a avanzar hacia Compostela. Y eso precisamente es lo que haremos hoy Jesús Cecilio Velascoín, su hijo Alberto, mi padre y yo. Cruzaremos el umbral de casa dirigiéndonos ya, paso a paso y siempre de frente con buen espíritu de martillo y trabajadera, hacia la estación del AVE para iniciar nuestro avance, y por ende Camino, hacia Santiago.
En esta entrada narraré la peregrinación que vamos a realizar, comentando las etapas, distancias aproximadas, etc. El punto de inicio de la Peregrinación será Ponferrada, ciudad de León que toma su nombre del latín "Pons ferrata" que significa "Puente de Hierro". Desde allí empezaremos la primera etapa que nos llevará hasta el corazón de la comarca bierzana, donde descansaremos y pernoctaremos en Villafranca del Bierzo. En el albergue deberemos tomar fuerzas pues al día siguiente nos aguarda, sin duda, la etapa más dura del Camino Francés, a su vez luego la más recordada y comentada por su extrema dureza y sacrificio así como por la recompensa moral y la fortaleza psicológica de haberla superado. Hablo de la etapa reina del Camino de Santiago: Villafranca del Bierzo - O Cebreiro. Aproximadamente 30 kilómetros de etapa de los cuales los 7 u 8 últimos son de una muy exigente subida entre los pueblos de Herrerías, La Faba, Laguna de Castilla y la comarca de Pedrafita del Cebreiro. Sin duda es una etapa especial y traslada al peregrino por mágicos enclaves al abandono de Castilla León y al inicio de la aventura de recorrer Galicia. Llegados al cúlmen de la subida del Cebreiro dormiremos en una Pensión llamada Venta Celta y al día siguiente continuaremos la ruta hasta Triacastela, nombre también proviniente del latín, cuyo significado es "Tres Castillos". La etapa es en gran medida de bajada, si bien y antes de iniciar el descenso, la serranía da sus últimos coletazos dejando repechos tan durísimos como el Alto de San Roque y el Alto do Poio, punto de los más altos del Camino de Santiago, sólo superado por la Cruz de Ferro. Pasito a pasito llegamos a la ciudad de los Tres Castillos y allí visitamos los monumentos y descansamos. La siguiente jornada no es complicada en exceso, aunque conviene recordar que ninguna jornada es sencilla o fácil, todas tienen sus momentos duros; recorremos otro tirón y haremos Triacastela - Sarria. En Sarria alcanzaremos el punto de inicio del Camino para muchos peregrinos que por tiempo o condición física no pueden hacer sino los kilómetros mínimos a pie para obtener la Compostela. Para obtener la Compostela (documento expedido por la Catedral de Santiago que acredita que el peregrino ha recorrido los kilómetros exigidos para cumplir la Peregrinación "pietatis causa" -como mínimo 100 kilómetros a pie o 200 kilómetros en bicicleta-) Sarria tiene una excelente ubicación, pues dista de Santiago a unos 112 kilómetros y por ello mismo se convierte en un conocidísimo punto de salida de muchos peregrinos. Desde Sarria la etapa concluye en Portomarín y es una jornada que no defrauda ni al avezado peregrino  ni al novicio. Llegados a Portomarín partiremos al día siguiente hacia Palas O Rei, una etapa más bien feona, cruzando muchas veces la carretera nacional y caminando largos tramos de asfalto, pero etapa que hay que hacer para seguir haciendo el Camino y cumplir en todos sus puntos. No por feucha o dura una etapa pierde su esencia de parte del camino y te regala otra experiencia. Vislumbrándose ya el final, la siguiente etapa vuelve a exigir un duro esfuerzo: Palas O Rei - Arzúa. Una dura etapa conocida como la rompepiernas por los continuos toboganes de la orografía gallega, siendo además una jornada larga de unos 32 kilómetros. Una jornada que sin duda no te deja indiferente y donde el peregrino comprueba que la dureza del Camino (y su satisfacción final) no emana sólo del Cebreiro. Tras descansar merecidamente en Arzúa y regalarnos una buena cena cuando amanezcamos continuaremos la marcha siendo el trayecto desde Arzúa hasta Pedrouzo (Arca O Pino), una etapa más corta y relajante que la anterior, sin olvidar, como antes mencionaba, que toda etapa tiene sus repechos y ésta no va a ser menos. Para culminar y con la agridulce sensación de llegar a Santiago y de que el camino concluye, haremos la última etapa: Pedrouzo (Arca O Pino) - Santiago de Compostela.
En estos días ya sabéis mi cometido. Estaré peregrinando hacia la Compostelana capital gallega. Será sin duda un viaje magnífico y relajante mental y físicamente (por extraño que parezca). El Camino de Santiago te regala sensaciones únicas e iguala a toda persona en una misma palabra, en un mismo sentido, en una misma acepción: Peregrinos.

Al fin y al cabo al final de la partida el peón y el Rey vuelven a la misma caja, mientras tanto... ¡¡Buen Camino!!

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