lunes, 25 de junio de 2012

ALARCOS

Este pasado fin de semana ha sido un tanto entrañable. He sido feliz. Entre otras cosas el viernes por la noche comenzó mi particular "finde" cenando con mi mujer en casa de mi buen amigo Alvarito Mora y su esposa, quienes, como siempre, nos recibieron con los brazos abiertos y pasamos un gran y agradable rato hablando y charlando en el patio de su casa. Se estaba del carajo y nos habríamos quedado bastante más tiempo si yo no hubiera tenido ruta de senderismo la mañana siguiente. El sábado a mediodía era la comida convivencia de las cuadrillas de costaleros de la Hermandad de la Flagelación y siempre es un gustazo el pasar buenos ratos con buenas gentes que comparten tu afición. Asistencia obligatoria. Copa va, copa viene, costero y sobre los pies. Además por la tarde noche, España se jugaba el pase a semifinales de la Eurocopa. Estábamos en Cuartos de Final y Francia era el rival a batir. Nunca lo habíamos hecho hasta entonces. 2-0. España clasificada para semifinales y Francia a casa a hacer guiñoles de esos que tanto les gustan. Au revoir! El domingo otro buen rato de cañas con Fran Jaime que se nos casa ya mismo y con Tinín y Ángela(s): madre e hija. La niña está preciosa, por cierto, y me sigue teniendo miedo. Me ve tan grande que no quiere que la coja en brazos, se enfurruña y se asusta. Por la tarde al chalet a disfrutar y a faenar, allí siempre hay algo que hacer. Un fin de semana completo y feliz.

A lo que iba, el sábado por la mañana me calzaba las botas, cogía el bastón y a las 07;45 horas iniciaba la marcha. La ruta era semilarga y dura por la cuesta final y por el calor en el tiempo que estamos atravesando: ir a Alarcos y volver. Me esperaba una grata sorpresa.
Vista de la cantera
Eran las 08;00 horas de la mañana cuando mi padre, Jesús y yo atravesábamos el Parque de Gasset buscando ya las zonas residenciales sitas al final del recinto ferial donde nacen los caminos que llevan al cerro de Alarcos. El día 30 de Agosto marcharemos a Ponferrada los peregrinos Jesús, Alberto, Luis y yo y desde allí haremos el Camino de Santiago, por lo que estamos preparando el mismo y de ahí estas rutas de senderismo que hacemos y que, sin saberlo, nos depararían esta subida a Alarcos y su recompensa una vez allí. De este modo, paso a paso que es como se hace el Camino, fuimos ganando kilómetros y desgastando botas. Al pasar por la cantera del Camino del Campillo nos llamó la atención la cantidad de conejos que salieron corriendo cerro arriba, sin duda alertados de nuestra presencia. La verdad es que a simple vista no se aprecia que los animales tengan agua ni comida en la zona, pero la naturaleza es sabia y no estarán allí porque sí. Jamás en mi vida había visto tantísimos conejos juntos correr por el campo.

Vista desde el cerro de Alarcos

A las 09;50 horas coronábamos la subida y parábamos en el recinto de Alarcos a refrescarnos, beber agua y lavarnos el sudor del esfuerzo de la cuesta final. Era 23 de Junio, inminente llegada de la noche mágica de Beltane que da lugar a los fuegos de la oscuridad nocturna más corta del año que desaparece con el amanecer de San Juan. La fuerza blanca de tal efeméride se notaba en el ambiente. Alarcos desprendía un magnetismo perceptible a cada uno de los cinco (¿seis?) sentidos del ser humano. Esoterismo en estado puro en el día previo a que la salida del sol desprenda un primer rayo de luz que ilumine Stonehenge, que en el cúlmen del astro rey en la celeste cúpula del mundo el Faro de Alejandría no desprenda sombra ninguna, que el primer impacto de luz solar en la capilla-ermita-fortaleza de Alarcos ilumine la mariana y divina figura de Santa María proyectado su sombra hacia el altar y a la caída del día el último de los rayos se cuele por el rosetón oeste de la edificación e ilumine directamente la imagen de María. Un tesoro constructivo, alegórico y mágico nos aguardaba. Alineación de planetas, caprichoso destino o, como Don Álvaro lo llamase, fuerza del Sino, el caso es que tres peregrinos haciendo senderismo llegaron tal día a dicho lugar. Para más Inri mi padre y yo nunca habíamos estado en Alarcos. Sorpredente que con lo "mariano" que soy y gustoso de romerías y similares eventos nunca hubiera ido a la de mi ciudad. Pero los renglones torcidos de Aquel que los escriba me tenían ya redactado que así ocurriría. Pensaba que la primera vez en mi vida que iría a Alarcos iba a ser el 15 de Septiembre de este año: boda de mi queridísima amiga Diana y el pisha gaditano Nacho. Pero no. San Juan quiso que fuera este pasado sábado.

Para mayor ventura se encontraba en el lugar el encargado de limpiar la ermita, quien previamente nos había visto subir las cuestas caminando y muy amigablemente nos pitó y saludó desde su furgonetilla C-15. Una vez repuesta la respiración (a mí como siempre me costó más por los 15 años que he estado fumando y eso que ya voy camino de uno que abandoné tan nefasto vicio) subimos al recinto religioso y caminamos rodeándolo para finalmente dirigirnos a su interior. Al detenernos en la fachada oeste y contemplar el rosetón, entre que Jesús es gustoso de saludar a la gente y que el señor que allí se encontraba limpiando y ordenando el lugar, se ofreció a hacernos una foto a los tres peregrinos, entablamos conversación.

En ese momento nació una de las aventuras más mágicas e increíbles que podría esperar. Una vivencia que, sin duda, quedará para el recuerdo tanto por su cotenido como por las personas con las que la compartí y viví. La mañana de senderismo se convirtió en algo más, ya lo creo. Un presente del destino.  El caballero gustosamente abandonó su tarea de limpieza y se convirtió en un encantador, fascinante, sabio, improvisado, amigable y genial guía de visita. Nos adentramos con él en la capilla y nos enseñó y explicó todo tipo de detalles. La fuerza que desprende el lugar es inexplicable. Una perfecta y armoniosa combinación de piedra y madera que emana paz y tranquilidad conforme te adentras en ella. Si ya de por sí el lugar está en un mágico enclave, el día que era lo hacía más mágico aún. Alguna fuerza blanca se hacía notar. La felicidad que yo irradiaba era increíble. Había descubierto un tesoro. Marcas de cantero, simbologías, juegos de luz y sombras, mensajes de generaciones pasadas y venideras, capiteles, intercolumnios, detalles ocultos, etc, eran explicados por un improvisado guía que, conforme hablaba explicando y explicaba hablando, descubrió que el también improvisado público estaba disfrutando con la aventura surgida. "Cuando el Maestro tiene un aplicado alumno disfrutan igual el alumno aprendiendo que el Maestro explicando".
Decía que la felicidad que yo irradiaba era increíble porque me fascinan este tipo de experiencias surgidas sin preparación alguna. Se notaba que el Maestro-amigo hablaba sabiamente sabiendo lo que decía y siendo certero y cierto lo mismo. Los datos eran reales y quien supiera entenderlos los entendería. A buen entendedor... Pero algo en el ambiente nos hacía saber a los cuatro que allí estábamos que hablábamos de lo mismo. No hacía falta más palabrería. ¿Habéis visto / practicado alguna vez una partida de mus? Los jugadores hablan lo justo y todos saben lo que están diciendo y haciendo: "Paso, paso, envido, no quiero. Paso, envido, dos más, quiero. No llevo, llevo, sí, no. Paso, envido, no quiero, se fué..." Ellos cuatro saben que hablan a la grande, a la chica, a los pares y al juego. No hace falta decirlo. Lo saben y actúan como tal. Pues igual fue el sábado la conversación que tuvimos el guía, Jesús, mi padre y yo. Y lo mejor es que fue improvisada y con cuatro mentes que conectaron a la perfección la sabiduría y fuerza emergente del lugar/lugareños.

Una de esas agradables sorpresas que la vida te regala. Había descubierto un tesoro, no me canso de decirlo. Un tesoro y un hallazgo que había tenido durante 31 años al lado, a dos horas de camino en la peregrinación de la vida, pero que el devenir de aquel niño de ojos verdes que nació en Galilea y habita en los Padres Terceros quiso que fuera de esa manera como lo descubriera, de esa manera, con esas personas y en esa fecha. No sé por qué. Lo que si sé es que en el mismo se encuentran fuerzas que me atraen, claves por descubrir, cuestiones que estudiar, temáticas que siempre me han llamado la atención. Y todo ello sin dejar de ser historia viva de mi tierra, de mi ciudad, de la Orden de Calatrava, del Pozuelo Seco de Don Gil, del Rey Alfonso X, el Sabio, de nuestros antepasados, de nuestra historia.


  
Bendita seas, Señora de Alarcos. Gracias por el regalo. Volveré pronto, no lo dudes. Y volveré con un proyecto, con un proyecto que espero que algún día vea la luz, la misma luz que entró de la mano contigo a tus templos de alabanza allá por el siglo XIII, la luz del amanecer y del ocaso, la luz que mantiene a los entendidos, la luz que necesita luz para verse pero que sin luz está patente, la luz que emanan las mensajerías de tus piedras, la luz que ilumina las mentes de los que entienden la luz de estas líneas....
Bendita seas, Señora y Virgen de Alarcos.

2 comentarios:

  1. pues nada compadre, cuando quieras repetimos, que el verano por fortuna acaba de empezar, y nos quedan muchos dias por delante... Un abrazo!

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  2. Sí, pero al día siguiente os levantáis todos conmigo a las 7 y hacéis 22 kilómetros de marcha igual que yo, jaja, a ver qué os parece.
    Un abrazo, churrita!!

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