jueves, 23 de agosto de 2012

UN ENCUENTRO ESPERANZADOR

Como dice El Arrebato al inicio de una de sus canciones "Cuando menos te lo esperas va la vida y te sorprende..." Y bien cierto que es. Como todo buen lector de este blog que se precie sabrá he estado una semana en Nueva York hace unos días, gozando de la compañía de mi  mujer, de mi hermana y de mi compadre y hermano que la vida me ha regalado, Narciso Orovio. Uno de los lugares a visitar y de obligado cumplimiento en la Gran Manzana es la llamada Zona Cero. Se encuentra al sur de la isla de Manhattan y ocupa el centro del distrito World Trade Center, donde se ubicaban las Torres Gemelas hasta su destrucción por el atentado terrorista más grande de la historia del mundo. Quedan escasos días para que hayan transcurrido once años desde aquella masacre y todavía se emociona hasta el más duro de alma al pasar por el lugar. Las calles aledañas son un panteón originado a base de recuerdos, fotografías, escritos, monumentos, memoriales, lágrimas y llanto.
En el rinconcito se aprecia la vela.

Y allí en un rincón te encontré. Hay flores de todo tipo, escritos de todo tipo y en todas las lenguas del hombre. Memorándum plagan el lugar y había una pequeña vela. Sólo una. Era curioso que con todas las flores y reliquias que hacen llorar al alma recordando y mostrando a tumba abierta lo que pasó, tan sólo hubiera una vela, una única, solitaria y pequeña vela. ¡Pero qué luz da esa vela! Se me saltaron las lágrimas al verla. Si ya llevaba el alma a flor de piel transitando por la zona y recordando el derrumbe de las Torres fue verte y llorar. Mi corazón exclamó: "¡¡Madre!!, ¿cómo has llegado Tú aquí?" Una sonrisa desde el Cielo me respondió: "Atrevido, siendo quien soy, ¿dudabas de que estuviera aquí también? ¿No dices tú mismo que siempre te acompaño y soy la Esperanza del Mundo?" Me quedé helado, sin palabras y mi alma con júbilo fue quien contestó: "En verdad eres grande, Mamá, eres la Madre de Dios y la Esperanza del Mundo. Yo te imaginaba allí en San Gil, recibiendo las oraciones de todo el mundo; lo que no me esperaba era verte en la otra orilla del mundo, allí donde brotaron las cinco verdes esmeraldas que Gallito te trajera para realzar tu belleza. Por eso Reinas habrá, pero como Tú ninguna, Macarena".
Esperanza Macarena en Nueva York.

Sin duda fue el encuentro que más me ha impactado con Ella. Me la encontré radiante en su paso el día de su 400 cumpleaños en la Bética urbe, allá por Septiembre de 1995; fue entonces cuando juré que algún día sería su Hijo y hermano de su Cofradía y hoy ya lleva siendo así varios años. Me la encontré también casualmente en una pequeña iglesita del Camino de Santiago en el Año Santo 2010, una dura jornada cuando mis fuerzas físicas y morales flaqueaban Ella apareció, tan radiante como siempre, en una pequeña estampa de un panel de anuncios en Boente de Abajo. Allí había esperanza para todo peregrino. Retomé la marcha con savia renovada y llegué feliz al albergue. Me la he encontrado también en múltiples ocasiones allá donde la mano de una Hermanita de la Cruz da un mendrugo de pan a un mendigo. La he encontrado en los lugares más recónditos que pudiera imaginar y, por si me quedaba alguna duda de su poderío y grandeza, allí estaba Ella repartiendo esperanza al pueblo americano desde esa pequeña vela, donde su imagen se me hizo más bella que  nunca por el lugar donde nos encontramos, por lo que allí significó y porque algún macareno del mundo la hubo llevado hasta allí por voluntad celestial que única y exclusivamente emana de la calle Bécquer de Sevilla y del Arco de la Macarena que da triunfal entrada a la calle San Luis. Para mí Ella es lo más grande que hay y así lo manifesté en una de las primeras entradas de este humilde blog. Por eso mismo, un detalle tan pequeñito como una vela me hizo llorar. Los macarenos me entenderán. No era una vela cualquiera. Era una vela verde de la Esperanza Macarena. Y estaba allí donde nosotros nunca habríamos esperado hallarla. La Esperanza está en todo el mundo. Demostrado queda.

Un encuentro esperanzador. Un encuentro inesperado como siempre. Un encuentro imprevisto y que jamás habría imaginado. Un encuentro que sólo Ella hizo que fuera posible. ¿Cómo iba yo a pensar que la Macarena estaría presente en Nueva York? Si bien y siendo aristotélico y metafísico, como a mí me gusta, indagando siempre en el origen y el por qué, la pregunta es:
¿Cómo no iba a estar Ella repartiendo la Esperanza que lleva por nombre a toda persona que la necesite en cualquier confín del Mundo? No podía ser de otra manera.
Es necesario llevar la esperanza a un lugar como este y sólo Ella puede hacerlo. Con algunas fotografías intentaré acercaros el dolor que emana el lugar para que podáis entender mejor lo impactante que es verlo in situ y por ende lo grandioso que fue para mí, macareno cerrado y confeso, encontrarme con Ella allí. Una de las fotografías sigue haciéndome llorar. Es un dibujo de un niño pequeño que lleva por título "Así murió mi papá" y muestra las Torres Gemelas, los aviones y los bomberos bajo el prisma de un niño de no más de cinco años. Doloroso donde lo haya y más merecedor de la Esperanza de la Madre de Dios que nada en el mundo. Ya lo dijo el Rabí de Galilea: "Dejad que los niños se acerquen a Mí". Otra de las instantáneas es un mural con manos en blanco que gentes de todos los lugares han dibujado, coloreado y escrito dejando sus mensajes de ánimo, recuerdo o simple y duramente preguntándose y preguntándonos el por qué de esta barbarie. Os dejo con las fotografías. No os dejarán indiferentes.

Memorial del atentado.
"Así murió mi papá".
"¿Por qué?"



Por eso, cuando la gran construcción que el hombre está levantando allá donde estuvieron las Torres Gemelas, construcción que lleva por nombre Torre de la Libertad y que para los amantes de los datos curiosos diré que desde Marzo de este año de 2012 ya es superior en altura al Empire State, cuando se culmine dicha obra no será sino otro de los faros de Esperanza que ilumina al Mundo, porque para el que lo crea y para el que no también, Ella está siempre. Y así lo demuestra. Esta mera anécdota no es para mí sino el mejor encuentro de Esperanza que he tenido en mi vida. Siempre lo recordaré y cuando fallase mi fe tendré de nuevo Esperanza con tan sólo recordarlo. Por ello, no puedo sino despedir esta entrada con el poema que todo macareno (europeo, americano o de dónde sea) sabe y recita a modo de oración cual Pirata de Espronceda a ritmo de "Con cien cañones por banda, viento en popa a toda vela, no cruza el mar sino vuela..."



Pero como Tú, ninguna,
Estrella de la Mañana
de Morena de Juncal,
y de Gracia Sevillana.
Pero como Tú, ninguna,
porque Tú eres la Giralda
en repique de alegría
por los caminos del alba
y también Torre del Oro
entre espumas recamada,
y Guadalquivir de encajes
con orilla de esmeraldas,
para que en sus cauces navegue
tu Pena de Sal Amarga.
Pero como Tú ninguna,
porque Tú eres la bandera
del candor y la ternura,
rincón de amor y ventura
y eres su calle de Cielo
y eres su Plaza escondida,
y eres cristal de sus fuentes
y eres Luz de sus esquinas,
y eres Flor de sus jardines
y eres venda de su herida,
y eres su Escudo de Gloria
y eres Sangre de su vida,
y eres árbol de su sombra
y eres Rosa de su espina
y eres Ala de su vuelo,
y eres Campana en su arista
y eres Perfume en su ambiente,
y eres Color de sus días
y eres Copla en sus sentires
y eres Faro y su Guía.
Por eso a Ti, Macarena,
talla en jardín de brisas,
con las Gubias Celestiales
del Dolor y la Sonrisa,
Te hicieron la Soberana
De las Legiones Divinas,
Te coronaron de estrellas
Te proclamaron Bendita 
y te bajaron los Ángeles
para dejarte en Sevilla.
Por eso Reinas habrá
Pero como Tú... ¡ninguna!


SPES NOSTRA
MATER DEI.

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